El académico del Departamento de Ciencias Sociales, Christian Loyola Gómez, junto al docente Juan Rivas Maldonado, desarrollaron investigación referida a la “Permeabilidad del suelo de la cuenca del río Chillán, entre el estero Peladillas y el río Ñuble”. El trabajo entrega importantes antecedentes para la toma de decisiones referidas a la planificación del territorio, y fue publicado por los Cuadernos de Geografía, Revista Colombiana de Geografía.
La determinación de zonas de permeabilidad de la cuenca del río Chillán, fue el principal resultado de la investigación desarrollada por los académicos Christian Loyola Gómez, y Juan Rivas Maldonado, del Departamento de Ciencias Sociales y del Laboratorio de Geografía de la Facultad de Educación y Humanidades, respectivamente.
Geográficamente, la zona de estudio se ubica entre el río Ñuble por el norte, el estero Peladillas por el sur, la cordillera de los Andes por el este, y el río Itata por el oeste.
Según indicaron los investigadores, el aumento de la ocupación humana del territorio, torna pertinente analizar la permeabilidad del suelo de la cuenca, al ser una variable a considerar en los estudios sobre riesgo de inundación. “Para ello se aplicó a los suelos la metodología propuesta por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para predecir el comportamiento hidráulico, la cual se encuentra validada por los estudios que la anteceden, enfocados a la granulometría, porosidad y textura”, manifestaron. “Los resultados obtenidos permitieron determinar zonas de permeabilidad de la cuenca; dada su envergadura se hizo a través de la utilización de una herramienta de los Sistemas de Información Geográfica (SIG), sin embargo, ésta descarta características puntuales que es necesario incorporar a la medición”, describieron.
El académico Juan Rivas explicó que el proyecto de investigación interna DIUBB 114324 3/I tenía como propósito medir el riesgo de inundación, y en ese contexto se eligió el factor de permeabilidad. Se optó por la cuenca referida, en atención a que está más directamente relacionada con las ciudades de Chillán y Chillán Viejo, y con los territorios adyacentes al radio urbano. Al respecto, Rivas Maldonado explicó que al hablar de riesgo de inundación se consideran dos elementos fundamentales: el peligro o amenaza de desborde de los ríos y su impacto en el territorio, y la vulnerabilidad que ello supone para las personas que habitan dichos territorios.
En esta línea, el docente Juan Rivas explicó que al delimitar la cuenca se dejó fuera del análisis a la ciudad en sí, pues el riesgo dentro de las urbes se asocia a fenómenos de anegamiento, que están determinados por otros factores y circunstancias como la cobertura de cemento, existencia de alcantarillado, sistemas de evacuación de aguas lluvias, entre otros.
El estudio desarrollado por los académicos de la UBB puede considerarse un valioso insumo para la planificación territorial, puesto que el grado de permeabilidad de los suelos orienta sobre la vocación de desarrollo productivo de los mismos, y permite discriminar qué zonas son más aptas para emplazamientos urbanos, industriales, agrícolas, por mencionar ejemplos.
“Nos dimos cuenta que tenía mayores potencialidades el asumir el factor de permeabilidad en el riesgo de inundación. La permeabilidad resulta útil a la caracterización del sitio en la construcción, a la agricultura, como indicador de la presencia o no de aguas subterráneas para consumo humano, y últimamente, como indicador de degradación del suelo. Ciertamente, al sumar otros factores tales como la pendiente, la geomorfología del lugar, la erosión, entre otros, se logra acotar las zonas con mayor detalle”, precisó el académico Rivas Maldonado.
El académico del Laboratorio de Geografía aseveró que los estudios de permeabilidad se emplean en Medio Oriente con fines prospectivos para determinar la existencia de petróleo o gas en diversos territorios.
En cuanto al territorio analizado, y de modo muy general, el profesor Juan Rivas explicó que el estudio revela que el suelo de la cuenca del río Chillán presenta en mayor medida, una permeabilidad moderadamente rápida (40,7%) en el sector superior de la cuenca con suelos francos, a lo que debe sumarse la mayor pendiente debido a la cercanía con la Cordillera de los Andes. A ello hay que añadir los suelos catalogados de permeabilidad rápida (4,4%), asociados a la ribera del río Chillán y a los cursos de agua, donde la permeabilidad puede llegar a ser excesiva, lo que conlleva la pérdida de nutrientes, tratándose entonces de suelos pobres. Los suelos de la cuenca que presentan una permeabilidad muy rápida (4,9%) se encuentran repartidos de forma heterogénea. Dichos suelos, bien drenados, pueden actuar como un filtro si existen aguas subterráneas para el uso y consumo agrícola y humano.
Igualmente, el docente Rivas Maldonado, explicó que la permeabilidad de la cuenca se ve afectada en suelos arcillosos con capas endurecidas, lo que trae aparejado consecuencias en la vegetación. Dichas condiciones se reflejan en porcentajes del territorio de la cuenca con permeabilidades moderadamente lentas (38,67%) y muy lentas (3,61%), ubicadas en el llano central de la depresión intermedia, donde también se ubican las zonas urbanas, sectores hacia donde crece la intercomuna Chillán-Chillán Viejo. Finalmente, respecto del porcentaje de la cuenca con datos que no corresponden al estudio, estos se expresan en un 7,8%, reflejado en sistemas lacustres, cajas de ríos, y el área urbana de Chillán y Chillán Viejo.
El estudio de los docentes Christian Loyola y Juan Rivas también propone acciones para incrementar la permeabilidad del suelo y evitar su erosión. “Se recomienda la labranza de conservación, por medio de la utilización de técnicas de aprovechamiento de agua, incorporación de residuos vegetales, estiércoles, así como otras técnicas que incrementan la permeabilidad y optimizan la retención de agua, pero disminuyen la vulnerabilidad. Con estas acciones se favorece la filtración de químicos en las aguas subterráneas, lo cual mejora su calidad para uso y consumo humano”, describieron.