La Escuela de Trabajo Social de la sede Chillán convocó a académicos, investigadores y profesionales de las escuelas formadoras de las universidades Católica de la Santísima Concepción y de Concepción, para reflexionaron sobre temas de formación e investigación.
Reflexionar acerca de aspectos de formación e investigación en el seno de las escuelas de Trabajo Social, junto con promover y posicionar el rol del Trabajador Social como un profesional que investiga la realidad para comprenderla y a partir de ello intervenir y producir transformaciones sociales sustantivas, fue uno de los principales objetivos del congreso denominado “Nuevos Desafíos en la Formación e Investigación en Trabajo Social”, convocado por la Escuela de Trabajo Social de la sede Chillán de la UBB.
La actividad, que se enmarca en las actividades de Extensión, se desarrolló en el Salón Auditorio Miguel Jiménez Cortés del Campus La Castilla de la UBB y contó con la participación de unidades formadoras de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Universidad de Concepción y de la anfitriona UBB.
La directora de la Escuela de Trabajo Social de la sede Chillán, Carmen Gloria Jarpa, precisó que los temas convocantes aparecen como de primer orden, puesto que actualmente a nivel nacional y latinoamericano, se evidencian situaciones de inequidad y desigualdad que requieren ser abordadas. “Es necesario reflexionar y pensar la formulación de mejores políticas sociales, la definición de nuevos y mejores dispositivos de intervención, la posibilidad de remirar esta profesión como un recurso para aminorar las brechas sociales y no como una profesión que reproduzca la desigualdad social, y todo eso tiene que ver con revisar nuestras prácticas en lo formativo y en lo investigativo. En el imaginario público hay resabios fuertes acerca de que el trabajador social asiste, ayuda, pero no investiga como otros profesionales”, comentó.
En esta línea, la académica Carmen Gloria Jarpa resaltó que precisamente es necesario relevar el concepto de investigación como una herramienta para aproximarse a la realidad, comprenderla y a partir de esa comprensión profunda hacer transformación social y no simplemente mantener el statu quo. “Eso implica que el trabajador social debe estar preparado para utilizar estrategias de investigación cualitativa, cuantitativa o mixta, de manera tal que no actúe a partir del sentido común. El trabajador social ha de ser un profesional que estudie a lo menos cinco años en la universidad, para convertirse en un pensador de lo social, en alguien que reflexione sobre el quehacer y que no solamente reproduzca viejas prácticas en el área de lo social. Ese es nuestro llamado, y de alguna manera queremos constituirnos en una Escuela formadora referente, porque es el sello que hemos dado a nuestros estudiantes a lo largo de los 18 años de vida de nuestra carrera en la sede Chillán. Es decir, abogamos porque nuestros profesionales realicen una intervención que hemos denominado pensada, situada y reflexiva, y por lo tanto, nuestros egresados no son personas que sólo entregan beneficios, sino que participan de la construcción de transformaciones sociales profundas”, aseveró.
Como un ejemplo ilustrativo, la académica Carmen Gloria Jarpa, aseguró que hoy la cuestión social ha cambiado y que las desigualdades se han incrementado; por tanto no basta la superación de la pobreza per se, sino que la superación de ésta requiere la instalación de competencias en las personas para que puedan hacerse cargo de sus vidas, lo que supone un sentido mucho más profundo respecto de la tarea del Trabajador Social.
Asimismo, Carmen Gloria Jarpa comentó que la práctica profesional requiere una mirada crítica frente a las políticas públicas que se implementan. “Es necesario analizar cómo nos hacemos cargo de políticas sociales que a veces no están cercanas a la gente, muchas veces son pensadas en un escritorio y luego bajan a ciertos operadores, entre ellos los trabajadores sociales, que tienen que entregar cierto beneficio, y ese beneficio no está pensado para las personas. Por eso es necesario realizar investigaciones para nutrir a la política social; si no se investiga, ni se sistematiza, cómo podemos argumentar a quienes piensan la política social, que está mal o bien hecha. Si obtuviésemos información valiosa a partir de la investigación, y esa información sirviera para la toma de decisiones, produciríamos una transformación social importante”, argumentó.
Finalmente, la directora de la Escuela de Trabajo Social de la sede Chillán, comentó que la instancia permitió vislumbrar algunos desafíos y planes, como por ejemplo, trabajar conjuntamente con las escuelas formadoras concurrentes para proyectar un Doctorado en Trabajo Social, junto con replicar anualmente el congreso para continuar analizando temas de formación, práctica e investigación.
Entre los expositores se contó el Dr. Javier León quien expuso sobre “Trabajo Social y trayectorias de investigación. La participación ciudadana como objeto de estudio”; y el Dr. Héctor Cárcamo Vásquez quien abordó “Intencionalidad científica y la ‘fetichización` del método en Ciencias Sociales”.
