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Publicado el 22 de noviembre del 2016

Investigador UBB aporta luces sobre representaciones sociales de la relación familia-escuela en la formación inicial docente

Por Cristian Villa Rodríguez
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El director del Departamento de Ciencias Sociales, Dr. Héctor Cárcamo Vásquez, participó en el XXIII Encuentro Nacional de Investigadores en Educación “ENIN 2016”, con la ponencia denominada “Representaciones sociales de la relación familia-escuela desde la formación inicial docente”.

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El encuentro fue organizado por la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Playa Ancha de Valparaíso, y por la Comisión Organizadora de Encuentros y Coloquios de Investigadores en Educación, COENIN, presidida por el Dr. Eduardo Cabezón, quien destacó la temática de la investigación formulada por el Dr. Héctor Cárcamo.

El trabajo expuesto en el encuentro nacional dio cuenta de resultados preliminares derivados del proyecto de investigación interno DIUBB 161224 3/R, que se articula directamente con el proyecto Fondecyt Nº 11160084 recién iniciado este año 2016.

“El objetivo de estas investigaciones es lograr descubrir cuáles son las representaciones sociales que tienen los futuros profesores respecto de las familias, y las relaciones que las familias pueden establecer con la escuela”, expresó el Dr. Cárcamo Vásquez.

Según ilustró el Dr. Héctor Cárcamo, la ponencia se centró en prestar atención a los roles que los futuros profesores estiman que deben cumplir las familias, lo que no deja de ser interesante puesto que se trata de estudiantes de pedagogías que aún no poseen el título de profesor, pero que sin embargo, ya van modelando una representación respecto del “deber hacer” de las familias con las que se encontrarán en el futuro.

El Dr. Cárcamo Vásquez comentó que de acuerdo a las indagaciones preliminares, se identifican tres fuentes que contribuyen a configurar las representaciones de los estudiantes de pedagogías respecto de la relación familia-escuela.

La primera dice relación con la propia experiencia de los estudiantes de pedagogía, haciendo alusión a su rol de hijos e hijas, y valorando lo que sus propias familias hacían cuando ellos se encontraban en la etapa escolar, experiencia que por cierto, se tiende a sobre valorar.

Otra de las fuentes reconocidas se vincula con la propia formación inicial que los jóvenes se encuentran cursando, y que tendría una doble vertiente. Una de ellas corresponde a los discursos de los propios docentes que trabajan con los futuros profesores, de manera que cobra una importancia vital lo que los docentes dicen y transmiten respecto del rol que ellos deberán cumplir. “Nosotros, los mismos docentes, vamos modelando consciente o inconscientemente un perfil profesional que busca, de alguna manera, delimitar muy bien sus fronteras de competencia profesional”, expresó el Dr. Cárcamo.

La segunda vertiente identificada en la propia formación inicial opera por ausencia, según explicó el Dr. Cárcamo Vásquez.

“Cuando uno trabaja sobre tramas culturales, puede reconocer que hay silencios que hablan, ¿en qué sentido?, cuando la temática de la relación familia-escuela no está presente en la formación del profesorado, también estamos modelando una representación, porque estamos diciendo que no es del todo relevante, de otro modo, se explicitaría en los programas de formación. La temática relación familia-escuela no se explicita en los programas, no se visualiza, al menos en este primer avance”, ilustró el investigador de la UBB.

Una tercera fuente que contribuye a configurar las representaciones de los estudiantes de pedagogías respecto de la relación familia-escuela, la constituye la propia práctica profesional de los jóvenes a través de sus observaciones, prácticas rurales y prácticas profesionales.

“El observador lo hace desde una matriz específica que es su propia formación inicial. Entonces, la práctica está muy vinculada con la segunda fuente. Entonces, si la temática de la relación familia-escuela está ausente, o si los profesores le dicen cómo va a ser esa relación, obviamente el estudiante llega a su práctica “prevenido”, explicó el Dr. Cárcamo.

Roles asignados a las familias

Junto con lo anterior, el Dr. Héctor Cárcamo también dio cuenta de los tipos de roles deseables que los futuros profesores asignan a las familias, aún sin desempeñarse profesionalmente.

Uno de esos roles es de carácter pedagógico, pues se espera que las familias ayuden en los deberes escolares, reforzando lo que se realiza en la sala de clases. “Lo interesante es que ese apoyo se pide desde fuera de la escuela, porque en definitiva, lo que el profesor hace aquí (en la escuela), se pide que sea reforzado desde acá (en la casa), pero siempre desde fuera de la frontera de la escuela”, comentó el investigador UBB.

