Agotamiento físico y emocional son algunos de los sentimientos que han marcado al personal médico en esta pandemia global por Covid-19, así lo confirmó el enfermero clínico de la Unidad de Paciente Crítico del Hospital Herminda Martín de Chillán, Luis Jara Carrasco. El egresado de la Universidad del Bio-Bío en 2012 recordó su etapa en nuestra casa de estudios y relató la labor que ha realizado desde que comenzó la emergencia sanitaria, así como lo que más lo ha impactado hasta ahora.
Luis ingresó a la UBB en 2008 y recordó esa etapa como una bonita experiencia, una parte de la vida donde conoció amigos que mantiene hasta hoy, destacando también la importancia que tuvieron las académicas de Enfermería en su formación. “Nos hicieron tener una visión humanista y preocupada del paciente en todos sus sentidos, una visión holística de la persona a la que estamos tratando”, afirmó.
Al terminar sus estudios universitarios, el enfermero trabajó por dos años en el Hospital de Carabineros en Santiago, para luego establecerse en la Unidad de Paciente Crítico del Hospital Herminda Martin de Chillán. Actualmente, precisó, están realizando turnos donde los protocolos y el apoyo emocional son vitales, “es muy fuerte para todos los profesionales, ya sean enfermeros, médicos, auxiliares, tens. El estar en una pandemia, encerrados, cumpliendo con todas las estrictas medidas en cada momento y estar tratando a la par a los pacientes que están con covid-19 ha sido estresante y agotador emocional y físicamente”.
Lo impactante, explicó el profesional de la salud, se debe gran parte a que “la mayoría no se imaginaba la magnitud que tendría esta pandemia y cómo sería en relación al tratamiento. Gran parte de los pacientes están solos, por lo que mientras no están en ventilación es harto el apoyo emocional que se intenta dar”. A lo anterior se suma que las familias de los pacientes también están solas cumpliendo cuarentena, por lo que no hay posibilidad de visita presencial en ningún caso y es por eso que el Hospital Herminda Martin implementó la opción de enviar mensajes a los pacientes, los cuales son leídos por el personal que los atiende.
Si bien la cotidianidad ha variado para todos de manera distinta, la rutina de los profesionales en salud involucra hasta su núcleo familiar de manera directa y sin excepciones. “Desde que estoy con pacientes Covid me he tenido que aislar de mi familia para no contaminarlos. Al llegar a casa dejo los zapatos fuera, los desinfecto, la ropa que llevo del hospital la dejo en una bolsa aparte, me ducho y quedo separado de mi familia para protegerlos. Ha sido un proceso que se ha llevado bien dentro de todo, porque es con la finalidad de cuidarlos”, agregó.
Sobre cómo le ha afectado directamente el trabajar en pandemia, Jara menciona inmediatamente el ánimo, el estrés y la ansiedad. “En las primeras semanas creo que hasta tuve una crisis de pánico, me costó mucho conciliar el sueño, ya que existe una responsabilidad grande como profesional. Además, todo esto afecta en no tener actividades diarias como lo era antes, es un desgaste tremendo y se refleja en la vida diaria. Uno lo somatiza, por ejemplo, en tener insomnio, dolor de cabeza constante y cansancio”.
Otro de los aspectos que lo han marcado es lo que ha vivido con los pacientes, y es que el enfermero UBB recordó uno de los episodios más tristes que ha presenciado directamente, ver cómo un paciente se despide de su esposa. “Recuerdo que le hice una videollamada antes de intubarlo y el señor se despidió de su esposa, le dijo que la amaba. Lamentablemente, esa fue la última vez que hablaron”. Ese ha sido, dijo, uno de los casos más complejos que me ha tocado, así como el “tener familias completas ventiladas en una misma sala”.
Sobre cómo considera que se comporta la población en esta emergencia sanitaria, el profesional tiene la impresión que muchas personas no le toman el peso a lo que ocurre ya que, si bien se ve que consideran las medidas básicas como andar con mascarillas, por ejemplo, no lo realizan de la forma correcta. “Piensan que con eso están bien. Así siguen paseándose en las calles, haciendo su vida normal siendo que deberían estar saliendo para cosas precisas. Quizá hay mucha gente a la que no le va a pasar nada, como mucha gente joven, pero los ancianos que muchas veces no salen son los más afectados y da pena ver que por irresponsabilidad de algunos se contagie a personas que sí quieren cuidarse”, sentenció.
Las manifestaciones de apoyo al personal médico se han visto en muchos países, y es bonito de ver, reconoció Luis Jara, sin embargo, “el mejor apoyo que nos pueden dar es quedándose en la casa y cumplir las medidas sanitarias. Creo que definitivamente ese es el mejor apoyo para disminuir esta pandemia y lograr alivianar la carga y disminuir la curva de contagio”. Asimismo, sostuvo, de a poco se van haciendo más escasos los recursos con los pacientes, por ejemplo, ya que sus familiares están en cuarentena y no tienen pañales y útiles de aseo, esa sería otra forma de ayuda.
A la pregunta sobre qué hará cuando esto termine, el egresado UBB respondió que se tomará unas vacaciones grandes para compartir en familia y relajarse. «Ojalá sea con toda mi familia intacta y bien de salud. Pero creo que queda para mucho rato más para para las vacaciones», dijo esperanzado.