Promover la educación socioemocional y el cuidado de la salud mental en establecimientos escolares y organizaciones sociales vulnerables de 4 comunas de la región de Ñuble, fue el principal objetivo del proyecto dirigido por la académica de la Escuela de Trabajo Social de la sede Chillán, Marcela Concha Toro, en el contexto de la asignatura Taller de Práctica IV, Intervención Socioeducativa. La iniciativa fue apoyada por el Grupo de Investigación en Desarrollo Emocional y Cognitivo para el Aprendizaje GIDECAP de la Universidad del Bío-Bío.
La académica coordinadora Marcela Concha Toro, señaló que el proyecto implicó identificar necesidades en el ámbito de la educación socioemocional y el cuidado de la salud mental en las comunidades escolares y organizaciones sociales; diseñar un plan de intervención socioeducativo con base en las necesidades identificadas por las y los propios actores educativos y comunitarios, e implementar un proyecto de intervención con enfoque socioeducativo.
“Diversos informes, entre ellos el realizado por la consultora internacional Ipsos, muestran que Chile es el segundo país del mundo con mayor deterioro emocional y en la salud mental desde el inicio de la pandemia. Asimismo, variados estudios longitudinales muestran que el desarrollo de competencias emocionales puede reducir en los/as jóvenes y en sus profesores problemas de salud mental tales como la depresión, la ansiedad, el estrés, el suicidio, entre otros”, reflexionó.
Los estudiantes de segundo año de la Escuela de Trabajo Social fueron los encargados de liderar las intervenciones socioeducativas en la Escuela Celia Urrutia Prieto de la comuna de Bulnes, Liceo Agrícola de San Carlos, Escuela Básica de Ñipas, Escuela de Quinchamalí, Escuela El Tejar de Chillán, Junta de Vecinos Santa Elvira de Chillán, Junta de Vecinos El Tejar de Chillán y en la ONG Marq’ay de Concepción.
En la oportunidad se hizo entrega de certificados de participación y de reconocimiento a los/as estudiantes de Trabajo Social UBB que desarrollaron las intervenciones, así como a representantes de las escuelas, juntas de vecinos y organizaciones que participaron en la experiencia.
Las integrantes de GIDECAP, Dra. Nelly Lagos San Martín, Dra. Yasna Anabalón Anabalón, Mg. Marcela Concha Toro, Mg. Verónica López López y Mg. Evelyn Zagal Valenzuela, presidieron la entrega de diplomas.
La decana de la Facultad de Educación y Humanidades, Dra. Fancy Castro Rubilar, expresó su agradecimiento al equipo de investigadoras/es del Grupo GIDECAP, así como a las directoras y directores de establecimientos educacionales, e integrantes de juntas de vecinos y organizaciones sociales que confiaron en la UBB. Mención especial tuvo para los/as estudiantes de segundo año de Trabajo Social.
“Las acciones de vinculación con el medio aportan a los territorios, pero también nutren nuestro quehacer académico, y por ello saludo e insto a que sigan desarrollándose este tipo de iniciativas”, aseveró.
Experiencias
La directora de la Escuela de Ñipas e integrante del Grupo GIDECAP UBB, Evelyn Zagal Valenzuela, valoró la experiencia como beneficiaria del proyecto.
“Soy profesora, maestra de vocación, y creo que los procesos socioemocionales son primordiales para hacer efectivos los procesos educativos, y por ello agradezco a la Universidad del Bío-Bío y su vinculación con el medio, porque los lugares donde se ha desarrollado esta experiencia son espacios apartados, como es el caso de Ñipas, donde trabajamos en nuestra escuela. Las Universidades deben abrir sus puertas y hacerse parte de la comunidad y el territorio, y hoy lo vivimos y encarnamos en este maravilloso proyecto del que fuimos parte como escuela”, ilustró.
Las estudiantes Cecilia Suazo Álvarez y Catalina Toro Quezada también compartieron algunas reflexiones sobre el proceso de intervención.
“Cuando terminamos la última intervención en Bulnes, nos habíamos encariñado con esos niños, fue inevitable, y sin darnos cuenta creamos un lazo con ellos que cambió todo. Quizás nos faltaron muchas cosas por enseñar, pero estoy segura que hemos plantado una semilla de esperanza que irá creciendo junto con ellos, y cada vez que sus emociones y sentimientos se manifiesten, recordarán lo que les hemos enseñado”, precisó Cecilia Suazo.
En tanto, Catalina Toro señaló que la intervención supuso un aprendizaje de vida que será de gran provecho para los/as estudiantes de Trabajo Social, como para los niños/as de la Escuela El Tejar.
“En la intervención me pude percatar que la complementariedad y proactividad del equipo es muy importante. Tengo viva la imagen en que mis compañeras y compañero pudimos liderar diferentes momentos según nuestras capacidades; mientras alguien explicaba a un grupo lo que debían hacer, otro preparaba la siguiente actividad, otro supervisaba y otra generaba lazos con los niños/as para tener una mejor llegada. Y lo mejor de todo es que las cosas se fueron dando naturalmente”, aseveró.
