“Inequidad alimentaria y estándar de vida. Las políticas de alimentación popular en el Chile de entre guerra: 1920-1950”, se denominó la conferencia brindada por el investigador y académico de la Universidad de Valparaíso, Dr. Juan Carlos Yáñez Andrade, actividad realizada al alero del Grupo de Estudio de la Realidad Contemporánea de Ñuble y del Magíster en Historia de Occidente que dirige el académico del Departamento de Ciencias Sociales, Dr. Mauricio Rojas Gómez.
El Dr. Mauricio Rojas Gómez destacó que el conferencista invitado es autor de diversos libros tales como “La intervención social en Chile: y el nacimiento de la sociedad salarial 1907-1932”; y “Estado, consenso y crisis social, el espacio público en Chile: 1900-1920”. Es Doctor en Historia y Master en Ciencias Sociales por la Escuela de Altos Estudios y Ciencias Sociales de París, y sus estudios se orientan especialmente hacia temáticas sobre el trabajo, la legislación laboral, y la formación del Estado social en Chile.
La conferencia, realizada en el Salón Auditorio de la Facultad de Educación y Humanidades, dio cuenta de hallazgos obtenidos por el académico en el marco de un proyecto Fondecyt Postdoctoral (2016-2018) denominado tal como la conferencia, “Inequidad alimentaria y estándar de vida. Las políticas de alimentación popular en el Chile de entre guerra: 1920-1950”.
El proyecto de investigación postdoctoral, según explicó el académico Yáñez Andrade, nace a propósito de la ausencia de estudios sobre Chile en el siglo XX en materia de políticas de alimentación popular implementadas por parte del Estado. “El diagnóstico de este proyecto de investigación supone que conocemos muy bien lo que ha hecho el Estado en materia de vivienda, salud y de seguros sociales, pero la alimentación popular parece ser la caja negra de las políticas sociales en Chile, es decir, no se habían hecho estudios sistemáticos para conocer el papel que había jugado el Estado en la implementación de políticas de alimentación popular. Por lo tanto, el objetivo central de mi investigación apunta a establecer una relación en términos de cuál era la condición de los trabajadores en materia nutricional, de alimentación, y a partir de ese diagnóstico, identificar cuáles fueron las políticas, los programas que implementó el Estado para mejorar la condición sanitaria y de alimentación por parte de los trabajadores”, argumentó el expositor.
El estudio considera el análisis de una serie de encuestas de nutrición realizadas en la época referida, llevadas a cabo por médicos, trabajadores sociales y por instituciones internacionales como el Comité de Higiene de la Sociedad de Naciones. Dichas encuestas, hasta ahora, no habían sido estudiadas ni sistematizadas y permiten observar, más allá de las impresiones aportadas por la historiografía, cuál era el verdadero estado nutricional que presentaba la población trabajadora de Chile.
El Dr. Juan Carlos Yáñez precisó que a la luz de los primeros pasos de la investigación, es posible aseverar que las encuestas de nutrición consideradas en el estudio, reposicionan la importancia que tenía la alimentación en la estructura de gastos de la familia, sobre todo en la familia trabajadora. La alimentación era un ítem relevante, y todas las encuestas coinciden que entre un 60% y un 70% de los gastos diarios se destinaba a alimentos.
De igual modo, las encuestas, entre ellas la Dragoni de 1935, que destaca por su carácter nacional y por aplicarse a 500 familias del país, evidencian que alrededor del 60% de la población encuestada no alcanzaba una ingesta calórica considerada como adecuada, dependiendo de si se establecían 2000 o 2500 calorías como piso mínimo. Es así como todas las encuestas establecen que existía un problema serio en la población trabajadora en términos de desnutrición.
La investigación también arroja que el 50% del consumo diario de calorías estaba representando fundamentalmente por el trigo. “Esto lo podemos concluir considerando el alza del costo de la vida, y fundamentalmente frente al alza del costo de los alimentos, y la importancia que tenían estos en la estructura de gasto de las familias. También hay que considerar que los ingresos de los trabajadores eran bajos e irregulares. La gente consumía fundamentalmente harina en sus distintas modalidades como el pan, mote, y otros derivados del trigo. Se consumía muy poca carne y huevos; la leche no era pasteurizada, y por tanto, eso daba cuenta de una estructura alimentaria bastante poco balanceada, muy centrada en los cereales y muy propia de los países subdesarrollados de aquel periodo”, ilustró el Dr. Yáñez Andrade.
Metodológicamente, la investigación postdoctoral supone un esfuerzo de búsqueda y de sistematización de una serie de encuestas aplicadas en la época, para luego cruzar dichos resultados con los programas y acciones que llevó a cabo el Estado, particularmente en dos ámbitos, según expresó el Dr. Yáñez.
“Primero, en cómo acercar los alimentos a los trabajadores, lo cual supone que los trabajadores tenían serios problemas para acceder a una alimentación sana y balanceada, y en segundo lugar, cómo el Estado, al relevar y poner en valor la importancia que tenían los alimentos en la estructura de gastos que tenían las familias, permitirá que los trabajadores aumenten su capacidad de compra a través de programas de reajuste salarial a partir del costo de vida que tienen los alimentos durante el periodo”, comentó el Dr. Juan Carlos Yáñez.
El Dr. Juan Carlos Yáñez explicó que en este contexto, la crisis económica mundial de 1929, que en Chile se hace sentir con fuerza a partir de 1930 y perdura durante buena parte de la década, pone en evidencia que existía un problema estructural que afectaba al grueso de la población chilena.
“La crisis económica muestra que éramos una sociedad tradicional, con serios problemas estructurales en términos de producción, distribución y acceso a los alimentos por parte de la población. Esta crisis económica moviliza al Estado en términos de generar programas que resuelvan de una forma lo más integral y sistémica posible, el problema de la desnutrición que tenía la población chilena”, expresó el Dr. Yáñez Andrade.