“Historia del Afiche Chileno” es el proyecto de título de Alejandro Godoy en la extinta carrera de Diseño Gráfico de la también desaparecida Universidad ARCIS. Este texto, el cual rescata la memoria histórica gráfica del patrimonio visual de nuestro país. Un trabajo de tres años de dedicación que no sólo involucró contactar y gestionar autorizaciones e información de tanta relevancia para la construcción del guion estructurante de quienes se dedican a comunicar visualmente. Este es un libro que además en sí mismo es una pieza histórica única, como suele pasar en el denominado “progreso del tiempo” ya no existe ni la editorial, ni la universidad. Godoy más allá de realizar un análisis de las imágenes o los textos que acompañan a estas piezas visuales, desarrolla un proyecto que se construyó colaborativamente, donde todas las personas involucradas en la gestión editorial cedieron algo, incluso el tiempo, que es una donación más que significativa más aún en tiempos donde la aceleración y la ansiedad son el leitmotiv colectivo. Una pequeña enseñanza por quienes entienden que un buen proyecto se hace con muchas personas, desde quienes lo escriben, quienes lo leen, quienes los escuchan y quienes les dan una sonrisa.
El cartelismo en nuestro país nace junto al comercio, al margen que las escuelas de diseño chilenas vieran la luz muchos años después ya en la década del sesenta. El poeta y cartelista Andrés Sabella define al cartel de la siguiente manera “El cartelismo es un arte repleto de abismos. Cualquier yerro permite que la obra caiga hacia la mentira. Y es arte ciudadano, arte para estar junto al tranvía, junto a las nubes y al hombre que camina con la máscara de la luz y de angustia de la ciudad”. El cartelismo, es el arte propio de una época de intercambios, pareciera que está silente una pared o una vitrina, no obstante, este silencio es todo lo contrario, parafraseando a Mauricio Vico, un cartel es siempre un grito en la pared.
La obra de Alejandro Godoy es ambiciosa por decirlo menos, su título “Historia del afiche chileno” involucra autoridad y referencia, sin ir más lejos, construir estos títulos llamativos a los que siúticamente el marketing denomina “naming”, pareciera que pretenden cerrar la puerta a miradas y visiones que complementen la siempre necesaria de construcción de conocimiento. No existe historia secreta, más bien existe historia desperdigada en diversos anaqueles, archivadores o algún estante olvidado y el presente trabajo de Godoy es una arqueología visual del cartel.
El cartel, señala Charles Baudelaire, es el hijo predilecto de la modernidad, ya que “saca de la moda lo que ella puede contener de poético en lo histórico, de sacar lo eterno en lo transitorio”. El cartel (como correctamente debe de ser llamado en español) es el correlato de la industrialización, si bien deriva de la de la expresión italiana cartello que es como se indicaba a los anuncios que estaban dispuestos a la entrada de los teatros, su origen es para hablar al público, de seducir e indicar datos precisos que llamaran la atención a través de imágenes. Camilo Mori, artista porteño y premio nacional de arte año 1950 indica que el cartel “es una voz repetida que muere junto a su eco. Es un dibujo concebido para transmitir un mensaje a las masas”.
La relación del cartel con el arte es particularmente curiosa, señala Godoy, ya que si bien, el dadaísmo ya había instalado una relación estética, no es sino hasta la década de los cincuenta, cuando el Pop Art a través de Andy Warhol construye un camino imbricado entre la concepción artística de reproductibilidad con base en la creación de piezas que responden a un fenómeno de bonanza post segunda guerra mundial, sobre todo y casi exclusivamente a los Estados Unidos de Norteamérica.
El cartel es reposado y pensado, todos y todas tenemos en nuestra memoria alguna imagen de estos que haya pregnado tan fuertemente, que hoy es imposible disociar por ejemplo la película del director Aldo Francia (1972) en el que muestra la realidad de los curas obreros en frontal rebeldía contra la jerarquía eclesiástica.
Los grandes cartelistas chilenos y chilenas del siglo XX, siglo de oro para esta pieza comunicacional, son Waldo González, Vicente Larrea, Domingo Baño, Maruja Pinedo, Kitty Goldman, Giulio Di Girolamo, Camilo Mori, Francisco Otta y Santiago Nattino, entre otras contribuciones por ejemplo destaca la obra visual de Julián Naranjo, formado en Chillán y que entre sus reconocimientos es ser recientemente nombrado uno de los mejores 100 cartelistas del mundo.
Hoy, con el advenimiento de la denominada inteligencia artificial y de la utilización de la multimedia dentro de las redes sociales, el cartel ha perdido la vigencia y sitial de antaño, no obstante, cabe repensar nuevamente la pregunta sobre ¿qué es un muro? Y ¿qué es un cartel?, probablemente estas piezas propias de lo multimedia y lo audiovisual, las que circulan atomizadas y viralizadas en Tik Tok, Instagram, Whatsapp, puedan ser la evolución del nuevo cartel.
