“La Quintrala y el Calibán: la reivindicación de lo indígena, lo mestizo y la mujer en Hispanoamérica” se denominó la conferencia brindada por la académica del Departamento de Artes y Letras, Dra. Maritza Aburto Durán, en el marco del Congreso Internacional de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA), realizado en la Pontificia Universidad Católica del Perú, en Lima.
La Dra. Maritza Aburto Durán realiza un análisis de las transformaciones narrativas que sufre la figura de doña Catalina de los Ríos y Lisperguer, la Quintrala, en la novela histórica chilena y en la nueva novela histórica chilena.
“Pude vislumbrar que en el último tiempo se han visto innovaciones, y me di cuenta que hay una nueva novela histórica que rompe con el canon tradicional porque incorpora la figura de la mujer, ya no como personaje secundario sino como protagonista. En la nueva novela histórica se incorporan miradas como el feminismo, algunas ideas provenientes desde las Ciencias Sociales como la “otredad”, entre otros conceptos. También surgen otros personajes que no estaban presentes en la novela histórica como el indígena o el mestizo y ya no cargan las connotaciones negativas, sino que son personajes que tienen algo que decir”, describió la académica UBB.
La Dra. Aburto Durán explicó que al analizar diversas novelas del canon tradicional chileno, la Quintrala es signada con el símbolo de la barbarie. Esta situación tendría su origen en la obra de Benjamín Vicuña Mackenna, quien en su publicación “Los Lisperguer y La Quintrala (Doña Catalina de los Ríos) Episodio Histórico Social” realizada a fines del siglo XIX, brinda una mirada de la Quintrala como la representación simbólica del oscurantismo colonial español en América, y específicamente en Chile. Ella representaría la barbarie, lo salvaje y la corrupción derivada del mestizaje de la sangre europea e indígena.
La académica explicó que Vicuña Mackenna toma como modelo la figura del intelectual argentino Domingo Faustino Sarmiento quien expone su tesis en “Civilización y Barabarie”. El trasandino identifica la figura de Facundo Quiroga como sinónimo de la barbarie y de la población alejada de los conceptos de civilización y pensamiento racional.
Vicuña Mackenna, entonces, encuentra en la Quintrala al personaje a través del cual puede representar el periodo colonial español en Chile, que en ese entonces era mirado como una época oscura y decadente. Es una imagen negativa que permeará a varias generaciones de investigadores y escritores, según logra constatar la Dra. Aburto.
En obras posteriores como “La belleza del demonio, la Quintrala” (1914) de Antonio Bórquez Solar, Catalina de los Ríos es retratada como una mujer endemoniada, poseída por dos formas demoníacas, la lujuria y la ferocidad. En tanto, en la novela “La Quintrala” (1932) de Magdalena Petit, a la idea de barbárica, se adiciona la configuración de la Quintrala como bruja.
Recién en la novela “Maldita yo entre las mujeres” de Mercedes Valdivieso, se advierte un cambio en la mirada. “En esta última obra aparece Catalina de los Ríos, ya no la Quintrala, que viene a reivindicarse como mujer y junto con hacerlo con ella misma, lo hace con la historia de todas las mujeres, frente a la infamia que el mito y el documento de Vicuña Mackenna, teñido de un discurso patriarcal, han construido en su contra: una fábula de sangre, fanatismo, monstruosidad y lascivia”, aseveró la Dra. Aburto Durán.
Mercedes Valdivieso rompe con el canon tradicional y aporta una perspectiva diferente donde se reivindica el mestizaje y la identidad de lo latinoamericano. “Catalina de los Ríos también se reivindica como mestiza y, al hacerlo, habla de cuestiones que nos hermanan a todos los latinoamericanos: coloniaje, mestizaje y bastardaje, condiciones signadas negativamente por el poder, ahora asumidas como rasgos identitarios en su historia, hermanándose de paso con el Calibán. Así, esta versión de Catalina de los Ríos, que nos ofrece Mercedes Valdivieso, reivindica también a los indígenas, a los hijos mestizos de esta tierra, a los criollos autóctonos, en palabras de Martí y al Calibán, en palabras de Fernández Retamar, constituyendo el texto, un convincente alegato de reconocimiento al otro: mujer, indígena, mestizo y bastardo de este continente”, ilustró la Dra. Maritza Aburto.
El texto de Mercedes Valdivieso permite una resemantización de la imagen de la Quintrala como una mujer más humana, con sus virtudes y debilidades. “Es un texto que se construye en primera persona, y en esta novela la Quintrala saca la voz para defenderse de este mito y hace una suerte de contrapunto con el discurso del “dicen”, del “mito”, con su voz. Ella cuenta su vida y habla de cuestiones que son comunes para todos los latinoamericanos. Ella habla del bastardaje, de lo que somos los chilenos como hijos nacidos de relaciones entre españoles e indígenas, que eran relaciones no formales, hijos sin padre donde la madre cumple un rol fundamental”, aseveró.
En la novela “Maldita yo entre las mujeres”, la Quintrala no logra identificarse con el modelo de la virgen María, que es el propuesto como ideal en la sociedad chilena colonial e incluso durante todo el siglo XIX y XX, y se identifica más bien con las mujeres indígenas de su familia, pues Catalina de los Ríos y Lisperguer es bisnieta de la Cacica Elvira de Talagante, nieta del Inca Tala Canta Ilabe, amante del alemán Bartolomé Blumenthal.
“La Quintrala, en la novela, se identifica con su madre, porque la visualiza vestida a la usanza mapuche, y en ese sentido ella valora lo mestizo. En su reflexión, ella hace un proceso de reconocer quién es y así reconoce su condición. Las mujeres de la familia de Catalina de los Ríos escapaban a los moldes tradicionales”, describió la investigadora.
La Dra. Aburto Durán asimila y hermana a la Quintrala con la figura del Calibán, que en el pensamiento latinoamericano “es aquél príncipe que vivía tranquilamente en sus tierras hasta que llega el europeo, se las quita y lo esclaviza. El escritor cubano Fernández Retamar realiza un análisis de la figura del Calibán y plantea que representa al hombre de estas tierras, porque un día llegó el europeo, le quitó las tierras y lo esclavizó. Otros miran la figura del Calibán desde una perspectiva marxista como el pueblo oprimido y explotado”, describió la académica.
“Establezco una semejanza entre la Quintrala y el Calibán, los hermano como símbolos representativos de lo latinoamericano”, aseveró la Dra. Aburto Durán.