La actividad, desarrollada en el marco del Programa de Interculturalidad Territorial de la Vicerrectoría Académica, coordinado por la Dra. Maritza Aburto Durán, se estructuró sobre ejes como Derechos Humanos, mujeres y liderazgos; Derechos Humanos, pueblos e interculturalidad; y estrategias de accesibilidad en el aula a personas con Necesidades Educativas Especiales.
El secretario académico (s) de la Facultad de Educación y Humanidades, Carlos Ossa Cornejo, destacó que el seminario permitió generar un espacio de conversación, discusión y de nuevos puntos de vista, con el propósito de construir una sociedad y una cultura más enriquecida.
“Esperamos que puedan conversar y generar un debate interesante y crítico en función de temáticas muy relevantes como son la educación intercultural, los derechos humanos, la inclusión y la diversidad, entre otros. Son temas que se han ido ganado un espacio, precisamente, en función de poder plantear críticas, y de señalar que no queremos una sociedad tal cual la teníamos, y creemos que ese es un gran aporte”, reflexionó el secretario académico (s).
Programa Thakhi de la Universidad de Tarapacá
En la ocasión el director del Programa Thakhi de la Universidad de Tarapacá, académico Emilio Fernández Canque, expuso sobre los “Principales hitos de la Educación Intercultural Bilingüe en Chile: Logros, desafíos y proyecciones”.
“Los desafíos más urgentes que vislumbro apunta a realizar un análisis muy sereno, pero muy reflexivo y profundo, respecto de cuál es nuestra misión al formar profesionales en un contexto intercultural, es decir, qué se está haciendo y qué no se está haciendo en nuestras casas de estudios superiores relacionado con este tema (…) Hablaba recién del paso de la teoría a la práctica en términos interculturales, y eso significa que muchas universidades a veces tienen un logo, un esquema, una intencionalidad, pero programas reales de efecto inmediato, muy poco”, expresó el académico.
Asimismo, el académico Fernández Canque identificó como un desafío el generar espacios para las alumnas y alumnos que tienen interés en manifestar su cultura, y en comprometerse en un trabajo por la recuperación de la cultura y del patrimonio histórico, cultural y social, en una relación directa con las comunidades.
“Es necesario sacar a la universidad de las aulas y generar espacios de interacción directa con las comunidades que a veces están esperando que los futuros profesionales les conozcan un poco más, para formarse como profesionales provistos de una visión intercultural en un contexto que es intercultural. Conociendo a las comunidades se logran interiorizar mejor respecto de la situación que viven. A veces, un simple saludo en su lengua materna, dicho con cariño, abre un espacio al profesional, para establecer ese grado de confianza que de alguna manera genera una interacción positiva”, aseveró el docente.
El académico Emilio Fernández explicó que en la Universidad de Tarapacá se creó el programa Thakhi, que en lengua aymara significa “camino”, y en dicho contexto se trabaja en la generación de espacios, lo que se ha visto reflejado en modificaciones en las mallas curriculares. “Estamos tratando de incorporar en las mallas curriculares asignaturas que apunten a esto, y también, generar espacios de trabajo colaborativo entre los distintos profesionales que somos partícipes o que tenemos alguna sensibilidad especialidad con este tema por nuestro origen de familia o por otras causas”, expresó el docente.
Lengua indígena, más que una asignatura
En tanto, la investigadora del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas CIIR-PUC, Ana Ancapi Linconao, expuso la ponencia denominada “Lengua indígena, más que una asignatura en la escuela”.
“El sector Lengua Indígena ha sido una lucha de los pueblos indígenas para que la diversidad sea incorporada dentro de las aulas. Es así como este año 2016 se está trabajando en el diseño de unas bases curriculares para el sector Lengua Indígena, que se pretende llamar asignatura de Lengua y Cultura Indígena, y se amplía a nueve pueblos. Existe una nueva oportunidad, no sólo para los pueblos indígenas, sino también para la sociedad nacional, para que los establecimientos del país puedan incorporar esta asignatura al currículum, y se generen nuevos aprendizajes y valoración de los aportes que tienen las culturas indígenas en particular”, expresó la académica Ancapi Linconao.
La asignatura de Lengua y Cultura Indígena, según expresó la académica Ana Ancapi, se impartiría a partir del año 2018, y todas las escuelas del país podrían incluir esta asignatura sin necesidad de contar con un piso de matrícula de estudiantes de ascendencia indígena necesariamente, como lo precisa el actual Decreto 280 del Ministerio de Educación.
Mujer presente pese a la invisibilización
Por su parte, la vicepresidenta de ANAMURI e integrante del Partido Político Mapuche Wallmapuwen, Millaray Painemal Morales, aportó su visión y experiencia como líder social y política, junto con referirse al aporte de la mujer en las sociedades mapuche y chilena.
“En toda sociedad el aporte de la mujer ha sido negado, invisibilizado, pero siempre hemos estado presentes en distintos espacios. En el año 1937 (año en que se origina la Sociedad Femenina Araucana Yafuluuyiñ) y desde antes, la mujer ya estaba participando en organizaciones, y también empezaron a participar a nivel político. Muchas de ellas habían estudiado, por ejemplo, Zoila Quintremil, la primera mujer mapuche candidata a diputada, era profesora, y siento que la educación chilena, pese a que la puedo criticar por ser asimilacionista, también lleva a que las mujeres se posicionen de mejor manera frente a la sociedad chilena y ante su propio pueblo”, expresó la dirigenta.
