En ceremonia solemne realizada en el Aula Magna del Campus Fernando May, se hizo entrega de diplomas de título a 34 nuevas Trabajadoras y Trabajadores Sociales. El director de la Escuela de Trabajo Social de la sede Chillán, académico Héctor Vargas Muñoz, junto con reconocer el logro alcanzado, llamó a los nuevos profesionales a actuar con liderazgo frente a los urgentes desafíos que la realidad ofrece.
La ceremonia de titulación fue presidida por el decano de la Facultad de Educación y Humanidades, Marco Aurelio Reyes Coca, junto con la presencia del director de la Escuela de Trabajo Social, Héctor Vargas Muñoz; el subdirector de Desarrollo Estudiantil, Jorge Sánchez Villarroel; el jefe del Departamento de Pregrado de la sede, Álvaro González Concha, el director del Departamento de Ciencias Sociales, Bruno Bivort Urrutia, académicas y académicos, familiares y compañeros de los nuevos profesionales.
En la oportunidad, el decano de la Facultad de Educación y Humanidades, Marco Aurelio Reyes Coca, recordó que la carrera de Trabajo Social se originó hace ya 23 años, y marcó un hito en la Facultad, pues se trataba de la primera carrera distinta al área de las pedagogías. “La creación de la carrera de Trabajo Social implicó un cambio importante porque significó un aire nuevo para nuestra Facultad”, aseguró.
El decano Reyes Coca también tuvo palabras de reconocimiento para las familias y para las nuevas y nuevos profesionales en virtud de la meta alcanzada. Asimismo, destacó que la Universidad permanece abierta y dispuesta a recibirles nuevamente a través de las opciones de formación continua y del nivel de postgrado.
A su vez, el director de Escuela, Héctor Vargas Muñoz, recordó la actitud expectante de las y los jóvenes cuando ingresaron a la Universidad hace ya 6 años, convencidos que a través del estudio de la carrera podrían “cambiar el mundo” y ser “agentes de cambio”. Al mismo tiempo, les felicitó por el importante cierre de una etapa fundamental.
“Han sido capaces de superar con éxito ese proceso académico que hace 6 años era enorme… desconocido, pero atractivo. Demostraron esfuerzo y dedicación, lo que sumado al apoyo de sus familias y seres queridos, les permite llegar al punto en que se encuentran hoy: el término de una etapa, esta vez, el fin de una etapa de formación de pregrado”, manifestó.
El director de Escuela aseguró que “el título que han recibido certifica que ustedes poseen y han podido demostrar aptitudes y capacidades, son competentes. Hoy son capaces de diferenciar, en el lenguaje y en la acción, lo que son los derechos sociales y la caridad; son capaces de diferenciar las causas de los fines; los conceptos de los criterios, la transformación de la re-evolución. Mañana, hay que ponerlos en práctica teniendo como faro el bienestar y desarrollo íntegro de las personas”, aseveró.
El académico Vargas Muñoz precisó que si bien las y los nuevos profesionales tendrán distintos trabajos durante la vida laboral, lo que les distinguirá será su propio nivel de felicidad con lo realizado. “No es sólo un nivel de felicidad individualista, egoísta y mezquino. A quienes hemos optado por esta disciplina, lo que nos hace felices tiene una clara dimensión social, ciudadana, de interés por lo público y ansias de transformación. No nos alejemos de ese compromiso ético y movilizador. No olvidemos en este próximo derrotero que la lucha contra la injusticia y desigualdad social son parte de nuestra esencia, son parte de nuestro posicionamiento ético-político para alcanzar el desarrollo humano sostenible. Otro mundo es posible, bienvenidos y bienvenidas a las tareas de construcción permanente”, reflexionó.
La entrega de los diplomas de título fue dirigida por los académicos Bruno Bivort Urrutia y Héctor Vargas Muñoz, quienes entregaron los respectivos diplomas a los padres y/o madres de los egresados o bien, a una persona significativa, siendo éstos quienes finalmente investían a sus hijos o familiares como nuevos y nuevas profesionales.
Durante la ceremonia se hizo entrega de reconocimientos institucionales, los que tienen por objetivo resaltar y reconocer valores que hacen parte de la identidad de la Universidad del Bío-Bío.
El Premio Universidad del Bío-Bío, máxima distinción del nivel de pregrado de la Universidad, instituido con el propósito de estimular y distinguir la formación y la excelencia en el saber, así como el esfuerzo y dedicación en el cumplimiento del deber, fue para el Trabajador Social Geraldo Bladimir Padilla Fuentes, quien recibió el galardón de manos del decano de la Facultad de Educación y Humanidades, Marco Aurelio Reyes.
El Premio Desarrollo Estudiantil, que distingue al titulado o titulada de su promoción que se haya destacado en virtud de su pensamiento crítico, actitud resiliente, conciencia social y responsabilidad valórica en una contexto de desarrollo integral, recayó en la egresada Daniela Andrea Jara Rojas. El subdirector de Desarrollo Estudiantil, Jorge Sánchez Villarroel, hizo entrega de la distinción.
En representación de la nueva generación de profesionales, la Trabajadora Social Paula Opazo Valenzuela y el Trabajador Social Geraldo Padilla Fuentes, recordaron con gratitud y afecto los años de formación universitaria, evocando anécdotas, así como las primeras vivencias y experiencias académicas y personales.
Igualmente, reconocieron la responsabilidad que ahora les cabe como profesionales, más aún en una disciplina que se asume como agente de cambio y transformación social.
El acto de titulación fue amenizado con una muestra musical a cargo de la orquesta infanto-juvenil de la Escuela Dafne Zapata Rozas de la comuna de Pemuco, conformada por 20 nóveles músicos, estudiantes de segundo a octavo año básico. La orquesta es dirigida por la profesora y trabajadora social egresada de la Universidad del Bío-Bío, María Paz Acuña Peterssen.