Como parte de las actividades de sensibilización a la comunidad universitaria, el Programa UBB promotora de la salud, llamó la atención sobre el pionero proyecto Ñandú de Vigilancia Epidemiológica y Evaluación de Intervenciones en Enfermedad Cerebrovascular en la Provincia de Ñuble, toda vez que en la zona los ataques cerebrovasculares representan la primera causa de muerte, por sobre las estimaciones a nivel nacional.
La provincia de Ñuble tiene las tasas más altas de accidentes cerebrovasculares del país. Por ello, el Proyecto Ñandú, que reúne el trabajo investigativo de las universidades de Concepción, de Chile, del Desarrollo y Mayor, junto a profesionales del Hospital Clínico Herminda Martín de Chillán y de la Seremi de Salud del Biobío, oficina provincial de Ñuble, pretende levantar un sistema de vigilancia epidemiológica en la zona, para recabar información al detalle y a partir de ello, esbozar políticas públicas pertinentes con miras a prevenir la incidencia de estos problemas de salud.
En este contexto, el Programa UBB promotora de la salud, dirigido por la académica del Departamento de Nutrición y Salud Pública, Dra. Orieta Segura, realizó el seminario sobre “Ataque cerebrovascular y proyecto Ñandú” que tuvo como principal expositora a la Dra. Ana María Moraga, académica de la UdeC, e integrante del equipo del Proyecto Ñandú.
La actividad se realizó en la Sala Schäfer del Centro de Extensión y concitó el interés de estudiantes, académicos y profesionales del área.
La Dra. Moraga es médico epidemióloga de la Universidad de Concepción; Magister en Salud Pública de la Universidad de Chile y Magister (c) en Educación Médica de la Universidad de Concepción.
La investigadora precisó que el objetivo general de Ñandú es medir la incidencia poblacional, la sobrevida, la letalidad del ataque cerebrovascular y el manejo agudo y crónico habitual de las Enfermedades Cardiovasculares, mediante un sistema de vigilancia epidemiológica en la provincia de Ñuble. Para dicho propósito se utilizará la metodología STEPS propuesta por OPS/OMS, para obtener información de población en riesgo, factores de riesgo de ataques cerebrovasculares, y elementos del tratamiento y prevención para el diseño de intervenciones que mejoren la efectividad en el control y manejo de la patología cerebro vascular. Esta información no está disponible actualmente en Chile.
Básicamente se trata de un proyecto de investigación epidemiológica sobre los ataques cerebrovasculares en Ñuble, así como también de intervención en salud considerando educación a la población sobre los síntomas y signos, capacitación al personal de salud, mejoramiento de los sistemas de atención de los pacientes, empleo de protocolos estandarizados, entre otros puntos.
La Dra. Ana María Moraga precisó que las enfermedades cerebrovasculares (ECV) son un problema de salud pública relevante en Chile con una incidencia aproximada de 170 por 100.000 casos al año, y una letalidad de 25% a los 30 días, según un reciente estudio poblacional realizado en Iquique. Sin embargo estas cifras pudieran no ser aplicables a todo Chile. Las estadísticas nacionales muestran una importante variabilidad de las tasas de mortalidad y hospitalización por ECV en las distintas regiones del país, lo que pudiera ser real o simplemente reflejar diferencias de registros.
Según detalló, la OPS/OMS a través de su oficina de vigilancia de enfermedades crónicas, ha propuesto una metodología de vigilancia de ECV, en una modalidad progresiva que va desde los registros hospitalarios hasta los registros de poblaciones, con el fin de contribuir a caracterizar la ECV en la región y comparar la situación en distintas regiones del mundo, particularmente en países en desarrollo.
¿Por qué en Ñuble las tasas son más altas?