“En ambas sociedades, la mapuche y la chilena, el machismo se da, se reproducen esas prácticas y lógicas machistas y patriarcales, pero hoy se ha logrado romper eso, y hacia allá tenemos que apuntar, en cómo las mujeres empiezan a participar en lo social, en lo político… En ANAMURI, muchas de las mujeres dirigentas han estado participando como candidatas a concejala, y si bien no han salido electas, sí ha sido una experiencia para ellas. La idea es construir relaciones interculturales más respetuosas, pero para que el otro me conozca, el Estado tiene que abrir estos espacios como la misma universidad”, aseveró Millaray Painemal.
Millaray Painemal hizo ver que pese a la existencia y vigencia de pactos internacionales que reconocen los derechos de los pueblos originarios, éstos continúan siendo vulnerados, y los recursos naturales de los territorios ancestrales siguen siendo explotados de manera irracional. “Así vemos que una machi vuelve a la cárcel, y que una mujer tiene que parir engrillada, y eso nos parece grave. Entonces una se pregunta, de qué derechos humanos hablamos, ¿acaso nosotros los indígenas no tenemos derechos? ¿Somos ciudadanos de tercera o cuarta categoría?”, cuestionó.
Barreras que dificultan la participación de la mujer
La académica del Departamento de Ciencias Sociales, Soledad Martínez Labrín, expuso en el marco de la Mesa de Derechos Humanos, Mujeres y Participación, y dio cuenta de las numerosas barreras que inhiben y dificultan la participación de las mujeres en sociedad, y el pleno ejercicio y desarrollo de sus derechos.
“La participación de las mujeres no es un mero tema de mirar quienes están y quienes no están en la participación, sino que hay que mirar el contexto que impide o facilita la participación de algunos grupos. Por ejemplo, la cifra de participación en el Parlamento de las mujeres (15,8%) es muy baja y no sólo tiene que ver con que las mujeres tengamos menos interés, o no podamos, o no nos enseñen en la escuela de líder, sino que tiene que ver con un contexto que impide que las mujeres nos veamos empoderadas, en espacios de toma de decisiones, y de cambio cultural. El desafío sería ver cuántos diputados y senadores indígenas tenemos hoy, y probablemente no tenemos, y en general vamos a ver que Chile es un país muy discriminador, pero especialmente con las mujeres, hay demasiadas barreras para llegar a un punto”, aseveró.
A juicio de la académica UBB, dichas barreras constituyen violaciones a los Derechos Humanos, puesto que si un Estado considera que una persona particular es sujeta y ciudadana plena, debería contemplar incorporar en su política estatal todas las condiciones para que esa persona se desarrolle como tal. “El Estado chileno no garantiza eso, ni para las indígenas ni para las mujeres en general, y ese es un problema de Derechos Humanos, porque nos han pedido a las mujeres que lo resolvamos solas, y eso tiene que resolverlo el Estado. Hemos hecho investigaciones con mujeres de la política, incluso diputadas y senadoras que hoy son muy importantes en términos del panorama nacional, y ellas identifican múltiples problemas para poder llegar donde están”, aseguró la académica Soledad Martínez.
Pero en la visión de la académica Martínez Labrín, las vulneraciones de hoy no se limitan al ámbito de la participación sino que incluso se relacionan con las alternativas de la vida y la muerte. “Estamos hablando, por ejemplo, de un Estado que le está negando a las mujeres que decidan sobre su cuerpo, que le está diciendo a una mujer, que si tiene un embarazo donde está en peligro su vida, entonces que muera. Son cosas muy graves donde no tenemos una legislación ni una estructura que soporte a las mujeres para promover que seamos sujetas de derecho en iguales condiciones”, describió.
“En Chile hay Estado para algún sujeto particular que tiene una cierta representación al interior del país… Para los hombres, para la clase media, para el heterosexual, para el católico, pero todos estos sujetos de los que estamos hablando hoy no tenemos Estado, y ese es un problema de Derechos Humanos”, aseveró la académica Soledad Martínez.
En el marco del seminario, la profesora de Educación Diferencial con especialidad en Trastornos Visuales, Jéssica Vera Ortega, y la profesora de Educación Diferencial con especialidad en Trastornos Auditivos, Natalia Rojas Mena, ambas integrantes del Programa para la Inclusión de Estudiantes en Situación de Discapacidad (PIESDI) de la UBB, dieron cuenta de las estrategias que la Universidad ha adoptado en el afán de dar cuenta de la Ley 20.422 que establece normas sobre Igualdad de Oportunidades e Inclusión Social de Personas con Discapacidad, que en su artículo 39 precisa que las instituciones de educación superior deberán contar con mecanismos que faciliten el acceso de las personas con discapacidad, así como adaptar los materiales de estudio y medios de enseñanza para que dichas personas puedan cursar las diferentes carreras.