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Publicado el 03 de septiembre del 2018

Escuela de Trabajo Social UBB realizó seminario que reivindica la práctica clínica terapéutica en la profesión

Por Cristian Villa Rodríguez
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La Escuela de Trabajo Social de la sede Chillán junto al Colegio de Trabajadores Sociales de Ñuble convocó a la jornada de actualización profesional sobre Terapia Narrativa, instancia que tuvo como principales expositores al trabajador social Diego Reyes Barría, Magíster en Psicología Clínica y académico de la Universidad de La Frontera, y a Mauricio Díaz Valdés, trabajador social postitulado en Terapia Sistémica Familiar.

La académica y coordinadora de prácticas de la Escuela de Trabajo Social, Dra. Carmen Gloria Jarpa, explicó que el pasado 9 de marzo del presente año, el Ministerio de Salud de Chile aprobó una norma que establece las nuevas “Orientaciones y normas técnicas del Trabajo Social en Salud”, documento que actualiza las funciones de la profesión en diversos organismos del Estado. El hecho constituye un reconocimiento de la especialidad clínica del Trabajo Social.

“Esta especialidad del Trabajo Social es ampliamente reconocida en otros países, pues gran parte del trabajo social se construyó sobre precursores que otorgaron gran importancia al tema de la intervención terapéutica y la salud mental. Hoy, a través de la normativa del MINSAL, se reconoce que los trabajadores y trabajadoras sociales, que cuenten con una especialización, pueden realizar terapia que se distingue de la psicoterapia esencialmente por las técnicas, los instrumentos y la manera del abordaje”, explicó la académica UBB.

La Dra. Carmen Gloria Jarpa precisó que la intervención clínica dista de la mera acogida asistencial, de escucha o de contención emocional, y supone abordar temas en profundidad para intentar resignificar situaciones que la persona está viviendo, que pueden ser de distinta naturaleza y que requieren del apoyo de un terapeuta y no sólo de una atención social.

“Ahora se legitima la posibilidad de reconocer que la intervención psicosocial pueda entenderse como un espacio de tipo terapéutico. Es necesario comprender que un trabajador social, muy bien preparado, con las especializaciones pertinentes, puede brindar atención terapéutica, lo que supone un trabajo vinculado a la elaboración de ciertas situaciones personales y que implica una apertura profunda de la intimidad”, ilustró la Dra. Jarpa Arriagada.

Los expositores, trabajadores sociales Diego Reyes Barría y Mauricio Díaz Valdés, trabajan precisamente en programas de reparación en maltrato, donde uno de los mecanismos empleados para reparar el daño, implica resignificar la situación de abuso, lo que es posible lograr terapéuticamente. En este caso, los especialistas compartieron su experiencia de trabajo a través de la Terapia Narrativa.

Diego Reyes Barría explicó que la terapia narrativa es una psicoterapia que utiliza la narrativa y fue desarrollada inicialmente entre las décadas de 1970 y 1980 por los trabajadores sociales Michael White de Australia y David Epston de Nueva Zelanda.

La terapia narrativa –explicó- ha propiciado ver una práctica clínica no centrada en individuos sino de carácter integrativa, que se puede trabajar de manera colaborativa con personas, familias, grupos y comunidades.

“Esta escuela nos permite expresar algunos de los valores más profundos de nuestra profesión: la justicia social y la transformación social, y al mismo tiempo nos da la posibilidad de resignificar el trabajo social clínico traducido a nuestro contexto, para dar una respuesta colectiva a las nuevas problemáticas de malestar subjetivo que está teniendo nuestra sociedad y que se relacionan con la violencia, el maltrato, el abuso, las adicciones y trastornos psiquiátricos que constatamos en nuestro país”.

Reyes Barría reseñó que en EE.UU., Alemania, Nueva Zelanda, Australia e Inglaterra, entre otros, existen muchos terapeutas familiares que son trabajadores sociales y que iniciaron los movimientos de terapia familiar en sus respectivos países en la década de 1960, cuando se vivenció una redefinición del Trabajo Social como práctica profesional.

El conferencista señaló que en Chile existe cierto retraso cultural en esta materia, debido a factores de tipo político: por una parte, la dictadura vivida en el país entre 1973 y 1990, y por otra, el hecho que el trabajo social en América Latina se volcó mayoritariamente al trabajo comunitario dadas las condiciones de vulnerabilidad del subcontinente.

“Actualmente, debido una serie de sinergias a nivel internacional, sumado a un rechazo entre los colegas por no querer seguir reproduciendo el control social y convertirnos en una policía de la familia, ha surgido muy fuerte esta identidad clínica en el trabajo social. Esto coincide con la actualización de las Normas Técnicas del Trabajo Social en Salud, donde se reconoce la salud mental como campo de ejercicio profesional especializado y al mismo tiempo el Trabajo Social Clínico como una especialidad dentro de la salud mental del país”, describió.

El académico Diego Reyes indicó que estos hechos han abierto la necesidad de implementar seminarios e instancias de actualización en trabajo clínico y terapia narrativa, lo que ha llevado al gremio profesional a enriquecer su identidad en este nuevo siglo.

A su vez, el profesional Mauricio Díaz Valdés manifestó que el trabajo social clínico responde a las necesidades de cómo enfrentar las problemáticas actuales como las ideas de familia, de género y otras discusiones que se están dando a nivel social, que afectan las subjetividades y la salud mental de las personas.

“Como trabajadores sociales nos hacemos cargo y queremos dar respuesta a los contextos actuales que se están viviendo, donde se constata entre otras cosas violencia de género y una serie de creencias culturales muy arraigadas en nuestra sociedad chilena. El trabajo social clínico es un aporte que va más allá de considerar a una persona como un individuo aparte en el mundo, sino que considera también los distintos constructos sociales presentes en la vida de las personas y eso es lo enriquecedor que tenemos como desafío”, ilustró.

En la actividad participaron alrededor de 70 personas que evaluaron positivamente esta actividad de vinculación con el medio ofrecida por la Escuela de Trabajo Social de la sede Chillán.

Cristian Villa Rodríguez

Cristian Villa Rodríguez, Periodista. cvilla@ubiobio.cl 042-2463015

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