-“Sin datos aún, mi percepción es que no hay una diferencia en los factores de riesgo en relación a otras localidades de la misma Región del Biobío. La Hipertensión, Diabetes mellitus y el Sobrepeso es bastante similar, sin embargo, mi impresión es que la severidad de la enfermedad es mayor en Ñuble, y quizás pueda haber un tema genético. Pero también hay un tema de alimentación que ahora se está evidenciando, porque hace 20 o 30 años los embutidos (longanizas) eran una alimentación presente en la mesa casi a diario. Si juntamos estos factores de riesgo tan prevalentes muchos años atrás, vemos los resultados de hoy. Creo que hay un tema de alimentación y quizás también un tema genético que habla de la severidad de la enfermedad”.
Usted ha dicho que el ataque cerebrovascular no es casual, no es un accidente.
-“Las personas deben tener claro que el ataque cerebrovascular no es casual ni es un accidente porque se puede prevenir, y si alguien no quiere tener un accidente cerebrovascular, entonces decide practicar actividad física, come cinco porciones de frutas y verduras al día, en fin, es una decisión. Por ello no es un accidente, y si mis estilos de vida incorporan factores de riesgo, lo más seguro es que tendré un accidente cerebrovascular.
Las personas tienen la información, pero no adoptan medidas preventivas…
-“Las personas tienen la información pero no están conscientes. Nos hemos dado cuenta que el manejo no es individual. Lo que el Estado debe hacer es facilitar las alternativas para que la persona pueda hacer actividad física, difundir plazas saludables, subir el precio y los impuestos de los productos nocivos para la salud, imponer mayores restricciones al consumo de tabaco y deberá venir algo para restringir el consumo del alcohol. Debe haber políticas públicas que lleven a eso”.
Un gran aporte a la región y a Ñuble
La profesional nutricionista de la Seremi de Salud del Biobío, delegación provincial de Ñuble, Dayar Baeza, destacó que el proyecto Ñandú aportará información relevante a Ñuble sobre la incidencia de la enfermedad cerebrovascular, el número de personas que consultan, entre otros. “Con este estudio tendremos importantes insumos para analizar y luego definir estrategias porque al conocer el número de pacientes que consultan, cuáles son sus factores de riesgo, podremos definir estrategias a futuro para afrontar este problema. En Ñuble, desde hace unos 10 años tenemos como primera causa de muerte a los accidentes cerebrovasculares, evidenciando esta realidad antes que se impusiera como primera causa de muerte a nivel nacional”, destacó.
En lo operativo la oficina coordinadora del proyecto se encuentra en el Hospital Clínico Herminda Martín, desde donde se mantiene un estrecho vínculo con el Hospital de San Carlos y los Hospitales Comunitarios de Salud Familiar de Yungay, El Carmen, Bulnes, Quirihue y Coelemu, la Seremi de Salud y el Servicio de Salud Ñuble.
“Por ahora nos encontramos en la etapa de registro de datos, lo que comenzó el 23 de marzo y se prolongará por un año. Luego será la Seremi de Salud la que continuará con esta vigilancia. Y sería la primera seremi del país que llevaría adelante un sistema de vigilancia sobre este tema. Nunca antes se había hecho”, valoró la Dra. Ana María Moraga.
Síntomas y medidas preventivas
La académica del Departamento de Salud Pública y coordinadora del Programa UBB promotora de la salud, Dra. Orieta Segura, destacó lo necesario que resulta promover la detección oportuna de los síntomas de un ataque cerebral, y para ello es fundamental sensibilizar a la ciudadanía respecto a la importancia de esta enfermedad.
“Es muy importante que las personas sepan reconocer los principales síntomas del ataque cerebrovascular. Entre ellos se identifica la asimetría facial, con un lado caído del rostro; la debilidad o falta de fuerza en alguno de los brazos; la incapacidad de hablar con claridad. Otros síntomas adicionales suelen ser la alteración visual y el dolor de cabeza muy severo sin causa aparente. Esto se puede prevenir y por ello es aconsejable consumir menos sal, bajar la presión arterial; tratar y controlar toda enfermedad cardíaca; no fumar; moderar el consumo de alcohol; practicar actividad física regularmente; bajar la glicemia (azúcar en la sangre), en particular si hay antecedentes familiares de diabetes; bajar el colesterol; y evitar el exceso de peso”, explicó la docente de la UBB.