En el marco del Día del patrimonio la arquitecta egresada de la Universidad del Bío-Bío, Camila Cáceres, presentó el proyecto con el cual obtuvo su título profesional, el que consiste en rehabilitar y revalorizar el Mercado Central de Concepción, planteando nuevos usos para el edificio pero conservando su carácter original.
El objetivo es reciclar la obra creando un lugar de encuentro e intercambio comercial, social y cultural, explica la Arquitecta. En este propósito y atendiendo su condición de monumento histórico nacional, se consideraron los criterios contemporáneos de recuperación patrimonial: Integridad, es decir mínima intervención del edificio original; autenticidad o distinción entre lo viejo y lo nuevo y reversibilidad o posibilidad de desmontarse a futuro.
En relación a su participación en el Día del patrimonio, manifestó que fue un momento esperado, “siempre supe que en alguna oportunidad tenía que exponer mi proyecto a la comunidad, pero nunca lo había planeado para un día como este de gran relevancia. La gente que asistió me felicitó y le gustó mucho la propuesta, así que como arquitecta y parte de la comunidad espero que se concrete algún día la restauración del Mercado, problemática que ya lleva más de cinco años y de la que nadie parece hacerse cargo. En ese sentido el objetivo de la actividad fue recordar la importancia de este edificio patrimonial y lo abandonado que está, pudiendo tener diversos usos hasta que se concrete su rehabilitación, esto debido a que gran parte de la estructura no presenta mayores problemas, más que por el desuso”.
La iniciativa de la Arquitecta distingue tres grupos principales en la obra -el comercio perimetral, los locales interiores y la esquina Rengo-Maipú- e introduce modificaciones en todos ellos. Como primera decisión plantea eliminar el comercio perimetral con el fin de homogeneizar la cuadra y crear una relación más sincera con su contexto evitando la segregación interior. “Se logra un borde aporticado que conserva los servicios sanitarios ubicados originalmente a los costados, pero ahora respondiendo hacia el interior y hacia la calle para que cuando se cierre el mercado puedan funcionar de igual manera las 24 horas. Asimismo, se incorporan nuevos usos como estacionamientos de bicicletas y paradas de buses, transformando a la cuadra en un punto de llegada y de partida que conecta la zona con otros centros urbanos del gran Concepción”, señala Camila.
El espacio correspondiente a la bóveda, donde estaban los locales comerciales, en tanto, acogería actividades temporales de todo tipo, como ferias, conciertos y exposiciones. Se propone una estructura que actúa como subcapa permeable y que, además de contener el lugar, permite recorrer el volumen de aire formado por la estructura abovedada preexistente. “Se crea así un vínculo entre el patrimonio y la comunidad que lo visite, no sólo por su carácter de mercado, sino también por su condición de monumento histórico”, expresa la autora del proyecto.
Cabe señalar que la construcción del Mercado, formó parte de la reconstrucción de la ciudad realizada post el terremoto de Chillán de 1939, el que afectó a gran parte de la región del Biobío. Los arquitectos Tibor Weiner y Ricardo Müller fueron los encargados de diseñar la obra iniciada en 1940, para que después de tres años se transformó en una de las más audaces de la arquitectura moderna de la época gracias a su notable trabajo de ingeniería y nuevos conceptos antisísmicos.