Un reconocimiento póstumo a los estudiantes de la Universidad del Bío-Bío asesinados durante la dictadura militar, Fernando Moscoso y Gabriel Riveros, realizó la Federación de Estudiantes de nuestra casa de estudios, sede Concepción, en conjunto con la Dirección de Desarrollo Estudiantil. En la ocasión también se presentó la obra teatral y musical “Cantata por la memoria. Nada está olvidado, nadie está olvidado”, que estuvo a cargo del Grupo Waikimiya, en el Aula Magna de la UBB.
Los jóvenes cursaban sus estudios en la Universidad Técnica del Estado, antecesora de nuestra institución. Fernando Moscoso Moena estudiaba Ingeniería de Ejecución en Maderas, mientras que Gabriel Riveros Ravelo era alumno de Ingeniería de Ejecución en Mecánica.
En representación del rector Héctor Gaete, intervino el secretario general de nuestra Institución, Ricardo Ponce, quien señaló que la actividad “es un gesto de reconocimiento y de justicia para dos personas que pasaron por nuestras aulas. Felicito a nuestros estudiantes y dirigentes y me siento orgulloso de esta iniciativa, porque son acciones que nos van a permitir tener una reflexión ética y poner siempre a la dignidad y los derechos de las personas como primera prioridad”, afirmó.
El acto contó con la presencia del presidente de la Federación de Estudiantes de la sede Concepción, Felipe Guajardo; el director de Desarrollo Estudiantil, Eduardo Solís; familiares de los ex estudiantes y comunidad local.
En nombre de las familias, Olimpia Riveros, hermana de Gabriel, agradeció a la Universidad por realizar la actividad y enfatizó que “estos héroes jóvenes no fueron conocidos, por eso cuando aparece alguien en nuestra vida que quiere recordarlos nos sentimos profundamente agradecidos, porque con ello reafirmamos nuestra convicción de que la lucha no fue en vano”.
Agregó que el acto organizado por la Federación de Estudiantes de la UBB implica un profundo compromiso social y político. “Hubo fuerzas oscuras de muchos sectores que truncaron sueños y cercenaron vidas, momentáneamente, porque el gesto de hoy y otros que hemos vivido nos hablan de que esos sueños están vivos, que su lucha no fue en vano, que la sangre derramada tiene un mensaje, una fuerza que nos va a permitir algún día acercarnos a ese país justo, democrático, solidario con el que ellos soñaron y todos deberíamos seguir soñando”, expresó.
Posteriormente, se dio inicio a la “Cantata por la memoria. Nada está olvidado, nadie está olvidado”, que estuvo a cargo del Grupo Waikimiya. La puesta teatral y musical fue presentada con gran éxito en la UBB.