El cáncer gástrico es una de las principales causas de mortalidad por cáncer en nuestro país y es en ese contexto que la académica del Departamento de Ciencias Básicas, Dra. Alejandra Lavanderos Villagrán, lidera el proyecto “Estudio de polimorfismos funcionales en genes inmunes y epigenéticos y su asociación con el riesgo de cáncer gástrico en población chilena”, el cual se adjudicó fondos en el 3° Concurso de Proyectos de Ciencia para la Innovación Ci2030.
“Este proyecto busca entender por qué algunas personas tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer gástrico, una enfermedad que lamentablemente sigue siendo muy frecuente y grave en Chile, especialmente en regiones como Ñuble. Para eso, vamos a estudiar ciertas variaciones genéticas, como pequeñas diferencias en el ADN, que podrían influir en la manera en que el cuerpo responde a infecciones (ejemplo helicobacter pylori) o se defiende de agresiones externas, como la alimentación o el uso de pesticidas”, sostuvo.
La idea principal, agregó la académica de Química y Farmacia UBB, es identificar si algunas de estas variaciones aumentan el riesgo de padecer cáncer gástrico en nuestra población, “con esta información esperamos aportar al desarrollo de herramientas para prevenir, detectar a tiempo y tratar mejor esta enfermedad de forma más personalizada y eficaz”. Es importante destacar que el estudio (que es observacional, analítico, de tipo caso-control y diseño multicéntrico), se llevará a cabo con pacientes mayores de 18 años del Hospital Clínico Herminda Martín de Chillán y del Hospital Clínico de la Universidad de Chile.
En los antecedentes presentados para la adjudicación del proyecto se consideró que “en Chile, el cáncer gástrico constituye una prioridad sanitaria, siendo la segunda causa de muerte por cáncer con 3.924 decesos en 2022 y una incidencia especialmente elevada en zonas rurales como la Región de Ñuble (F: GLOBOCAN, 2022; Servicio de Salud Ñuble 2024). En la región, durante 2023 se reportaron 121 fallecimientos por cáncer gástrico y, en el primer semestre de 2024 se diagnosticaron 66 nuevos casos, cifras que reflejan una carga desproporcionada en comparación con otras regiones del país alertadas por las autoridades sanitarias (Servicio de Salud Ñuble)”.
Una vez que se tengan los resultados, “el primer paso será publicarlos en revistas científicas y compartirlos con la comunidad médica. Pero más allá de eso, queremos que esta información sea útil para desarrollar herramientas concretas que permitan identificar a personas con mayor riesgo y actuar a tiempo. También esperamos que los datos generados sirvan como base para futuros proyectos clínicos o tecnológicos, como modelos predictivos, especialmente pensados para ser usados en el sistema público de salud”, manifestó la directora de proyecto.
Respecto al interés por desarrollar una investigación como esta, la Dra. Alejandra Lavanderos, explicó que “a nivel personal me conmueve ver cómo el cáncer gástrico afecta a tantas familias, muchas veces sin que se alcance un diagnóstico a tiempo. Yo soy de la región, y conozco de cerca las barreras que enfrentan las personas para acceder a un diagnóstico precoz o un tratamiento oportuno”.
Este tipo de investigación, reflexionó la académica UBB, no solo busca aportar al conocimiento científico, sino que también potenciar el valor formativo, especialmente para las nuevas carreras del área de la salud que se están consolidando en nuestra Universidad, como Medicina y Química y Farmacia. “En este proyecto participarán activamente estudiantes de ambas carreras, quienes tienen la oportunidad de involucrarse desde etapas tempranas en la investigación biomédica. Esto les permite acercarse de manera concreta a la ciencia, en un contexto real y con impacto en la salud de las personas”, comentó.
Este trabajo se enmarca en un momento clave para nuestra Región con la próxima inauguración del nuevo Hospital Regional de Ñuble y la futura construcción del Centro Oncológico Regional, lo que convierte a Chillán en un polo emergente en salud pública y atención especializada. «Creemos que desde la academia podemos ser parte activa de ese crecimiento, aportando con evidencia local, innovación y la formación de profesionales con una mirada integral y comprometida con su entorno», relevó la Dra. Alejandra Lavanderos.
El equipo
El equipo se fue formando de manera muy natural, a partir de lazos construidos tanto en lo académico como en lo humano, valoró la docente.
“El Dr. Luis Quiñones fue mi mentor durante mi formación doctoral en el laboratorio de Carcinogénesis Química y Farmacogenética de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Él ha sido una guía fundamental para mí, no solo en lo científico, sino también en lo personal. La Dra. Leslie Cerpa también forma parte del equipo que armamos en Santiago y su experiencia ha sido muy valiosa. En la Universidad del Bío-Bío cuento con el apoyo de los académicos Francisco Valenzuela (Departamento de Ciencias Básicas) y Gastón Márquez (Departamento de Ciencias de la Computación y Tecnologías de la Información), colegas de total confianza con quienes compartimos intereses comunes en ciencia y salud. Junto a Gastón, contactamos a la Dra. Daniela Mennickent, de la UCSC, una experta en machine learning que se entusiasmó de inmediato con la propuesta”.
Por último, “el equipo médico se armó gracias al vínculo con la Dra. Paulina Toledo, gastroenteróloga del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, quien fue mi compañera del colegio. Le conté del proyecto, le encantó, y gracias a ella se sumaron también los doctores Matías Arteaga y Ana Heredia, del Hospital Clínico Herminda Martín de Chillán. Así se fue consolidando un equipo multidisciplinario y muy comprometido”.
