El Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad del Bío-Bío convocó el acto de presentación del libro “Pastor amigo. Biografía de Monseñor Juan Luis Ysern”, cuya autoría corresponde a Roberto Urbina Avendaño. Ysern de Arce es reconocido por su notable trayectoria como sacerdote; defensor del patrimonio cultural material e inmaterial de Chiloé; líder social y referente en materias como la defensa de los derechos humanos y el desarrollo integral de personas y comunidades.
En la oportunidad, la directora del Departamento de Ciencias Sociales, Julia Fawaz Yissi, se refirió al estrecho vínculo existente entre los hermanos Juan Luis y José Luis Ysern con la Universidad del Bío-Bío y con la propia ciudad de Chillán. Para las generaciones más nuevas, la figura del sacerdote y académico José Luis Ysern resulta más cercana, sin embargo, su hermano también permanece en el recuerdo de muchos ñublensinos.
“Juan Luis estuvo menos tiempo en Chillán, pero también dejó una huella importante, como lo hizo también en Calama, donde no miró para el lado, sino que se hizo cargo de lo que allí pasaba. En Chiloé también se hizo cargo y encontró una cultura, un pueblo, un ambiente en que pudo realizar plenamente su apostolado. Incorporó a los pueblos y a las culturas mapuche a su trabajo evangelizador, pero también los incorporó como personas y contribuyó al desarrollo de sus comunidades”, explicó la académica Julia Fawaz Yissi.
La directora del Departamento de Ciencias Sociales relevó los aportes de monseñor Ysern de Arce como testimonio vivo no solo de una tradición religiosa, sino también humana, de salvaguardia del patrimonio natural y humano.
En el acto estuvo presente monseñor Juan Luis Ysern, obispo emérito de Ancud, quien desarrolló parte importante de su ministerio en Chillán, entre enero de 1959 y mayo de 1972.
“Son ustedes los que me han formado y enseñado. Es verdad que es aquí donde viví el camino de Damasco, el cambio de actitud frente a la vida (…) Cada día nos estamos formando y es precisamente en el encuentro con los otros. Yo siento como que en este momento recién estoy recibiendo la licenciatura, lo digo con toda sinceridad. No sé hasta cuando Dios me tendrá en este mundo, pero mientras viva lo que tengo que hacer es, las cualidades que Dios me ha dado, ponerlas al servicio de todos, pero teniendo presente que en “todos” está actuando Dios”, destacó el obispo emérito.
El autor de la obra, el licenciado en Filosofía Roberto Urbina Avendaño, valoró el privilegio de haber compartido durante décadas con el obispo emérito Juan Luis Ysern, un hombre que ha sido descrito incluso como un profeta, lo que le valió muchas veces la incomprensión de sus propios hermanos obispos.
“Creo que hay una cosa muy clave en Juan Luis y que debemos tener a la vista cuando se enfrenta su vida, y es que Juan Luis es un hombre del Concilio Vaticano II y eso lo vivió en esta diócesis, este fue el “camino de Damasco”, aquí fue su enfrentamiento y su vivencia del Concilio. Toda su vida ha sido un hombre del Vaticano II, de la sinodalidad, de la horizontalidad de una Iglesia pueblo de Dios, horizontal y no vertical, de una Iglesia cercana a la gente, amistosa, que no necesita hablar de misericordia porque la vive, comprometida con la gente, con el cambio, con los problemas sociales”, expresó.
Urbina precisó que el valor de realizar una biografía de Juan Luis Ysern consiste en dejar un registro de lo que ha sido su vida como testimonio y aporte a quienes hoy continúan la misión de recuperar los valores del Concilio, sobre todo hoy, cuando el Papa Francisco pone un mayor acento en ello.
El académico del Departamento de Ciencias Sociales, Dr. Cristián Leal Pino, comentó que el realizar biografías supone algunos riesgos para el autor, como el quedar atrapado por el biografiado, situación que Roberto Urbina logra salvar adecuadamente.
“Roberto Urbina ha leído todo lo que él (Juan Luis Ysern) ha escrito; conoce los archivos y desde esa perspectiva no confunde los planos. Las fuentes que aquí se consignan son fuentes bastante variadas y hay algo que es irrefutable, los reconocimientos, premios y también distinciones a nivel nacional e internacional, desde el Presidente de la República, pasando por las comunidades más sencillas de Chiloé. Estos reconocimientos comenzaron el año 1995, luego de 36 años de labor pastoral”, destacó Leal Pino.
El Dr. Leal recordó que en noviembre de 2016, monseñor Ysern participó en un seminario convocado por académicos del Departamento de Ciencias Sociales, donde se abordó el Concilio Vaticano II y las formas en que diversos actores del clero local abordaron aquel desafío. “En el mes de noviembre realizamos un seminario en que vino Juan Luis y dijo lo siguiente: “Mi paso por Chillán fue muy significativo, muchas veces lo he comparado al camino de San Pablo a Damasco, en el camino se le apareció el Señor y cambió totalmente. Entonces, para mí, Chillán fue el camino de Damasco”, rememoró Leal.
El Dr. Cristián Leal también destacó la capacidad de monseñor Ysern para entender lo propuesto por el Concilio Vaticano II pese a haberse formado en épocas preconciliares.
Asimismo, el Dr. Leal destacó algunas descripciones de Juan Luis Ysern presentadas en el propio libro. “Su coherencia y perseverancia han sido las principales herramientas para poner en marcha procesos de cambio cultural en la Iglesia y desde ella en la sociedad donde llega a ser levadura. Una labor pastoral tan extensa, variada y compleja como la realizada por Juan Luis en su servicio episcopal y sacerdotal, es modelo para nosotros, sacerdotes y obispos, que buscamos ser fieles a lo que el señor Jesús espera de nosotros”, reseñó.
El presbítero y ex vicario general de la Diócesis de Chillán, Raúl Manríquez Ibáñez, destacó las palabras de monseñor Alejandro Goic, quien resalta la coherencia y perseverancia del sacerdote Juan Luis Ysern. “Yo querría destacar sobre todo, la profundidad en sus investigaciones, en su estudio, su reflexión, y el compromiso serio de que todo aquello que iba descubriendo como una riqueza de la fe cristiana, tenía un compromiso serio de llevarlo a la práctica. Sabía descubrir con claridad todo aquello que venía con la renovación conciliar y tenía naturalmente la inteligencia, la claridad para ir llevando a la práctica las consecuencias que tenía esa renovación conciliar”, expresó.