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Publicado el 09 de septiembre del 2016

En su edición de agosto: Revista del Colegio de Arquitectos destaca Biblioteca H. Hernández

Por Mariana Gutiérrez Vera
Etiquetas: Arquitectura
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La Biblioteca Hilario Hernández Gurruchaga de nuestra Universidad es una de las obras que destaca la última edición de la Revista Ciudad y Arquitectura (C/A N. 154), del Colegio de Arquitectos de Chile, enfocada en lo que denomina la deuda educacional.

A través de la reflexión crítica, un dossier de obras y proyectos y un portafolio visual, la publicación analiza cómo la arquitectura ha contribuido a las demandas específicas en torno a la educación. En este marco, seleccionó 13 obras de Santiago y regiones, entre las que figura el edificio que se alza en el Campus Concepción y que fue diseñado por los académicos de la UBB, arquitectos Rubén Muñoz Rodríguez y Rodrigo Villalobos Pino. Según se señala en el comentario  editorial, las propuestas fueron elegidas en una convocatoria abierta que tuvo una amplia respuesta y demuestran la capacidad de transformación de los autores, tanto en la forma como en las posibilidades espaciales, materiales y de uso,  generando innovación y progreso.

Respecto de la Biblioteca Hilario Hernández, a modo de memoria y bajo el título Hibridaciones tipológicas, la revista registra un texto en que se recuerda que el proyecto fue construido el año 2011 tras ganar el concurso convocado por nuestra institución, con posterioridad a la inundación del Campus Concepción, en 2006. Con la idea de potenciar el carácter abierto y público del recinto universitario y su relación de apertura hacia el barrio, así como para protegerse de las lluvias -explica-, se liberó parte de su primer nivel. Una plataforma de madera elevada sobre la cota de inundación, se constituye un corredor peatonal cubierto, que se aproxima a las clásicas galerías urbanas penquistas.

Agrega que junto con algunos muros de hormigón visto pulido, la obra se estructura fundamentalmente en acero, explicitando con sus diagonales su resistencia al sismo, con una expresividad cercana a la obra gruesa, con una arquitectura que no será mucho más que su estructura.

Continúa indicando que la principal lógica formal del proyecto consistió en vaciar un volumen de madera suspendido. Se abre en sus extremos hacia el follaje de los árboles de la Avenida Los Plátanos y del parque interior, se realizan incisiones verticales en sus caras laterales y se sustraen tres vacíos verticales, inundando de luz cenital el interior y el corredor exterior. Todo lo anterior, para constituir un interior donde se insinúan posibles usos y se permiten diversas instancias para la lectura: rodeado de libros, entre las transparencias de los vacíos de luz, los pilares de acero y el follaje de los árboles. Se trata de una arquitectura fruto de un proceso de hibridación tipológica, donde un corredor se aproxima a una galería que por momentos se torna patio de luz o patio de agua.

La ficha técnica del edificio consigna una superficie de terreno de 261.112 metros cuadrados, 1.818 metros de superficie construida, con acero, hormigón armado y madera como materiales predominantes. En el proyecto colaboraron Claudio Araya, Darwin Domínguez, Edmundo González, Gonzalo Iturra, Cristian Larenas, Luis Montaña, Fredy Palma, Arly Yañez y Carolina Espinoza (dibujo).

Más información en la página web de la Revista del Colegio de Arquitectos (revistaca.cl).

Mariana Gutiérrez Vera

Mariana Gutiérrez Vera, Periodista. mgutierr@ubiobio.cl

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