El rector Mauricio Cataldo convocó a directivos universitarios y líderes de área para la acreditación institucional 2019 a un desayuno de celebración de los exitosos resultados del proceso, en el que la Universidad del Bío-Bío se acreditó por cinco años en todas las áreas (Docencia de Pregrado, Gestión Institucional, Investigación, Vinculación con el Medio y Docencia de Postgrado). En el encuentro -que tuvo lugar en la sala 2 del Aula Magna, en Concepción- participó también el ex rector Héctor Gaete Feres, en cuya administración se inició la elaboración del informe de autoevaluación.
El rector Cataldo valoró el aporte de todos quienes, desde las facultades, el gobierno universitario y las unidades administrativas, contribuyeron a este importante logro institucional, que sitúa a la UBB entre las 10 universidades del país con mejor acreditación. Agregó que la Universidad del Bío-Bío se ha construido con el trabajo y esfuerzo de las distintas generaciones de directivos, académicos, funcionarios administrativos y estudiantes. Cada una, sucesivamente y a lo largo de los 72 años de historia de la Universidad, han ayudado a su desarrollo y consolidación, recalcó. Agradeció asimismo a quienes lideraron el proceso y el trabajo por área, en sus consecutivas etapas.
Esta es la cuarta acreditación que obtiene la UBB y se extiende del 28 de agosto de 2019 a la misma fecha de 2024. Además, en el proceso de este año se postuló por primera vez el área de Docencia de Postgrado, logrando también acreditarla. En las anteriores ocasiones, la Universidad se acreditó por cuatro años, de 2005 a 2009, en las áreas de Gestión Institucional, Docencia de Pregrado, Infraestructura y Equipamiento y Vinculación con el Medio, y por cinco años, de 2009 a 2014, en las áreas de Gestión Institucional, Docencia de Pregrado, Investigación y Vinculación con el Medio, resultado que se repitió en la tercera acreditación, abarcando el período 2014 – 2019, en las mismas áreas.
El ex rector Héctor Gaete recordó que la UBB comenzó a interesarse en los procesos de acreditación de la calidad durante la década del 90, cuando al tema aún no se le asignaba la importancia que hoy tiene a nivel nacional. A partir de entonces, se capacitaron y generaron equipos de trabajo y se logró instalar una cultura universitaria que asume que la acreditación es compromiso y responsabilidad de todos, señaló.
Indicó asimismo que aunque la preparación del informe de autoevaluación partió mientras él era Rector, a la actual Rectoría le correspondió terminarlo, darle los énfasis que estimó convenientes, difundirlo y socializarlo, además de recibir la visita de los evaluadores externos. En este sentido, valoró que los desafíos planteados con la acreditación respondan a una política institucional, que trasciende los distintos gobiernos universitarios. Ello nos habla de la madurez alcanzada por nuestra institución, que nos permite construir confianzas en torno a los grandes temas, sostuvo.
