La Dra. Gipsy Tabilo Munizaga, galardonada el 2013 con el Premio Pascual Binimellis de Ciencia y Tecnología de la región del Biobío, destacó las fortalezas de la Universidad en esta materia, y apostó por una mayor vinculación con empresas regionales y nacionales.
La Dra. Gipsy Tabilo Munizaga, académica e investigadora del Departamento de Ingeniería en Alimentos, fue distinguida el 2013 con el Premio Pascual Binimellis de Ciencia y Tecnología que se otorga en el marco de los Premios Regionales de Arte y Cultura del Biobío. De alguna manera, dicho galardón a esta Tecnóloga de Alimentos de la Universidad de Chile, Ingeniero en Alimentos y MSC de la Universidad de La Serena; Ph.D. Engineering Science de Washington State University, USA, viene a ser un reconocimiento a 21 años de labor académica e investigativa donde también resalta el aporte del grupo de trabajo que lidera en el Departamento de Ingeniería en Alimentos.
“Es interesante el otorgamiento del premio que recibí, y más aún porque se dio en el contexto de los Premios Regionales de Arte y Cultura de la Región del Biobío. En un primer momento, uno podría no asociar directamente el arte y la cultura con la ciencia, pero la verdad es que van de la mano, pues sin ciencia ni tecnología, no podría haber arte, pintura, fotografía o construcción, por mencionar sólo algunos ejemplos. Entonces no es aventurado conectar estos conceptos”, asegura.
La Dra. Tabilo estima que el otorgamiento del premio, bien podría ayudar a visibilizar mayormente el aporte que la Universidad del Bío-Bío puede realizar a la industria alimentaria regional y del país. “Es importante que los empresarios de la región sepan que aquí existe la infraestructura y el capital humano adecuado para poder satisfacer las necesidades de innovación. La mayoría de las empresas con las que he conversado, particularmente del área pesquera en Concepción, desconocen el área de alimentos de la UBB en Chillán, o bien no saben que existe la carrera de Ingeniería en Alimentos; entonces, la búsqueda de especialistas la realizan fuera de la región y del país, que es algo normal en Chile”, aseveró.
En concordancia con lo anterior comentó que la alianza estratégica con el Centro Internacional de Excelencia en Alimentos Wageningen UR, entidad holandesa líder a nivel mundial en ciencias de la alimentación, podría potenciar la interacción de la UBB con las empresas. “La UBB es la única universidad regional que integra el Centro Internacional, y en ese contexto quizás debemos afinar estrategias de conocimiento mutuo con las empresas para que ellas sepan de nuestras capacidades, y nosotros podamos saber qué están requiriendo con urgencia, y así orientar nuestros esfuerzos hacia aquellas áreas”, explicó.
Por estos días, la académica se encuentra abocada a la investigación básica y aplicada en el área de Ingeniería de Alimentos, orientada a la preservación de alimentos por métodos no térmicos. Dichos esfuerzos se han traducido en la adjudicación de diversos proyectos para el desarrollo de investigación. “Esto es resultado de un trabajo de larga data. El primer proyecto Fondef que nos adjudicamos finalizó el año 2008, y abordó la implementación de una tecnología no emergente, las altas presiones hidrostáticas en Chile, para el uso en diferentes áreas de la agroindustria chilena, lo que implicó trabajar con empresas desde la cuarta a la décimo segunda región”. Según describe, a raíz de ese proyecto se generaron otros en distintas áreas; uno de ellos es el proyecto Fondef N°D10i1170 sobre “Aplicación de altas presiones hidrostáticas para la estabilización microbiológica y proteica en vinos blancos, como alternativa para reducir el uso de sulfuroso y bentonita en la industria del vino”.
Asociado a la misma tecnología anterior, se desarrolla el proyecto INNOVA-CORFO 11 CEII-9568 sobre “Desarrollo de productos de alto valor para exportación, basados e paltas y recursos marinos que mediante tecnología innovadoras den una ventaja competitiva a Chile”. Dicho proyecto se da en el marco del Centro Internacional de Excelencia en Alimentos Wageningen UR.
Asimismo, el proyecto INNOVA 08-PCS1-474, aborda el “Desarrollo e innovación de productos funcionales cárnicos frescos elaborados a partir de ovinos de la Región del Bío-Bío”.
La Dra. Gipsy Tabilo asegura que como parte del desarrollo de la investigación, también se contribuye a la enseñanza continua a través de los programas de postgrado de Magíster en Ciencias e Ingeniería en Alimentos, y del Doctorado en Ingeniería de Alimentos. “Nuestro programa de Magíster ya ha sido acreditado en cuatro ocasiones desde el año 2005. En tanto, nuestro Doctorado, que tiene su génesis en un proyecto MECESUP, se encuentra en su fase inicial y ya está en proceso de acreditación. Por lo tanto, la investigación complementa el desarrollo de la formación de capital humano avanzado a nivel de postgrado”, explicó.
Ciertamente, el área de los alimentos no tiene techo, menos ante los actuales escenarios que los demandan en mayor cantidad y con mejores propiedades. Por ello, la Dra. Tabilo asegura que Chile se encuentra frente a una oportunidad interesante para desarrollar su economía y agregar valor a sus productos.
“La necesidad de innovar y mantener los alimentos por más tiempo disponibles para la población mundial seguirá creciendo. La alimentación es un área indispensable para el ser humano, pues siempre tendrá esta necesidad, y si la demanda aumenta, los alimentos también aumentarán en requerimientos. Si Chile decide dejar de ser un exportador neto de materias primas y se reconvierte, deberá obligatoriamente apostar por la innovación en procesos productivos para elaborar productos con valor agregado. En esa línea, las empresas chilenas han ido tomando conciencia, y es así como ya hay algunas que están innovando en la industria de alimentos. Más aún ahora, cuando se discute el proyecto de Ley que transforma al Ministerio de Agricultura en el nuevo Ministerio de Agricultura, Alimentos, Pesca y Recursos Forestales. Con ello se incorpora el concepto de alimentos como una prioridad del Estado”, ejemplifica.
Si bien, la distancia de Chile de los grandes centros de consumo mundial pudiera parecer una desventaja, también es un desafío para los investigadores nacionales, que deberán buscar alternativas para procesar esos alimentos de manera que éstos mantengan características lo más similares al producto fresco. “Hay muchas cosas que podemos hacer, de hecho, con el centro Wageningen estamos pensando en otros proyectos para aprovechar los remanentes y desechos de las empresas para uso energético, entre otras ideas. Hay que innovar, porque aún cuando se exporten productos primarios y sea rentable, se llega a un límite. Por ejemplo, la industria pesquera ya está innovando porque las cuotas de captura son menores y no tienen la misma disponibilidad del recurso como para producir solamente harina de pescado, así es que el negocio debe orientarse a buscar alternativas porque en el futuro podría no ser viable”, advierte la Dra. Gipsy Tabilo.