Gratamente sorprendido y agradecido del reconocimiento que le brindó la región del Biobío a través del Premio a las Artes, Ceres 2015, se manifestó el arquitecto de la UBB, Nicolás Sáez, tras ser distinguido en el área Artes Visuales por su proyecto fotográfico ficcionado MaPa, Marcas en el Paisaje que realizó con la co-edición de la fotógrafa y teórica Andrea Jösch y fue financiado por el Fondo Nacional para el Desarrollo Cultural y las Artes, Fondart 2014.
“Es un reconocimiento importante en mi carrera, el primero en mi Región. Agradezco el trabajo y dedicación de Andrea Jösch, yo sin ella no lograría este nivel internacional que es el objetivo que quiero cumplir en mi carrera; también todo lo que aprendí con el Colectivo Concepción Fotográfica y, por supuesto, el apoyo de la Universidad del Bío-Bío, tanto del Rector como de la Escuela de Arquitectura, que entienden que lo que hago es una línea alternativa que tiene que ver con el arte”, afirmó.
MaPa, Marcas en el Paisaje es un viaje de cordillera a mar por la región del Biobío, destacando siete paisajes sufrientes, heridos e intervenidos por el poder y grupos económicos en la extracción de recursos naturales. Talcahuano, Lota, Tirúa, Ralco, Pemuco, Shangri-La y Ñuble son una muestra de ello.
Frente a esto, se presentan siete imágenes intervenidas con vallas publicitarias modeladas y renderizadas, que aunque parezcan reales, cada estructura es una reinterpretación de los símbolos de la propiedad privada en el territorio y paisaje, una «marca en el paisaje». Así, MaPa pretende constituirse como un documento ficcionado, que representa o evidencia la realidad invisibilizada del poder sobre nuestro territorio, explicó Nicolás Sáez.
Agregó que MaPa es producto de tres conceptos: “Marcas, representadas por las vallas publicitarias y por los conceptos de enmarcar y de marca registrada; Paisaje en alusión a la naturaleza, pero también al paisaje político; y Mapa, porque el proyecto quiere orientar a las personas que se detienen a ver y se conmueven y también por su sentido críptico, pues no cualquiera puede interpretar un mapa con tanta facilidad”, afirmó.
La imagen como lenguaje no verbal y su trasfondo social son elementos de este proyecto. Para Nicolás Sáez la fotografía es la madre de nuestra relación virtual con el mundo, donde es necesario recordar la manipulación que hay en cada imagen y hacer una distinción entre la experiencia directa y lo virtual. “La valoración entre una y otra es totalmente distinta. Fortalecer la experiencia directa es lo que hay que hacer, hay que poner en su lugar a la imagen y entender que es un instrumento para poder comunicarnos y decir cosas, pero en ningún caso reemplaza nada. Esa predilección por la imagen actual es parte de lo que estamos combatiendo con la misma fotografía, siento que es como construir imágenes con mayor sentido y no jugar con lo desechable”, aseveró.
Eso es lo que desea trasmitir a sus alumnos de la carrera de Arquitectura y a la comunidad regional, a través de sus proyectos y cursos que lo acercan al público infantil y adulto y le permiten desarrollar su rol académico.
