Como una experiencia recomendable, la cual genera un impacto real en la comunidad, es calificado el grupo Micelio, instancia a cargo de la Subdirección de Desarrollo Estudiantil que reunió a estudiantes de la sede Chillán para formarles como facilitadores comunitarios en salud mental en un espacio seguro. Esta y otras actividades se generaron gracias al proyecto Comunitariamente luego que la Universidad del Bío-Bío se adjudicara un Fondo Desarrollo institucional, siendo el cuarto a nivel nacional.
Por más de cinco meses estudiantes de pregrado y postgrado de distintas áreas académicas recibieron la formación sobre temáticas como el autoconocimiento, “donde ellos/as se iban haciendo parte de su salud mental para posteriormente trabajar en herramientas de apoyo a sus propios/as compañeros/as y a la comunidad universitaria”, explicó la subdirectora de Desarrollo Estudiantil, Andrea Fuentes, quien también resaltó el gran interés y participación hasta el final del proyecto, con más de 45 certificaciones por participación.
La Subdirectora destacó el trabajo realizado por el equipo profesional de la DDE, donde junto al trabajador social de la DDE y coordinador del Programa de Intervención Biopsicosocial, Eduardo Lorenzen, y Josefina Parot, kinesióloga y terapeuta integrativa de la DDE, lideraron la coordinación del proyecto Comunitariamente. Asimismo, agradeció el apoyo del grupo de estudiantes que colaboró en todo el proceso.
Para el próximo año desde la DDE sede Chillán buscarán que el grupo que fue parte de Micelio apoye la preparación de nuevos/as facilitadores comunitarios en salud mental. “El objetivo es poder generar una red de apoyo a nivel estudiantil y, por qué no decirlo, a nivel comunitario. Los y las estudiantes están preparadas/os para poder realizar primeros auxilios psicológicos o contención, y es fantástico porque nos apoya a la comunidad en general”, enfatizó Andrea Fuentes.
Otras de las características, tanto de la instancia nacida en Micelio, como del proyecto marco Comunitariamente es que, si bien surgió ante una iniciativa estudiantil, se quiso abordar en los tres estamentos con líneas de acciones para todos y todas donde, por ejemplo, se realizaron grupos triestamentales en Yoga y Reiki. “Y es que una premisa muy importante de una comunidad en el abordaje de salud mental es que no podemos estar trabajando solamente con un estamento. Entonces para el bienestar de todos y todas tenemos que trabajar en conjunto”, relevó la Subdirectora.
Josefina Parot, terapeuta integrativa de la DDE, sostuvo que trabajó, además de la gestión, en estrategias para entregarle a los y las participantes herramientas concretas que tienen que ver con el manejo de ansiedad y estrés, desde el mindfulness, ejercicios de movilidad, y yoga para conectar con el cuerpo y aprender a manejar la ansiedad desde la sensación corporal y la gestión de emociones. “Los más lindo fue que, aunque nosotros fuimos recolectando las temáticas y llevamos a los expertos, lejos las intervenciones más valiosas fueron la de los estudiantes con módulos muy conversados”, comentó
El trabajador social de la DDE, Eduardo Lorenzen, valoró que Comunitariamente fue una gestión en equipo con miras, siempre, en el bienestar estudiantil y de la comunidad, y enfatizó que “en base a eso construimos este curso piloto, Micelio, que tuvo varios módulos y donde al principio hablamos de salud mental, de gestionar nuestra ansiedad con ejercicios de relajación, del bullying y ciberbullying, instancia donde se realizó la charla “Yo elijo salvar” para abordar la prevención del suicidio”.
Experiencias
En la finalización de la capacitación de primeros auxilios psicológicos un gran grupo de estudiantes participó activamente y puso mucha atención al taller del psicólogo clínico Pablo Ferrer, formando así un espacio donde la voluntad y ganas de ayudar a la comunidad resaltó en cada intervención.
La jornada se centró principalmente en generar los conocimientos teóricos, técnicos y prácticos mínimos para una intervención en crisis desde la perspectiva de los primeros auxilios psicológicos en el rol del estudiante, relevando los factores protectores que están presentes en esa relación de ayuda, así como los principios básicos vinculados con las actitudes, conductas e intervenciones posibles de realizar desde una perspectiva de promoción y prevención en salud mental”, detalló el profesional, quien es miembro de la Alianza Chilena contra la Depresión.
Los y las estudiantes estaban sumamente atentas/os y participativos/as, agregó, considerando que fue una actividad realizada un fin de semana el que haya más de 40 personas vinculadas y emocionadas con la posibilidad de participar en una capacitación de salud mental, siempre es alentador. “La respuesta no es sólo positiva en términos de participación, sino también de reflexión”.
Diana Correa, estudiante del Doctorado en Ciencias con mención en Recursos Naturales Renovables, destacó que se abordaran temáticas variadas desde la psicología, con herramientas para el autocuidado y ayudar a otros compañeros en crisis, “siendo muy enriquecedor”. Asimismo, le impactó la charla “Yo elijo salvar”, ya que “me visualizó un tema que nunca se había pasado por mi mente (prevención del suicidio) y creo que son temas fundamentales que se es bueno se instauren en la Universidad”.
En tanto, la estudiante de cuarto año de Pedagogía en Inglés y parte del proyecto Micelio, Belén Arancibia Carrasco, manifestó que sintió satisfacción en ser una participante activa dentro de la comunidad a través del proyecto Micelio, “y el aprender a cómo tratar el tema de la salud mental. Lo hicimos y vencimos ese tabú de que este tema es exclusivamente para ser abordado/conversado en clínica o con especialistas, sabiendo que la salud mental es todo, es parte de nuestra identidad, de quien somos”. La joven realizó una invitación a que el próximo año compañeros/as sean parte de “una iniciativa única”. “El que este proyecto haya tomado forma ha generado y seguirá generando un gran cambio, así que es más que recomendable”.