Un positivo impacto han tenido los diversos programas que lleva adelante la Universidad del Bío-Bío para mejorar los índices de deserción universitaria y el desempeño académico de los estudiantes, instancias que se vienen desarrollando desde el año 2006 y que se han ido perfeccionando para su sostenibilidad en el tiempo, logrando un 82,8 por ciento en la retención de alumnos de primer año, según cohorte 2015.
“Comenzamos el trabajo para favorecer la retención universitaria en ese año, pues se estaba acentuando la problemática de pérdidas de carrera en alumnos de primero, lo que derivó en la creación del Programa de Inducción e Integración de Alumnos de Primer Año, que inició como una semana de acogida, cuyo objetivo era tener un contacto más directo con los estudiantes y mostrarles los campos laborales y de estudio de sus respectivas carreras. Esto, pues muchos de los alumnos postulaban a una carrera sin tener mayor conocimiento de ésta”, relató el director de Docencia, Flavio Valassina.
Asimismo exaltó el rol que ha desempeñado el programa Tutores, desde su creación en el 2010, en el trabajo con los estudiantes de primer año. “En un principio fue focalizado en aquellas carreras con mayores tasas de deserción ampliándose luego hacia otras. Junto a esto se fueron implementando además programas de seguimiento, sistema de alerta temprana, entre otras medidas” detalló.
Programa que ha tenido favorables resultados y no sólo para los estudiantes beneficiados sino también para los propios tutores, que son certificados y a través de esto fortalecen sus competencias de liderazgo y comunicación.
Valassina expresó que hubo una reducción de la tasa de deserción al segundo semestre de estudios del 17%, el año 2007, al año de haber partido la iniciativa, a 8.7% el 2013, y desde esa fecha la Universidad se ha mantenido bajo la media nacional que alcanza un 30%.
El Director de Docencia reconoce que el tema es fluctuante pues está incidido por temas como los paros y tomas, ya que se produce una disminución del trabajo académico y los plazos de recuperación son complejos, lo que genera mermas que impactan.
Comentó también que existe un tema estructural de fondo y es que a las universidades hoy se les ha entregado un rol con que no contaban antes, como lo es el resolver las problemáticas que traen los estudiantes de enseñanza media. “Resolver esto durante el primer año es difícil, se nos han dado los recursos a través de convenios, pero es una carga adicional que se les entrega a las universidades. Con esto no me refiero a que estos estudiantes no tengan las capacidades, muy por el contrario, sino que están mal preparados. Por tanto el trabajo es focalizarse en aquellos casos para mantenerlos dentro del sistema y sino quizás generar movilidad interna”, aseveró.
Dentro de los aspectos en los que se enfocarán este año será el tema vocacional de los estudiantes, esto a través de los programas de Acompañamiento y Acceso Efectivo a la Educación Superior (Pace) y de Articulación Vertical. Además de ampliar el programa Tutores hasta al tercer semestre lo que permitirá perfeccionar el sistema de alerta temprana en los estudiantes. “Es importante saber si los alumnos tienen algún problema durante el semestre, donde uno puede ayudarlos para revertir algún problema si lo hubiese y no al final de año cuando no hay mucho que poder hacer”, explicó.
Igualmente enfatizó que el objetivo es disminuir aún más el nivel de deserción en los estudiantes de primer año. “Esto es un trabajo a largo plazo, pero soy optimista y siento que es algo que lograremos”, manifestó el Director de Docencia.