Los/a estudiantes Claudia Leal, Herman Benavides y Joaquín Muñoz, bajo la dirección de la Dra. Patricia Arancibia Ávila, desarrollan 2 tesis de pregrado cuyos objetivos apuntan a describir el estado ecológico de los sistemas lóticos y lénticos de la Región de Ñuble, mediante análisis en terreno, bibliografía y Sistemas de Información Geográfica (SIG). En dicho marco, participaron en reunión junto al Delegado Presidencial de Ñuble, Cristóbal Jardúa Campos; vecinos ribereños de la Laguna Avendaño de Quillón, y representantes de la Seremi de Bienes Nacionales y de la Subdere, con miras a desarrollar acciones que permitan preservar el estado ecológico de la laguna.
La académica del Departamento de Ciencias Básicas, Dra. Patricia Arancibia Ávila, coordinadora del Laboratorio de Ecofisiología y Microalgas de la UBB, precisó que en la reciente visita a la laguna, los estudiantes tomaron muestras para medir parámetros relevantes como el pH del agua, oxígeno disuelto, temperatura superficial, sólidos en suspensión, conductividad eléctrica y potencial de reducción del agua.
“La Laguna Avendaño es un recurso hídrico que forma parte de un sistema de lagunas, entre ellas la Laguna Santa Elena -que también estudio- y otras aledañas. Durante los últimos años sus márgenes se han poblado rápidamente y la laguna se ha ido envejeciendo, a tal punto, que los propios vecinos se han visto afectados por la ocurrencia de malos olores; también se constata la disminución de peces y últimamente la presencia de una microalga con características tóxicas. Años atrás también detecté la presencia de una microalga potencialmente tóxica, que se desarrolla comúnmente en lagos eutrofizados, pudiendo causar daño hepático si es ingerida”, ilustró la Dra. Arancibia.
Por esta razón, la Dra. Patricia Arancibia fue invitada a la reunión convocada en el lugar por el vecino Sergio Vargas Mac-Carte, oportunidad en que los estudiantes tesistas de Ingeniería en Recursos Naturales de la UBB, pudieron conocer las aprehensiones de los vecinos, junto con realizar la toma de muestras de agua para su análisis. Entre las opciones consideradas por los vecinos se considera la eventual adquisición de tecnología ultrasónica que permite destruir las microalgas y así limpiar el agua.
Claudia Leal, Herman Benavides y Joaquín Muñoz comentaron que a través de su estudio buscan describir el estado ecológico de ríos y lagunas del territorio. “Pretendemos aportar un catálogo de todos los ríos y lagunas de la región, toda vez que el 90% del agua que consumimos proviene de los ríos de montaña. Queremos aportar información actualizada sobre las cuencas y ríos de Ñuble, porque la existente data del año 2005. Estará disponible para quien lo requiera”, manifestaron.
“Para nosotros fue un agrado haber sido invitado a esa reunión. Nos parece muy relevante cuidar nuestros ecosistemas acuáticos. En Ñuble no tenemos grandes lagos, y espacios como la laguna son muy importantes para el avistamiento y anidación de aves. Las personas quieren disfrutar de la naturaleza pero no siempre la cuidan. Asimismo, hay riesgos para el sistema fluvial de la región debido a la eventual construcción de grandes embalses o la misma carretera hídrica para transportar agua hacia el norte del país”, advirtieron.
La Dra. Patricia Arancibia explicó que junto a los estudiantes tesistas, han visitado la laguna según las posibilidades que se dan en el contexto de la pandemia. “En el verano detectamos estaciones con niveles de oxígeno muy inferiores a lo deseable y con niveles de pH superiores a lo deseable. Es una laguna que, especialmente en el verano, está teniendo problemas por una alta cantidad de materia orgánica presente, y podríamos llegar a tener episodios de blooms de microalgas”, comentó.
La Dra. Arancibia detalló que la laguna también se ve impactada por la descarga de aguas que provienen de campos aledaños y por efectos de la actividad humana que se desarrolla no solo en la ribera del cuerpo de agua, sino también en su cuenca. “Las actividades de agricultura, la aplicación de fertilizantes, pesticidas, así como la deforestación o las remociones de tierra, todo ello impacta negativamente en la laguna. Al aumentar la materia orgánica, aumenta la cantidad de microalgas, que luego mueren, sedimentan, y generan un relleno que favorece que las plantas vasculares crezcan en las orillas de la laguna, y así ésta comienza a ahogarse, va estrechando sus orillas, y posiblemente en 100 o 150 años termine convirtiéndose en una pradera”, señaló.
Al mismo tiempo, advirtió que este ciclo puede verse acelerado por la actividad humana. “Tenemos ejemplos como el caso de la laguna Las Tres Pascualas de Concepción, que en los años ’30 del siglo pasado era un balneario, y sus aguas eran navegables, pero luego del terremoto del año 1939 se comenzó a poblar en sus alrededores y en los años ’70 ya estaba convertida en un humedal. Bueno, lo mismo podría pasar con la laguna Avendaño, que hoy es un balneario, pero que quizás en 30 o 40 años ya no lo sea”, ilustró.
La Dra. Patricia Arancibia precisó que durante el invierno los niveles de oxígeno de la laguna son muy buenos, así como su pH, debido a las lluvias y a las bajas temperaturas que permiten capturar mayor concentración de oxígeno en el agua.
“Para nosotros, como carrera de Ingeniería en Recursos Naturales y como Universidad, es muy importante que los/as futuros profesionales conozcan y se relacionen con actores del mundo político, instituciones regulatorias, a profesionales de los organismos públicos, así como a la comunidad representada por los vecinos, porque el día de mañana deberán vincularse y coordinarse con todos ellos. De manera que esta actividad también tributa a su proceso formativo”, enfatizó la investigadora UBB.