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Publicado el 30 de septiembre del 2016

Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes distribuirá libro de académico UBB en bibliotecas públicas del país

Por Cristian Villa Rodríguez
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La publicación del académico del Departamento de Ciencias Sociales, Dr. Marco Antonio León León, denominada “Construyendo un sujeto criminal. Criminología, Criminalidad y Sociedad en Chile, siglos XIX y XX”, será reimpresa por Editorial Universitaria para ser distribuida en las bibliotecas públicas del país.

El Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes solicitó a la Editorial Universitaria, que coedita el libro junto al Centro Barros Arana de la DIBAM, nuevos ejemplares para ser distribuidos en las bibliotecas públicas del país. El autor de la obra, el Dr. Marco Antonio León se mostró gratificado con la decisión, pues se cumplirá uno de sus propósitos al idear la publicación. “Esto permitirá que la obra se difunda a un público más amplio, pues no busca ser un manual de criminología, ni un texto erudito, sino un texto que dialoga, que presenta un problema y que es leíble y comprensible por un público amplio sin necesidad de ser especialista”, esgrimió el académico UBB.

“Construyendo un sujeto criminal. Criminología, Criminalidad y Sociedad en Chile, siglos XIX y XX”, se publicó originalmente a fines de septiembre de 2015, y deberá ser reimpreso por Editorial Universitaria para responder al requerimiento del Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes.

A través de la investigación, el Dr. Marco Antonio León da cuenta de cómo la antropología criminal o teoría de criminología positivista, de la segunda mitad del siglo XIX, termina aportando un soporte “científico” a una serie de prejuicios sociales ya existentes referidos al origen de la criminalidad, que suele asociarse con los sectores sociales más pobres y vulnerables.

La antropología criminal, desarrollada entre otros por Cesare Lombroso, identifica un determinismo de carácter biológico como el origen de la criminalidad. Según este enfoque, las personas nacerían con una carga genética que prácticamente las predispondría a ser delincuentes o criminales. El criminal está condicionado por la genética, y por tanto su descendencia también.

“Esta teoría sirvió de sustento para el funcionamiento de las policías, la administración de justicia, para los establecimientos penales y establecimientos de salud mental de fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Es la justificación de la época para perseguir a sectores populares y en menor medida rurales. El roto, el plebeyo y el pobre, estarían genéticamente destinados a ser criminales y a atentar contra el orden social e institucional establecido, y por eso se justificaría perseguirlo, clasificarlo, encerrarlo, reformarlo, etc.”, ilustró el Dr. León.

“Dichas teorías también están detrás de los retratos fotográficos de los delincuentes, al mostrarlos con características más atávicas o primitivas para hacerles ver más “degenerados”, que es otro término muy usado en la época, apuntando a una degradación física y moral de los sujetos”, expresó el académico.

El investigador de la UBB explicó que resulta interesante constatar que si bien estas teorías imperfectas cayeron en desuso y fueron reemplazadas por otras más complejas, al analizar el tema desde un punto de vista histórico se advierte que las premisas que subyacen a dichas teorías parecieran reflotar periódicamente. “Estas ideas, que pudieran parecer superadas y que son incapaces de explicar crímenes que responden a otra condición social, son teorías que van reflotando cada cierto tiempo, y que siguen insistiendo en volver a construir y reconstruir una imagen del criminal, que es más mediática, pero que también influye en las percepciones colectivas de una época”, aseveró el Dr. Marco Antonio León.

El Dr. León precisó que al hacer alusión al concepto de construcción del sujeto criminal, no se refiere exclusivamente a los medios de comunicación, que aportan a la construcción de una imagen con elementos de ficción así como con otros reales. “Los estereotipos no son algo dado, sino que se van construyendo y redefiniendo según las épocas, sean de un delincuente o de otro tipo de sujeto social”, expresó el académico.

Origen y motivaciones de la obra

El Dr. Marco Antonio León comentó que la publicación del libro obedece a un interés surgido en la época de desarrollo de su tesis doctoral referido al sistema de prisiones en Chile. Al abordar el capítulo de la Penitenciaría de Santiago visitó el Museo Nacional de Medicina, Dr. Enrique Laval, donde conoció un llamativo álbum con fotografías de reos de la Penitenciaría. Junto a las imágenes se incorporaba la identificación, características físicas, delito cometido, entre otros antecedentes. “Eso me llamó la atención porque no encontraba sentido a un libro como ese. Así comencé a descubrir el mundo de la antropología criminal y del bertillonage, donde se propone la precisión de algunas medidas del cuerpo para determinar ciertas características morales en algunas personas. Fueron teorías muy en boga hacia fines del siglo XIX y principios del XX. Incorporé entonces en mi tesis un acápite sobre identificación criminal y quedó dando vueltas esta idea”, comentó el investigador.

Una segunda fuente de motivación constituyen las diferentes publicaciones que comenzó a conocer en sus afanes por ampliar sus conocimientos en esta área, y todas insistían en el tema de la identificación criminal, particularmente revistas publicadas en la década de 1930 como la Revista Detective, Revista de Criminología y Policía Científica, o la Revista Criminología, que además de considerar artículos sobre la disciplina, incorporaban “galerías de delincuentes”. Recordó entonces el álbum de fotografías de reos de la Penitenciaría y así surgió la idea de realizar una investigación sobre la identificación criminal.

“De este modo, la identificación criminal no era construida sólo a nivel discursivo narrativo, sino también a nivel de un discurso visual, vale decir, cómo se presentaban las imágenes de los delincuentes en estas galerías consistentes en retratos que se fueron perfeccionando y que llegaron a lo que hoy conocemos con las fotos de frente y perfil. También se incorporó elementos como las características del bertillonage y las teorías deterministas de Cesare Lombroso, que están detrás de muchas informaciones como las estadísticas oficiales, los discursos de las autoridades de la época, de las escasas publicaciones del siglo XIX, pero en especial, de las más abundantes a partir del siglo XX”, ilustró el Dr. León.

“Estas fotografías comenzaron a construir estereotipos visuales sobre los delincuentes ¿Y por qué digo estereotipos visuales? Porque obviamente, antes de esa época, -y eso lo indican otras fuentes de nuestro período e incluso antes- la gente más o menos ya tenía una idea de cómo lucía o debía lucir un delincuente. Estas fotografías lo que hacen es precisar ese aspecto”, comentó el académico UBB.

Es así como el autor, a través de la identificación criminal, derivó en la historia de la criminología y desde dicho prisma apostó por comprender la sociedad chilena santiaguina de fines del siglo XIX, hasta la década de 1940 del siglo XX.

Cristian Villa Rodríguez

Cristian Villa Rodríguez, Periodista. cvilla@ubiobio.cl 042-2463015

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