El Instituto Nacional de Propiedad Industrial de Chile, INAPI, confirmó la obtención de patente para los investigadores Jorge Moreno y Reinaldo Sánchez, de la invención denominada “Un equipo para el tostado uniforme de chips de madera nativa y con distintos grados de tostado, los que son incorporados en el vino para otorgarle una diferenciación durante su envejecimiento, además del proceso para tostar los chips”. Esta solicitud se había realizado en marzo de 2015 y a inicio de este mes se entregaron satisfactoriamente sus resultados.
La importancia de esta patente de invención permite potenciar y validar los procesos de envejecimiento de vinos con maderas nativas, lo que se traduce en una producción diferenciada de vinos otorgándole mayor valor agregado.
Uno de los responsable de este logro, el académico Jorge Moreno Cuevas, doctor en Ciencias y Tecnologías de los Alimentos e investigador del Departamento de Ingeniería en Alimentos de la Universidad del Bío-Bío se mostró entusiasta con este nuevo resultado e indicó que lo primero es mencionar que esto es producto de un trabajo largo que viene de un proyecto de Innova Bio-Bio, donde la idea era obtener un vino diferenciado. “Dentro de todo lo que fue el desarrollo de este proyecto lo que nos complicaba era cómo tostábamos la madera, cómo obteníamos estos chips de madera para poder tostarlos y obtener el producto que iba a ser utilizado para envejecer los vinos. Aquí es donde viene la vinculación con el profesor Reinaldo Sánchez, para poder generar una máquina que permitiera lograr este chips que es el que cede el envejecimiento del vino y lograr así un sabor diferenciador”.
Agregó que esta es una tecnología exclusiva disponible para que los empresarios del rubro puedan utilizarla en vía a darle valor agregado a su producción vitivinícola.
El Dr. Moreno destaca que este trabajo tiene la trascendencia de involucrar a diversos investigadores de la Universidad a través de grupos de investigación donde se aporta desde la multidisciplinariedad a fortalecer ideas innovadoras para el éxito de un proyecto.
Por su parte, el profesor Reinaldo Sánchez Arriagada, magíster en Ciencias de Ingeniería Mecánica y director del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad del Bío-Bío no se imaginó el impacto que pudiera resultar de su trabajo. Pero con gran satisfacción destacó que su participación en el proyecto fue de colaboración en la obtención de la materia prima y en el diseño de un equipo de alta eficiencia para obtener un producto que asegurara la calidad del vino envejecido.
“Específicamente se utilizó chips de madera nativa, de tres especies, raulí, roble y coihue. Esa madera debía ser previamente tostada a diferentes temperaturas (entre 170° tostado ligero y 220° tostado fuerte) para el envejecimiento. Una parte clave del proyecto tenía que ver con la calidad del chip de madera, eso era lo que tenía que garantizar. Esa era la parte que me correspondía en el proyecto. Entonces, tuve que conseguir madera de buena calidad, de bosques maduros que crecieran sobre los 2 mil metros de altura, madera recién volteada y chipiada como madera verde, fresca. Una vez conseguido los chips de buena calidad había que lograr secarlo a temperatura bajo los 40° y luego tostarlo a la temperatura deseada, que no es fácil. Eso motivó que tuviera que diseñar un equipo que reuniera las condiciones óptimas para el tostado del chip de madera. Felizmente se logró”, destacó el académico.
La relevancia del equipo patentado es que permite realizar pruebas de maderas nativas con distintos grados de tostado, estableciendo la mejor relación tiempo/temperatura y velocidad del aire para lograr diferentes grados de tostado (suave, mediano y fuerte), una vez logradas estas condiciones, se puede determinar la relación cantidad de chips por volumen de vino y así lograr las mejores bondades de los vinos envejecidos con maderas nativas.
En tanto, Andrea Bustos Rivera, magíster en Innovación Tecnológica y Emprendimiento, encargada de la Oficina de Transferencia y Licenciamiento de la Universidad del Bío-Bío, unidad responsable de la gestión y éxito del logro del patentamiento de esta casa de estudios, resaltó el impacto que tiene para la Universidad este logro. “La importancia que tiene para la Universidad la obtención de una patente por parte de nuestros investigadores tiene que ver con poder mostrar indicadores ante instituciones que hacen esfuerzo por financiar nuestros proyectos de investigación como son el Ministerio de Educación, Corfo, Conicyt, y también tiene que ver con cumplir con nuestra tercera misión institucional que tiene que ver con transferir y llegar con un producto sólido a las empresas”.
Bustos destacó que el proyecto de los académicos Moreno y Sánchez tiene un gran potencial que debía ser protegido.
“Ahora con esta patente apuntamos directamente a la industria del vino con la idea de cerrar un contrato de licenciamiento que nos permita comercializar este conocimiento aportado por la universidad y contar con estos beneficios económicos tanto para el investigador como para la Universidad”.
La OTL UBB, toma estos proyectos y realiza la vigilancia tecnológica para ver las patentes a nivel internacional referidas a estos temas y así validar la novedad del desarrollo de la tecnología que se está patentando.
La encargada de la Oficina de Transferencia y Licenciamiento de la Universidad del Bío-Bío, subraya el trabajo y la importancia de esta oficina, en coordinación con la DITEC y la DGI, para el éxito de la labor de los investigadores. “Si vemos la estadística, desde el año 2002 al 2013, la universidad levantó 8 solicitudes de patentes. Con la instalación de la OTL, y con el impulso de situar la cultura de la innovación. En sólo dos años y medio, desde el 2014, (fecha en que se instala la OTL en la Universidad) se ha duplicado la productividad. Lo importante es que nuestros investigadores valoren este servicio y la trascendencia que tiene para una universidad contar con nuevas patentes producto del trabajo de sus investigadores y así hacer un aporte a la sociedad, desde el conocimiento y la investigación científica”.
Andrea Bustos, resaltó que la OTL-UBB es parte del HUB de Innovación impulsado por Corfo y socio de 10 instituciones en Chile donde está dispuesta una cultura de la innovación y la importancia de proteger y patentar.
De los resultados obtenidos por esta patente, los académicos de la Universidad del Bío-Bío esperan la implementación y escalamiento del equipo para uso industrial y que a la vez signifique para la institución potenciar los vínculos con los viñateros de la zona, ya que, esto se traduce en contar con una tecnología que permite otorgar un valor agregado a sus vinos con diferenciación de sus productos en los mercados.