Los/as estudiantes de la Escuela de Arquitectura de la Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño de la UBB, Matías Carrillo, Aranza Rubilar y Rosario Burgos resultaron ganadores/as del Concurso de la Royal Institute of British Architects (RIBA) en categoría región de América. El proyecto denominado “Revitalizar el patrimonio mediante el espacio público” en las ruinas del Mercado Central de Concepción, tuvo como docentes guías al Dr. Iván Cartes Siade y Dr. Sergio Baeriswyl Rada del departamento de Planificación y Diseño Urbano.
Por Francisco Darmendrail
A juicio de sus autores, el objetivo de la propuesta es renovar este gran espacio perdido en un nuevo mercado, pero con una visión ecológica que le permita no sólo volver a instaurarse como hito penquista, sino adoptar un nuevo estilo de vida que conlleve la auto sustentabilidad alimentaria y por ende, poder sobrellevar las próximas crisis económicas, sociales y ambientales que depare el futuro, pudiendo desprenderse de a poco de los organismos externos.
Por otro lado, los estudiantes afirmaron que, para el presente proyecto, buscaron un espacio público rezagado en la ciudad, siendo el mercado el elegido dado que es un hito penquista importante. En su momento generó trabajo, vida en comunidad y que, tras el incendio, el lugar quedó en el olvido aseguran. A su juicio se trata de dar un carácter comercial, no capitalista, sino local. La idea de los techos verdes que cultivan hortalizas para la misma comunidad, que pueda hacer frente a las crisis alimentarias. Potenciar la economía local, circular y la auto sostenibilidad y ecología, aseguran.
Así entonces, el nuevo mercado mantendría las características estructurales del cascarón original. Empero, su disposición espacial interior sería adaptable a un espacio público transitable, donde se destinarán huertos urbanos. Esto puede evitar la dependencia de la importación de bienes para el abastecimiento local, una disminución de insumos y productos, la recolección de basura, entre otros.
La nave central del mercado, bajo la bóveda, presentaría varios viveros verticales ubicados sobre andamios, con la intención de seguir manteniendo el carácter industrial original del edificio; y junto a los andamios se encontrarían los puestos comerciales, que aprovecharían las mismas estructuras para generar diferentes formas e ir acomodándose y moviéndose según las necesidades de la gente, creando una arquitectura flexible, efímera y versátil. Además, el edificio contaría con un subterráneo que almacene aguas lluvias, permitiendo regar los mismos huertos y acceder a este recurso tan imprescindible en tiempos de crisis. La doble altura de la nave central remarcaría el carácter público y transitable del edificio, mientras que el perímetro se destinaría a actividades más privadas y de carácter educativo, además, la estructura de la bóveda permitiría un juego de luces rítmico sobre el mismo mercado.
Por otro lado, el espacio central del edificio presentaría viveros verticales de hortalizas situados sobre andamios -con la intención de mantener el carácter industrial del mercado- y regados con la lluvia recogida en las cubiertas y almacenada en el sótano. Junto al andamio, se establecerán los puestos comerciales, que aprovecharán las mismas estructuras para generar diferentes formas y moverse de acuerdo a las necesidades cambiantes de las personas. El proyecto en su conjunto cerrará la brecha entre la naturaleza y las personas, recreando la agricultura urbana en permacultura.
Finalmente, expresaron que, al ser un hito penquista, la gente le tiene cariño a la obra, siendo uno de los motivos del proyecto. Fue un desafío, argumentan, dado que tiene que transmitir una idea por medio de la propuesta, estamos contentos que pudo salir el proyecto a pesar de la pandemia.
Cabe señalar que el concurso fue organizado por la Royal Institute of British Architect, entre los meses de junio a diciembre de 2021, recibiendo más de 73 proyectos de veinte escuelas de arquitecturas de los cinco continentes.