En proceso de obtención de la patente del compuesto que permite potabilizar el agua de ríos o lagunas, se encuentra el CEO y director ejecutivo de la empresa penquista Clean Water, exalumno UBB Alejandro Torres Saavedra. “Es una solución de potabilización del agua que puede ser de gran ayuda para la comunidad ante situaciones de catástrofe e incluso para las zonas rurales que no cuentan con el servicio de agua potable”, aseveró durante un encuentro con estudiantes de la sede Chillán.
La actividad demostrativa fue organizada por la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, el Proyecto INES de Fortalecimiento Integral del Modelo de Investigación, Desarrollo y Transferencia Tecnológica Universidad del Bío-Bío, del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, y por Booster UBB, Red Estudiantil de Vinculación Empresarial, Emprendimiento e Innovación. Asimismo, consideró la participación del jefe de la División de Infraestructura y Transporte del Gobierno Regional de Ñuble, Cristian Quiroz Reyes, con el fin de evaluar la efectividad del sistema propuesto para la implementación en zonas de catástrofe y emergencias.
El ingeniero Alejandro Torres explicó que la propuesta ha generado el interés de diversas empresas en Chile y el exterior, y también de organismos públicos que ven un gran potencial en el uso del reactivo.
“Esto surgió a partir de la experiencia que tuvimos con el terremoto de 2010, cuando nos quedamos sin agua potable por varios días. Me parecía insólito que, en una zona con tanta agua dulce disponible, porque tenemos el río Biobío y las lagunas en Concepción, nos quedáramos sin acceso a ese recurso que es tan vital. Eso me llevó a reflexionar mucho y a comenzar a experimentar con distintos componentes, un proceso permanente, sistemático, y así fue como recién el año 2019, después de casi 10 años, llegué a una formulación que permite potabilizar entre 15 y 20 litros de agua que podemos sacar de una laguna, de un canal o de un río”, ilustró.
Durante una actividad de demostración, y con la participación de estudiantes del Campus Fernando May, el ingeniero Alejandro Torres sacó agua del estero Las Toscas que colinda con el campus y demostró la efectividad del componente.
“Puedes sacar agua de un río, una laguna o un estero, unos 20 litros, en un balde o una bolsa; aplicas el sachet de 1,5 gramos completo y lo mezclas revolviendo durante 5 minutos. Luego dejas reposar por otros 25 minutos y al cabo de media hora ya puedes beber el agua tranquilamente”, aseveró.
Efectivamente, el agua de tono oscuro inicialmente, paulatinamente comenzó a transparentarse y a decantar el material en suspensión. Pasados 30 minutos, Alejandro Torres filtró el agua de ramas y hojas, y bebió un vaso del líquido.
Según explicó Torres Saavedra, una vez que se aplica el reactivo, el agua logra cumplir con la norma chilena 409 que establece los requisitos físicos, químicos, radiactivos y bacteriológicos que debe cumplir el agua potable. “La norma chilena es una de las más exigentes del mundo, de manera que, si el reactivo permite cumplir con ese estándar, es prácticamente útil en todo el mundo, y eso lo diferencia completamente de otras propuestas que puede haber en el mercado”, manifestó.
El exalumno UBB señaló que esta innovación puede resultar de gran utilidad ante situaciones de catástrofe, cuando se ven interrumpidos los servicios de agua potable, como puede suceder durante un terremoto. Asimismo, Torres comentó que han diseñado una planta portátil que permitiría abastecer a comunidades de entre 50 y 2000 personas.
“Creemos que también es una muy buena opción para dotar de agua potable a zonas rurales mediante el tipo de planta que proponemos, que además funciona con energía solar. No podemos seguir permitiendo que la gente que nos alimenta, las personas que producen en las zonas agrícolas, se alimentan con agua de mala calidad, y además a un precio mucho mayor que en las zonas urbanas”, aseveró.
La innovación como actitud
El exalumno Alejandro Torres señaló que desde su formación de pregrado siempre manifestó el interés por crear o idear soluciones ante distintas necesidades.
“La innovación es una actitud de vida. Siempre me ha motivado intentar hacer cosas, generar ideas o soluciones en beneficio de la comunidad. Hay muchas cosas por hacer todavía. En Chile estamos recién comenzando, y el cambio climático es una oportunidad que nos obliga a desarrollar nuevos sistemas y respuestas”, comentó.
Anteriormente, Alejandro Torres también ha trabajado en el desarrollo de un compuesto que se aplica a los caminos de tierra y evita el levantamiento de polvo, así como en un producto antiolores, que se emplea en las plantas de aguas servidas para evitar este inconveniente a las comunidades aledañas.
“Las y los jóvenes también tienen la responsabilidad de innovar, de idear, de atreverse. Es un deber nuestro el despertar cada día e intentar hacer algo por mejorar las cosas. Por algo estamos aquí, nacimos para desarrollarnos y para crear”, reflexionó.