“Aliwen”, árbol en voz mapuche, se denomina la escultura que desde este lunes se emplaza en el hall del Aula Magna de la sede Chillán, y que se suma al patrimonio de la Universidad. “Me pone muy contento el habitar los espacios universitarios con obras que tienen que ver con nuestra cultura. En mi caso también implica compartir con los demás lo que pienso, siento y hago. No tiene sentido que esta obra esté guardada en mi taller. Aquí tendrá una visibilidad permanente, en un espacio amplio y limpio”, aseveró Osvaldo Peña.
El prorrector Dr. Fernando Toledo Montiel, quien gestionó el arribo de la obra, destacó el aporte de las obras escultóricas, y el propósito institucional de generar espacios abiertos a la comunidad.
“Nuestros campus universitarios también son espacios abiertos a la cultura y a las diversas expresiones artísticas. Es nuestro propósito la formación integral de los/as estudiantes, considerando su desarrollo disciplinar y como personas, facilitando el perfeccionamiento de sus capacidades. Los campus Concepción, La Castilla y Fernando May albergan importantes obras que los/as estudiantes y la comunidad en general pueden apreciar a diario, lo que ciertamente supone una experiencia distinta, más rica y de mayor densidad cultural”, aseveró.
El escultor Osvaldo Peña, quien viajó desde su taller de San Francisco de Mostazal hasta el Campus Fernando May para instalar la obra, comentó que “Aliwen” surge a partir de un aromo caído del patio de su hogar, y de alguna manera implicó humanizar un trozo de tronco de aquel árbol.
“Durante años permaneció así hasta que vi que podía surgir esta pieza. Es un árbol que está renaciendo y el color tiene que ver con la técnica de quemarlo, que es una manera de preservar la madera, ayuda a que permanezca en el tiempo. Es el espíritu de la madera que renace y que se humaniza, porque el árbol es también símbolo del hombre, pues posee ramas, raíces, tronco, tal como nosotros, y está anclado a la tierra que lo sustenta, y muere y renace de ella nuevamente”, reflexionó.
Osvaldo Peña recordó que en la sede Concepción de la UBB se encuentra la obra “En busca del conocimiento” -en acero y resina- que se encuentra al aire libre próximo al sector de las aulas.
Respecto de “Aliwen”, Gustavo Boldrini, quien se refiere a la obra en el catálogo de la exposición Metamorfosis de Fundación Gasco, señala:
“Con mucha sutileza, el madero apenas fue intervenido. La herramienta que lo recorrió respetó su cuerpo, su veta y le construyó sus miembros. Un brazo y su mano abierta hacia lo alto, tallados en lo que antes había sido una rama. Se valorizó también, al modo de otro brazo, la protuberancia que sobresalía en un costado de su cuerpo/volumen principal. Los contornos de ésta se repasaron con una línea tinte ocre; además de habérsele dibujado la figura del dedo pulgar. Es muy verosímil en su espectralidad. Teñida de negro, en esa madera, la pintura lineal se hace reminiscente de aquellas que remarcaban visualmente la estatuaria pascuense o la pintura facial usada por los yámanas. Puede que este sea un personaje que muchos ven a los seis años: el Aliwén, un hombre/tronco espectral que asoma desde los pantanos chilotes”.
Osvaldo Peña, es uno de los connotados escultores nacionales. Ingresó a la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile en 1970, pero debió abandonar en 1973. Alumno de Ricardo Mesa y compañero de Francisco Gazitúa y Patricia del Canto. Ha experimentado con materiales como la resina poliéster, el fierro, el acero y las maderas nativas, proponiendo piezas escultóricas que a lo largo del tiempo indagan acerca de la condición humana.
Mariana Silva Raggio de Fundación Gasco, asevera que Osvaldo Peña “ha insistido en la contribución del arte en la construcción de un sentido de comunidad, fomentando un permanente diálogo de la escultura con el espacio público. Ha creado más de diecinueve trabajos que forman parte del paisaje urbano y la experiencia de la circulación pública”.
