Invitado como conferencista en el IV Congreso Iberoamericano de Estudios sobre Oralidad, el académico del Departamento de Artes y Letras de la Facultad de Educación y Humanidades UBB, Juan Gabriel Araya, llegó a Cali, Colombia, para presentar su ponencia “Ecocrítica, Oralidad y Etnoliteratura, una lectura multicultural de Latinoamérica”. La actividad fue realizada a fines de septiembre y organizada por la Red Iberoamericana de Estudios sobre la Oralidad, y el Departamento de Lenguaje de la Universidad Icesi.
El escritor y profesor titular en la sede de Chillán, destacó que la instancia buscó relevar la importancia de la oralidad, ya que se expusieron trabajos “destinados a considerarla como una actividad que en la historia de la humanidad se desarrolló antes que la escritura. Además, aún quedan este tipo de manifestaciones en la selva amazónica, por ejemplo”. Araya comentó que en el congreso se habló “también de la enseñanza de la lengua oral. Las manifestaciones que deben tener los estudiantes en cuanto a la oralidad, no solamente en cuanto a la escritura”.
Asimismo, el docente de la cátedra Literatura Chilena e Hispanoamericana resaltó la ponencia del conferencista colombiano, Mauricio Pérez, “Hablar, callar, leer literatura: el papel del silencio en la construcción de sí mismo”, así como su participación en una discusión con más panelistas, bajo el tema “La oralidad en el contexto universitario y escolar de Chile”.
Para su exposición, el académico e investigador, se basó en dos ejemplos plasmados en la literatura, “por un lado, la novela de Mario Vargas Llosa, El hablador (1987), que tal como lo indica el título hay un hablador que cuenta historias a las mismas tribus amazónicas para que no pierdan la tradición y sepan quiénes eran sus dioses y cuáles eran sus creencias. Toda esa información se traspasaba oralmente. Y, por otro lado, utilicé como ejemplo de un cacique mapuche llamado Pascual Coña, y que tiene un libro denominado Memorias de un cacique (1930). Él transmite a un sacerdote, que transcribió, cómo era la vida de los mapuche a principios del siglo XIX” .