Los académicos de la Universidad de Cantabria, Dra. en Enfermería María Jesús Durá Ros y el médico Antonio Quesada Suescun, fueron los principales expositores del Seminario sobre Simulación Clínica y su importancia para la seguridad y la calidad en la atención del usuario, organizado por el Departamento de Enfermería de la UBB.
Promover la simulación clínica como estrategia conducente a lograr una mayor seguridad del paciente, y destacar su importancia para el mejoramiento continuo en la calidad de la atención de los pacientes, fue el principal objetivo del seminario internacional convocado por el Departamento de Enfermería de la Universidad del Bío-Bío, según confirmó la directora del proyecto de Extensión, académica Ángela Astudillo Araya.
“Mediante la simulación se pueden realizar repeticiones necesarias para el logro de un procedimiento sin ocasionar daño al paciente. El aprendizaje mediante simulación clínica se utiliza para el entrenamiento y la formación de estudiantes, como también en los profesionales del área de la salud en nuevos procedimientos y tecnologías. Como consecuencia del entrenamiento realizado previamente, el margen de error se habrá reducido, influyendo en forma directa en la seguridad del paciente, ya que la simulación clínica está íntimamente relacionada con el principio ético de no maleficencia, puesto que cuando los estudiantes o profesionales realicen las maniobras reales, ya la habrán perfeccionado mediante la simulación. Se debe considerar que la simulación clínica no solo está dirigida a competencias procedimentales, sino también a la adquisición de otras competencias como son las relacionadas con la comunicación, tanto entre el equipo de salud, como la necesaria en la atención del paciente”, destacó la académica.
El seminario tuvo lugar en la Sala Schäfer del Centro de Extensión de la sede Chillán, y fue presidido por la decana de la Facultad de Ciencias de la Salud y de los Alimentos, Patricia Letelier Sanz, quien destacó la pertinencia y proyecciones de la simulación clínica.
Los académicos de la Universidad de Cantabria, María Jesús Durá Ros, y Antonio Quesada Suescun desarrollaron un completo programa de actividades y encuentros con docentes y estudiantes de la carrera de Enfermería de la UBB, culminando las clases magistrales brindadas en el seminario sobre Simulación Clínica.
La Dra. en Enfermería, María Jesús Durá, dictó las conferencias “La simulación clínica como metodología docente innovadora” e “Importancia de la simulación clínica aplicada a la investigación”, en tanto que el médico Antonio Quesada Suescun se refirió a “Seguridad en pacientes de riesgo y críticos: papel de la simulación clínica”.
La académica María Jesús Durá destacó las ventajas que supone esta metodología. “La simulación clínica es una metodología docente innovadora, porque se aparta de los sistemas tradicionales de la clase magistral y le da protagonismo al alumno. Es una técnica que reproduce un caso clínico real en un aula o en un ambiente simulado. De esa forma el alumno es entrenado, y cuando lo lleva a la práctica clínica real, ya tiene un entrenamiento previo, por ejemplo, en canalizar una vía venosa, o hacer una desfibrilación, o un masaje cardíaco; y también en habilidades no técnicas como el mejorar la comunicación con los miembros del equipo, con el paciente. Además, acorta la curva de aprendizaje, porque el alumno en el aula puede repetirlo muchas veces, entonces, lo aprende antes. Por ejemplo, si tuviésemos que enseñar a un alumno a auscultar los sonidos cardíacos y respiratorios en los enfermos del hospital, necesitaríamos muchos enfermos, auscultaría muchas veces ruidos normales, pero los anormales serían más difíciles de encontrar, mientras que si hacemos eso en un ambiente simulado, el alumno puede entrenar durante varios días y aprender esos sonidos normales y los anormales con mucha mayor rapidez”, precisó.
Igualmente, la Dra. María Jesús Durá, destacó que esta metodología permite el error como parte del proceso de enseñanza-aprendizaje. “En el ambiente real el profesor o tutor no permite que el alumno se equivoque, se corrige antes para que el enfermo no sufra las consecuencias del error. Sin embargo, en el ambiente simulado permitimos no sólo que realice el error, sino que además, observe las consecuencias que trae ese error y aprenda de ellos. Además, en el ambiente simulado, una vez que el alumno ha desarrollado el caso, se realiza una discusión, entonces el alumno tiene protagonismo pues puede discutir las actuaciones que él ha hecho”, aseveró.
A su vez, el Dr. Antonio Quesada, recordó la naturaleza del error como algo inherente a cualquier actividad humana, por lo que la actividad clínica no está ajena a ello. “El error en la práctica clínica es algo conocido desde siempre. Ya Hipócrates, hace más de 2 mil 500 años sentenciaba aquella frase primum non nocere, “primero no hagas daño”, un aviso a todos los profesionales de enfermería, médicos, pues que hicieran las cosas con la mayor precaución posible”, acotó.
El profesional también citó el trabajo “Errar es humano: construyendo un sistema de atención más seguro” (To err is human: building a safer health system, 1999) del Instituto de Medicina de EE.UU. que puso en relieve la magnitud de esta realidad e incentivó la generación de estrategias para disminuir la incidencia del error. Dicho trabajo estimó que los errores médicos causan entre 44 mil y 98 mil muertes anuales en hospitales de los Estados Unidos. “Los efectos adversos como los incidentes sin daño se han cuantificado y son muy similares en casi todo el mundo occidental. Por eso, los ministerios de Salud de los países más avanzados del mundo, han diseñado estrategias para implementar las prácticas seguras de los profesionales. En esta estrategia se ha visto que juega un papel fundamental la inclusión de la tecnología de la simulación, como una herramienta educativa, formativa, que posibilita el error sin trascendencia negativa para el paciente. Entonces, se ha visto que favorece la curva de aprendizaje, pues posibilita el error y su análisis de discusión con los profesionales después de pasar por la experiencia del desarrollo de un escenario simulado”, comentó.
En el plano de la investigación, la Dra. María Jesús Durá aseveró que desarrolla diversas líneas investigativas que pretenden dar cuenta de la efectividad de la simulación clínica como estrategia de enseñanza-aprendizaje. “Existe investigación sobre la integración de esta metodología en los programas de estudios de Medicina, Enfermería, etc. Hay estudios que se han hecho con alumnos que han realizado la simulación, y se ha visto que han mejorado su práctica clínica. Otra de las áreas es el entrenamiento y aprendizaje en habilidades técnicas, pues mostramos trabajos o proyectos en que se compara a alumnos o grupos control que no tenían simulación y grupos que sí han hecho simulación, y los resultados obtenidos es que han aprendido mejor esas técnicas a través de la simulación clínica”, describió la profesional.
Junto a la realización del seminario, los académicos de la Universidad de Cantabria, María Jesús Durá Ros, y Antonio Quesada Suescun, también brindaron un taller práctico en dependencias del Laboratorio de Simulación Clínica de Enfermería.