La profesora Julia Fawaz participó como expositora en el 8° Congreso Internacional del Consejo Europeo de Investigaciones Sociales de América Latina (CEISAL), convocado conjuntamente con el Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca. En la ocasión expuso el trabajo “Mujer rural, trabajo e identidades: visibilización de nuevos sujetos sociales en la conformación de las nuevas ruralidades”, correspondiente al Proyecto Fondecyt 1140579.
“Tiempos posthegemónicos: sociedad, cultura y política en América Latina” fue el lema que inspiró el 8° Congreso Internacional del Consejo Europeo de Investigaciones Sociales de América Latina (CEISAL), convocado conjuntamente con el Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca.
Según se indica en la convocatoria, “CEISAL es una red que agrupa a los principales institutos, centros especializados en estudios de América Latina y asociaciones nacionales de investigación social sobre América Latina de Europa, y que cuenta, actualmente, con cincuenta y uno miembros que representan a 19 países europeos. La idea es generar espacios de reflexión plurales y críticos desde las diferentes disciplinas de las Ciencias Sociales para avanzar en el conocimiento de la realidad social, cultural, económica y política de América Latina en tiempos posthegemónicos”.
En dicho marco, la académica del Departamento de Ciencias Sociales y del Grupo de Investigación en Desarrollo Local, profesora Julia Fawaz Yissi, expuso las ponencia denominada “Mujer rural, trabajo e identidades: visibilización de nuevos sujetos sociales en la conformación de las nuevas ruralidades”, correspondiente al Proyecto Fondecyt 1140579.
La académica explicó que entre los objetivos de la investigación se pretende “abordar la reconstrucción de los espacios rurales y las ‘nuevas ruralidades’ desde las transformaciones del trabajo, y sus efectos en la construcción de las identidades femeninas y en la visibilización de la mujer en el territorio local. El trabajo femenino constituye un eje estructurador de la vida y que, al mismo tiempo, visibiliza a nuevos sujetos sociales en los espacios rurales”. Para ello se recurrió a estadísticas aportadas por censos y la encuesta CASEN 2013, una encuesta propia y narrativas de mujeres de la ruralidad de la Región de Biobío, pues dicha zona “posee unidades territoriales de alta ruralidad y procesos de urbanización importantes con vinculación estructural y simbólica significativa con el medio rural”, describió la académica.
La académica Julia Fawaz Yissi explicó que el estudio parte de algunas premisas básicas. “La participación laboral femenina, a pesar de los conflictos y tensiones implicados, tiene impactos positivos a nivel de las propias mujeres, de sus familias y en el desarrollo. Va acompañada de una reconstrucción de sentidos y valoraciones que visibilizan paulatinamente a la mujer como un nuevo sujeto social relevante en el desarrollo rural. Las trayectorias laborales de las mujeres rurales en los procesos de construcción territorial están ligados a tres procesos: habitar, trabajar y una movilidad espacial particular”, ilustró.
De este modo, y en medida importante debido a la modernización rural, la mujer irrumpe como un nuevo sujeto social que se abre paso en el mercado laboral.
“Las mujeres rurales históricamente se han visto limitadas por los roles de género tradicionales, y sus actividades productivas invisibilizadas, subsumidas como parte de este rol. La modernización rural ha posibilitado que las fronteras urbano/rural se hayan permeado y ha ampliado las oportunidades de empleo para las mujeres rurales. Se abre así paso uno de los cambios más importante en los sectores rurales, cual es la creciente incorporación de la mujer al mercado laboral como asalariada, trabajadora cuenta propia o empleadora, ya sea en el ámbito agrícola o rural no agrícola. Dicho proceso de feminización del mercado laboral muestra brechas de género, tanto en términos salariales como de segregación ocupacional”, aseveró la académica Fawaz Yissi.
Incremento de la participación laboral de la mujer rural
La académica Julia Fawaz explicó que entre los hallazgos más relevantes producto del incremento de la participación laboral de la mujer rural se muestra que la inserción laboral se encuentra estrechamente vinculada al “estadio del ciclo vital de la mujer, estructura del hogar y mayor capital humano disponible (educación y capacitación)”. La mayor inserción laboral se da en rangos de edad entre los 25 y 54 años, evidenciando una prolongación de la etapa de formación escolar antes de los 24 años, y constitución de la familia con posterioridad a dicha edad. Adicionalmente, aseguró que la presencia de pareja en el hogar inhibe la participación laboral de la mujer, de modo que mientras una de tres mujeres con pareja trabaja fuera del hogar, entre las mujeres sin parejas lo hace el 55%. Ser jefa de hogar, por las responsabilidades que conlleva, y la necesidad de generar ingresos propios por ausencia de pareja proveedora, acrecientan la incorporación al trabajo, ilustró la investigadora de la UBB.
Factores del mercado laboral también inciden, según argumento Julia Fawaz, pues hoy se constata “un aumento de oferta laboral en actividades no agrícolas, muchas fuera del espacio rural; una diversificación productiva y flexibilización laboral. También se advierte mayor movilidad espacial transitoria, facilitada por el mejoramiento vial y del transporte, que posibilita el acceso a ocupaciones en sectores urbanos, así como la existencia de políticas públicas de apoyo tendientes a mejorar la empleabilidad y el microemprendimiento”, comentó.
La académica Julia Fawaz Yissi concluyó expresando que la investigación aporta luces interesantes sobre el trabajo femenino y los diversos factores asociados, tales como la presencia de pareja, o de hijos menores en el hogar, la estructura del hogar y nivel educacional, y etapa del ciclo de vida de la mujer, como también factores culturales propios del mundo rural. “También se pone de manifiesto una reconfiguración de las relaciones rural/urbanas, esto debido a los crecientes intercambios entre ambos sectores y a las mayores posibilidades de movilidad y desplazamiento periódico hacia mejores empleos, educación y consumo, a menudo fuera del sector rural. Como la evidencia empírica y los organismos internacionales destacan, la baja tasa de participación laboral femenina afecta tanto la vida de las mujeres y sus familias como la competitividad del país y el desarrollo local, concluyéndose como necesario que las políticas públicas planteen medidas eficaces al respecto”, expresó la investigadora UBB.