El connotado diseñador chileno, Francisco Gálvez, brindó una clase magistral sobre la especialidad de Diseño Tipográfico. La actividad, realizada en la Escuela de Diseño Gráfico, fue patrocinada por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
El diseñador gráfico y tipógrafo Francisco Gálvez, premio Altazor el año 2002 en la categoría Diseño Gráfico e Ilustración por la fuente tipográfica Elemental, brindó una clase magistral en dependencias de la Escuela de Diseño Gráfico de la UBB, donde estudiantes, académicos, profesionales del Diseño, así como alumnos de otras casas de estudio de la región, tuvieron la oportunidad de conocer directamente de su experiencia y entablar un diálogo con este referente nacional.
Francisco Gálvez también ha obtenido el primer premio Gold Prize en el Morisawa Awards 2002, International Typeface Design Competition, por la tipografía Australis, realizado en Tokio, Japón. Es autor del libro Educación Tipográfica (UDP, 2004), y se ha desempeñado como docente de la Escuela de Diseño de la Pontificia Universidad Católica y de la Escuela de Diseño de la Universidad Diego Portales, entre otros méritos.
En este contexto, el director de la Escuela de Diseño Gráfico, Gino Alvarez, comentó que resulta sumamente enriquecedor el contar con la experiencia directa del especialista. “Francisco Gálvez ha dedicado su vida profesional al desarrollo tipográfico y hemos querido traer a este referente pensando especialmente en nuestros estudiantes, aunque también nos acompañaron estudiantes de otras casas de estudios de la región del Biobío. Hoy ha compartido una visión acerca de cómo ha ido desarrollándose el diseño tipográfico. Ha obtenido múltiples reconocimientos por sus diseños tipográficos y es así como ha mostrado todo un recorrido junto con mostrar incluso algunas herramientas que hoy se usan habitualmente entre quienes se dedican a ese tema”, aseveró.
En tanto, Francisco Gálvez, comentó que el Diseño Tipográfico es un área específica e interesante para quienes se apasionan con el tema, pero descarta el asumir una posición que determine alguna preeminencia de esta perspectiva. “Siempre realizo el paralelo de que la tipografía es como el vino; por ejemplo, y para entender la analogía, hay gente que sabe mucho de vino y gente que sabe mucho de tipografía, hay personas que no tienen idea de vino y otra que no tiene idea de tipografía; hay concursos para elegir los mejores vinos y hay concursos para elegir las mejores tipografías. Es tan importante y no a la vez, que no tengo ningún argumento para exponer a una persona común y corriente que esto es realmente importante. Tal como en el vino, hay gente que se apasiona con el tema y sabe mucho”, aseveró.
Francisco Gálvez precisó que prefiere adoptar esta perspectiva pues se trata de un tema específico pero que debe ser calibrado bajo una mirada holística. “Yo me interesé en este tema por el diseño y la forma de las letras, y en la medida en que te vas interiorizando sobre el tema y descubres de donde viene la forma de las letras, qué se escribía con esas letras, cómo fue la evolución de la escritura en la civilización, empiezas a mirar de nuevo la historia pero desde la escritura. Al mismo tiempo te amplía los horizontes literarios por decirlo de alguna manera, porque en la historia han aparecido avances técnicos e inventos con la tipografía que se corresponden con publicaciones importantes; el ejemplo de Gutenberg es muy claro. Eso es lo interesante y es apasionante entender cómo nosotros llegamos a usar el alfabeto que es tan cotidiano. Uno puede preguntarse por ejemplo, cuándo aparece la idea de que hay espacios entre las palabras, pues lo cierto es que hablamos de corrido y ese espacio entre las palabras es un invento al momento de escribir. Los primeros romanos escribían todo de corrido, al igual que los griegos, entonces uno va entendiendo como es la lógica de esta tecnología que es el alfabeto y la escritura”, comentó.
Gálvez detalló que al aparecer la escritura también se origina la idea de libro. “Está todo conectado y se pasa del rollo de papiro al códice, y luego al libro, y si tú te fijas, cuando el libro, que era escrito a mano, se automatiza con la tecnología tipográfica que consistía en reproducir lo escrito mecánicamente, cambia la concepción de la escritura y aparece todo lo que nosotros consideramos ahora las bases de la cultura contemporánea. Por ejemplo, en qué consiste leer, cómo ha evolucionado la lectura a través de la historia, uno puede pensar que las personas han leído como hoy desde siempre y eso no es así. Yo hago el símil entre lo que sucedió a fines de la Edad Media con el inicio del Renacimiento; Gutenberg nunca dijo o pensó que estaba en el Renacimiento. Hago el paralelo entre lo que sucedió con la escritura a mano y la escritura automatizada, es lo mismo que pasa ahora, pues estamos pasando desde la escritura y lectura tradicional de libros al hipertexto, que ya no es el texto fijo sino aquél que se conecta con otras informaciones, que es infinito y circular y eso va a cambiar también de alguna manera la forma en que vivimos, cómo accedemos a la información”, declaró.
