La conferencia inaugural de los Programas de Postgrado de la Facultad de Educación y Humanidades fue brindada por el académico de la Universidad de Alicante, España, Dr. Leandro Navas Martínez, quien expuso sobre “Trastorno del Espectro del Autismo (TEA): Qué es y a que se debe”.
La actividad se desarrolló en el Auditorio Miguel Jiménez Cortés de la Facultad de Educación y Humanidades, y fue presidida por el decano de la Facultad, Marco Aurelio Reyes Coca, junto con la participación de académicos y estudiantes de los programas de Postgrado.
El decano Marco Aurelio Reyes destacó que actualmente la Facultad ofrece el programa de Doctorado en Educación en consorcio, acreditado por 3 años, junto con el Magíster en Educación, Magíster en Liderazgo y Gestión de Establecimientos Educacionales, y el Magíster en Historia de Occidente, los que se encuentran en proceso de autoevaluación de cara a la futura acreditación. En este sentido, el decano recalcó el compromiso con la entrega de postgrados de calidad, acorde a las exigencias que la propia Universidad ha adoptado.
Asimismo, el decano Reyes Coca destacó la pertinencia del tema abordado por el Dr. Leandro Navas, toda vez que los enfoques de inclusión educativa demandan a los docentes alcanzar el logro de los aprendizajes de todos los estudiantes.
Durante su conferencia el Dr. Leandro Navas se abocó a responder dos cuestiones básicas: ¿Qué es el TEA? y ¿Qué lo produce?
“Respondiendo a la primera pregunta, hicimos un análisis diacrónico a lo largo del tiempo, mencionando las investigaciones del Dr. Leo Kanner, posteriormente las investigaciones del Dr. Hans Asperger, luego las investigaciones llevadas a cabo en Londres por Lorna Wing y Judith Gould, a partir de las cuales comienza a pensarse que más que una categoría única de diagnóstico, hay un continuo que se puede establecer desde los síntomas más graves, a los síntomas más leves. Luego, tomando la idea de Simon Baron-Cohen trazamos el concepto de espectro del Autismo, y finalmente partiendo del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Psiquiátrica Americana, en la quinta edición de 2013, explicamos cuáles eran los criterios diagnósticos fundamentales para establecer si una persona tiene TEA o no”, describió el académico.
Al abordar la pregunta ¿Qué lo produce? el Dr. Navas Martínez hizo un recuento de las distintas hipótesis, centrándose fundamentalmente en cuatro. Es así como dio cuenta de las hipótesis clásicas que se refieren a los papás “nevera”, puesto que se pensaba que el niño era autista por el trato distante y frío que dispensaban los padres. En tanto, las teorías conductistas proponen que el niño pone de manifiesto estos comportamientos por una historia de aprendizaje desajustada, pues ha sido reforzado por el mal comportamiento y no ha sido premiado por el comportamiento adecuado. Las teorías cognitivas hacen alusión a fallos en los procesos cognitivos como atención, percepción, capacidad de empatía y capacidad de leer en la mente de los otros.
Por último, se refirió a las explicaciones de tipo biológicas, que son las que personalmente más interpretan al Dr. Navas. “Hay que investigar mucho todavía a nivel genético, sobre qué gen o qué genes están marcando el Trastorno del Espectro del Autismo. También los factores de tipo anatómico en el cerebro, porque por ejemplo, se ha comprobado que el cerebelo de los niños con Trastorno del Espectro del Autismo es más pequeño que el de los niños que no presentan el trastorno. Está también la hipótesis bioquímica, neurotransmisores, hormonas, etc.” ilustró.
El Dr. Navas Martínez concluyó aseverando que el TEA es un trastorno neurológico, aunque no están claro qué lo produce. Sin embargo, se inclina por la hipótesis de tipo biológico.
Consultado sobre la relevancia de que los especialistas de la Educación comprendan aspectos del Trastorno del Espectro del Autismo, el Dr. Leandro Navas contextualizó ilustrando que los niños y niñas muchas veces pasan más horas en las guarderías o en escuelas parvularias que en su propio hogar, por lo tanto, los docentes deben ser capaces de identificar este tipo de trastorno para derivar oportunamente dichos casos a especialistas, y los que pueden dar la voz de alerta son precisamente los padres o los profesores y profesoras.
El Dr. Navas también llamó la atención sobre el aumento en la incidencia del trastorno, situación que se confirma a nivel global. “Hace 20 años, cuando todavía no se llamaba Trastorno del Espectro del Autismo, sino que se llamaba Autismo o Asperger, había 4 por cada 10 mil casos, en tanto que en la actualidad hay 1 por cada 100 casos. Es decir, el aumento de prevalencia ha sido muy importante. Y es interesante porque la atención temprana, la estimulación precoz, pueden hacer si no eludir el trastorno, sí mejorar los síntomas”, expresó el Dr. Navas Martínez.