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Publicado el 23 de julio del 2020

Expertos latinoamericanos participaron en conversatorio organizado por la Escuela de Trabajo Social

Por Valentina Álvarez Araya
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¿Puede el trabajo social ser emancipatorio? fue el tema central del conversatorio organizado por Escuela de Trabajo Social en la sede Concepción, que contó con la participación de  docentes latinoamericanos, quienes reflexionaron sobre el rol y los desafíos que tendrán que enfrentar en su profesión.

La actividad contó con la bienvenida del jefe de Carrera, Felipe Saravia, y de los académicos Sandra Salamanca y Alexander Panez, quienes estuvieron a cargo de la organización del conversatorio.

Durante su exposición, la presidenta de la Federación Internacional de Trabajadores Sociales y directora de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Mar del Plata, Argentina, Silvana Martínez, manifestó que existen dos líneas de pensamiento del trabajo social: la de continuidad o la de ruptura del orden social. “Hay trabajadores sociales que no apuntan a la crítica y transformación del orden social sino al control social, a quedarse en la superficie de las problemáticas sociales. Tiene que ver con posturas políticas, ideológicas, teóricas y epistemológicas”, afirmó.

Además sostuvo que el trabajo social emancipador que propone es anticapitalista, antipatriarcal y anticolonial, busca ver todos los dispositivos que han construido este orden social y que tiene básicamente dos dimensiones: la hermenéutica crítica, de interpretación, de ir al fondo; y de formación, de buscar las herramientas necesarias para transformar los distintos niveles en que se desenvuelven los profesionales. “Es la construcción de un pensamiento crítico que implica ir a la raíz de las problemáticas sociales con el objetivo de la emancipación social, humana, de los pueblos y con un pensar situado, en un contexto, arraigado con nuestro territorio, nuestra historia y la memoria larga de nuestros pueblos ancentrales y, a su vez, construir un pensamiento nacional, descolonial y feminista”, expresó.

Agregó que el trabajo social emancipador es antiopresivo donde hay que politizar la mirada, la intervención, la formación y, fundamentalmente, ser expertos en dos categorías claves: la política y el poder. “Si no entendemos ello no entendemos de trabajo social, porque todas las políticas sociales, el orden social vigente, las desigualdades sociales son construidas a través y por el poder y la política”.

Por su parte, el académico de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Temuco, Luis Vivero, señaló que desde una crítica más radical el trabajo social debe pensarse como un actor político que está inserto en las dinámicas sociales, de producción y reproducción de la vida social. “A la luz de estos nuevos escenarios, el trabajo social debe pensarse desde lo popular. Estamos siendo parte de una historia y si el trabajo social se plantea el desafío emancipador no puede ser de espalda al pueblo, sino que debe construir su proyecto ético- político con los sujetos y no para los sujetos”.

Finalmente, la historiadora e investigadora social de la Universidad Pública de El Alto, Bolivia, Jhocelin Caspa, planteó que la profesión debe estar orientada a las relaciones que los sujetos mantienen con su ambiente y así puedan desarrollarse de manera plena. “Lo que necesitamos es una emancipación humana donde de cada persona surja la reivindicación. Tenemos que investigar nuestras propias realidades, nuestro sentir, nuestro territorio. No podemos quedarnos al margen de lo que está pasando, tenemos que ver cómo organizarnos y hacer que la emancipación sea factible. Tenemos que acudir a la emancipación como la recuperación del mundo humano. El trabajador social en cuanto a su emancipación política debería adentrarse a lo que es el capitalismo y hacer un quiebre y exigir una separación del orden social con el orden político”, enfatizó.

 

Valentina Álvarez Araya

Valentina Álvarez Araya, Periodista. valvarez@ubiobio.cl 041-3111185

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