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Publicado el 22 de agosto del 2017

Académico UBB idea humedales de alto rendimiento para el tratamiento de aguas residuales rurales

Por Noticias UBB
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El académico del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad del Bío-Bío, Dr. Pedro Cisterna Osorio, presentó la conferencia “Tratamiento de aguas residuales mediante humedales artificiales, teoría y práctica”, en el marco del seminario de difusión de la Ley 20.998 que regula los servicios sanitarios rurales. La actividad fue convocada por la Dirección de Obras Hidráulicas del Ministerio de Obras Públicas, FONDEF y la UBB.

Por Constanza Velásquez C. y Cristian Villa R.

La generación de humedales artificiales como alternativa tecnológica para el tratamiento de las aguas servidas rurales es lo que propone el académico del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental, Dr. Pedro Cisterna Osorio.

La propuesta, amigable con el medio ambiente, se alza como una opción altamente eficiente, de bajo costo en la inversión y en la operación posterior. “En Chile se han implementado sistemas de tratamiento de tipo convencional, fundamentalmente plantas de lodos activos, que poseen un alto grado de eficiencia en cuanto a la eliminación de los contaminantes, pero se trata de plantas complejas de elevado costo y se justifican en núcleos urbanos por sobre los 20 mil habitantes”, explicó el académico.

Por ello, los humedales artificiales aparecen como una alternativa óptima para el tratamiento de las aguas servidas residuales en sectores rurales, pequeños villorrios, centros turísticos, o incluso en procesos de recuperación de cuerpos lacustres.

Según explicó el Dr. Pedro Cisterna, básicamente se construyen humedales sustentados en procesos naturales y sobre la base de principios de la ingeniería. En dichos espacios se conjugan mecanismos y conceptos como la fotosíntesis de las plantas, la radiación solar, la presencia de microorganismos y su relación simbiótica con las plantas, entre otros.

Además de contribuir con la solución de un aspecto sanitario importante para las comunidades, también se aborda la mirada productiva del mundo agrícola y ganadero, pues las aguas servidas no tratadas inciden negativamente en el medio y provocan mermas en los niveles de productividad, impidiendo que pequeños agricultores se incorporen a mercados atractivos desde el punto de vista económico, pero que demandan mayores requisitos de calidad.

“Creemos que es importante vincular el tema de las aguas servidas rurales no tratadas desde una perspectiva más integral. No nos basta con denunciar el problema y brindar una respuesta desde lo técnico, sino comprender que esto se vincula con el diario vivir de las personas que están en el mundo rural”, aseveró el Dr. Cisterna.

El investigador UBB precisó que la construcción del humedal comienza con una excavación de unos 60 centímetros. El área de extensión dependerá de la cantidad de población a la que servirá dicho espacio. Sobre la excavación se instala un polietileno de alta densidad (HDPE) que permite establecer una frontera entre la zona excavada y el suelo y las aguas subterráneas para evitar su contaminación. Sobre dicho revestimiento se aplica una capa de 20 centímetros de piedras y grava, y sobre ello las plantas, que pueden ser espadañas o juncos en atención a sus propiedades, pues se les considera plantas descontaminantes.

A través de una cañería se ingresa el agua servida (afluente), la que recorre el humedal y experimenta un proceso de biodegradación donde las bacterias biodegradan la materia orgánica. En tanto, las raíces de las plantas aportan oxígeno dando paso a un proceso de biodegradación aeróbica que da como resultado agua limpia (efluente) en el otro extremo del humedal, que ciertamente, ha debido construirse con una determinada pendiente.

El Dr. Cisterna Osorio explicó que el tratamiento reduce alrededor del 90% de la materia orgánica, lo que también implica la reducción de coliformes. “Como efecto de la descomposición se produce CO2, el cual es captado por las propias plantas del humedal que lo emplean como sustrato y fuente de carbono, quedando retenido en el mismo lugar”, precisó el investigador.

Se trata de un proceso completo e integral, sustentado básicamente en principios de la naturaleza, y que prácticamente no requiere de intervención humana, salvo la necesaria poda anual que demandan las plantas.

Este tipo de sistema requiere previamente una fosa séptica, un elemento muy presente en el mundo rural. “El humedal requiere un tratamiento previo, una fosa séptica, que retiene fundamentalmente el material sólido. Combinando ambos elementos, la fosa séptica y el humedal artificial, se logran resultados similares a los de sistemas complejos de alto costo de inversión y de operación, que además requieren de personal mucho más calificado”, enfatizó el Dr. Pedro Cisterna.

El investigador UBB asume que los humedales responden de mejor manera a determinados contextos y necesidades de las comunidades rurales, porque al implementar una solución, además de los aspectos técnicos, también deben considerarse factores ambientales y antropológicos para dar efectivamente con una propuesta óptima.

El seminario también consideró la exposición del académico Andrés Arriagada de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, quien compartió la ponencia “Incidencia de la descarga de aguas servidas rurales en la actividad agropecuaria y ganadera del mundo rural”.

Andrés Arriagada explicó que a través de distintas investigaciones realizadas junto al Dr. Pedro Cisterna, se ha evidenciado que uno de los principales elementos contaminantes de las aguas de riesgo, corresponden a aguas servidas producidas por villorrios o poblaciones rurales.

“La afectación que hay sobre la calidad del agua de riego es de tal importancia, que muchas veces, el agua no cumple con la norma chilena de riego, eso implica que acumulan indicadores por sobre los 1000 coliformes fecales en 100 ml. Los distintos estudios y trabajos que hemos hecho, demuestran que son las aguas servidas las que están generando ese impacto”, describió Arriagada.

Dicha situación reduce las posibilidades de producir más y mejores negocios agrícolas, y así se resta competitividad al sector agroindustrial, generando un aumento en las brechas entre los distintos productores, pues solo algunos logran acceder a mejores mercados que exigen mayores requisitos de calidad que los pequeños productores no logran cumplir.

“El problema del saneamiento rural, el tratamiento de las aguas servidas, no es solamente un problema social, sino que también es un problema de índole productivo porque está afectando la potencialidad productiva de los campos.  En la zona que va desde la Región de O´Higgins hasta el sur del Biobío, el principal contaminante de los canales de riego son los coliformes originados por aguas servidas. Queremos ofrecer una alternativa tecnológica que sea una solución de bajo de costo, como es la propuesta de los humedales, y luego instalar en la autoridad política y en los entes técnicos, que el problema del saneamiento es un tema de índole productivo que puede tener muchas consecuencias para la agricultura del país”, enfatizó Andrés Arriagada.

El seminario también consideró la participación del subdirector de Agua Potable Rural de la Dirección de Obras Hidráulicas, Nicolás Gálvez Soto, quien expuso sobre “La Ley 20.998, contenidos y aplicación”.

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