Un segundo rol que los estudiantes, futuros profesores, estiman que deben desempeñar las familias, es el modelamiento de hábitos. Pero no se trata de cualquier tipo de hábito, sino de aquellos que contribuyen a la mantención del orden y al normal desempeño dentro del aula de clases. “Los futuros profesores valoran que los niños escuchen con atención, que se mantengan en sus puestos, que se comporten muy bien, porque eso permite que el profesor pueda cumplir las exigencias que le formulan, como pasar adecuadamente las materias del currículum (…) No piden gran creatividad o capacidad de innovación, sino orden, respeto, empatía, y este tipo de hábitos van de la mano con la necesidad de fortalecer lo pedagógico”, aseveró el Dr. Cárcamo Vásquez.

Considerando lo anterior, el investigador de la UBB plantea que mediante estas acciones el espacio escolar se extiende fuera de lo escolar, más de lo deseable. “Esto llamó mucho la atención en el congreso, y es que los futuros profesores esperarían que las familias asuman acciones tendientes a extender figurativamente el tiempo dedicado a la escolarización. Eso es muy fuerte, porque finalmente se termina naturalizando una figura del niño, el niño ya no es tal, se naturaliza su alumnización, el niño-alumno”, expresó el Dr. Cárcamo.

Lo anterior se ve reforzado con la valoración que hoy se otorga a que niños y niñas integren talleres extra programáticos, que según el Dr. Cárcamo, también tienen mucho de disciplinamiento, y de alguna forma se va modelando a un sujeto pero desde la perspectiva del sujeto alumno. “El niño ya no es niño, es el niño-alumno. Por eso digo que cuando se extiende figurativamente lo escolar a diferentes áreas de la vida, se termina alumnizando al sujeto”, confirmó el investigador de la UBB.

Sobre institucionalización de la biografía de niños y niñas

Según explicó el Dr. Héctor Cárcamo, las situaciones descritas dan cuenta de una sobre institucionalización de la biografía del niño, pues ésta se iría construyendo exclusivamente en espacios fuertemente normados, lo que tiene repercusiones en la construcción de un sujeto moral con capacidad de autonomía, y en torno a cómo se ejerce la ciudadanía.

“Cuando los espacios están sumamente institucionalizados, siempre se da la mediación de un adulto. Entonces, cuando hablamos de baja tolerancia a la frustración, de poca capacidad de resolución de conflictos, de problemas de convivencia escolar, estamos hablando de sujetos que no son capaces de enfrentar situaciones adversas si no es por la mediación de un adulto”, explicó el Dr. Cárcamo.

“Lo que ocurre con esta sobre institucionalización, estimo, es que se va sobrevalorando el adulto centrismo, porque pareciera ser que estos niños son incapaces de resolver sus asuntos y siempre están resguardados y protegidos por un sujeto adulto. Por lo tanto, la capacidad de asumir responsabilidades para la construcción de la propia vida en un espacio público se reducen. Y esto tiene un cruce muy fuerte con las necesidades de formar ciudadanía hoy”, aseveró el Dr. Cárcamo.

El Dr. Héctor Cárcamo llamó la atención sobre la necesidad de intervenir en la formación inicial docente respecto de la relación familia-escuela, aun cuando no esté explícito en el currículum. De igual manera, se deberían articular contenidos referidos a la formación de ciudadanía.

“Estimo que de alguna manera hay que relativizar la importancia que le estamos otorgando a lo escolar en tanto institución, porque la educación se vive en todos lados. Pareciera ser que en nuestro contexto chileno sobrevaloramos lo escolar-institucional. No digo que está mal, digo que está bien, pero también hay que dar espacios para que el niño sea niño. La discusión sobre si se deben regular las tareas para la casa no es casualidad ni es trivial. Hay una necesidad urgente de tender hacia la humanización, y no a estas lógicas de eficacia y efectismo que están primando. Ese proceso implica tener la capacidad de interactuar en un espacio que no esté fuertemente normado”, ilustró el Dr. Cárcamo.

El Dr. Héctor Cárcamo también hizo alusión a un tema pendiente, que se vincula con el de la relación familia-escuela, y es el referido a la necesaria conciliación entre el mundo laboral y familiar en Chile, que se encontraría prácticamente quebrada. “Las extensas jornadas laborales también intervienen en que los padres y madres establezcan un determinado tipo de relación con la escuela, porque tampoco pueden dedicar mucho tiempo a hacer vida familiar. Hay varios factores que se entrelazan y siempre están bajo el mismo concepto y paraguas ideológico”, advirtió el investigador del Departamento de Ciencias Sociales.

Cristian Villa Rodríguez

Cristian Villa Rodríguez, Periodista. cvilla@ubiobio.cl 042-2463015

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