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Publicado el 08 de septiembre del 2014

Investigador UBB advierte representación negativa de la relación Familia-Escuela en futuros profesores

Por Cristian Villa Rodríguez
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Dr. Héctor Cárcamo Vásquez.

El Dr. en Antropología Social, Héctor Cárcamo Vásquez, compartió resultados de investigación realizada en universidades públicas y privadas de Madrid, en sendos congresos convocados por la Asociación Mediterránea de Sociología de la Educación a través de la Universidad de Valladolid, y por  la Asociación Española de Sociología de la Educación, patrocinado por la Universidad del País Vasco en Segovia. Investigación incipiente en la comuna de Chillán, evidencia que los estudiantes de pedagogía perciben una falta de compromiso de las familias con el proceso educativo y con la escuela, aún cuando no han comenzado a ejercer la profesión.   

Los congresos convocados por la Asociación Mediterránea de Sociología de la Educación en la Universidad de Valladolid, y el de la Asociación Española de Sociología de la Educación, patrocinado por la Universidad del País Vasco en Segovia, brindaron el marco en que el director del Departamento de Ciencias Sociales de la UBB, y Dr. en Antropología Social, Héctor Cárcamo Vásquez, expuso los principales resultados de su investigación realizada en universidades públicas y privadas de Madrid, donde abordó aspectos de ciudadanía en la Formación Inicial Docente, específicamente, en lo referido a la configuración de imágenes que los futuros profesores tiene acerca de la relación Familia-Escuela.

Y los resultados asoman inquietantes, más aún cuando los futuros profesores españoles perciben a la familia como un eventual ‘enemigo’, más que como un socio colaborador en el proceso de enseñanza-aprendizaje de niños y niñas.

Si bien, dichos resultados dan cuenta de la realidad madrileña, la participación en dichos congresos le permitió confirmar que en otras comunidades españolas el diagnóstico es similar.

Y más cercano a la realidad nacional, el desarrollo de su proyecto de investigación denominado “La Relación Familia-Escuela como espacio de construcción de ciudadanía en espacios educativos formales” (DIUBB 142424 2/RS), que lleva adelante en la comuna de Chillán, también refleja algunas visiones coincidentes con lo observado en España.

El académico comentó que desde el año 2006 viene trabajando una temática común en torno a la ciudadanía, la formación del profesorado y la relación familia-escuela. “En ambos congresos los resultados de investigación que presenté fueron bastante bien recibidos. Dichos resultados tienen que ver con la investigación en torno a las relaciones que se establecen entre la familia y la escuela, pero como un espacio de construcción de ciudadanía. Y lo interesante es que al encontrarme con grupos de investigación que están trabajando en La Rioja, Valencia, Cataluña, había elementos muy comunes entre mi investigación y lo que ellos han encontrado. Desde esa perspectiva se generaron algunas alianzas estratégicas para poder continuar con el trabajo”, graficó el Dr. Cárcamo Vásquez.

-¿Qué aspectos fundamentales destaca entre sus aportes?

– “Uno de los aspectos fundamentales es que la familia es vista por los profesores en formación como un ‘enemigo’, y eso es bastante delicado, si uno piensa en que las relaciones que se establecen en el espacio escolar están mediadas por la relación entre el profesorado y la familia, quedando los niños en el centro. Es una cuestión que debemos ir resolviendo, porque si estamos viendo que esta situación está ocurriendo en diferentes comunidades autónomas en el contexto de España, y si vemos que en el contexto nacional están ocurriendo cuestiones similares en torno a la representación que los profesores en formación tienen de la familia, cualquier esfuerzo que hagamos en la escuela, en sí misma, no tiene mucho sentido. Hay que procurar desde la formación inicial del profesorado incorporar la temática de la relación Familia-Escuela, porque está ausente”.

-¿Ocurre algo similar en nuestro país?

-“Durante el año 2014 he estado desarrollando una investigación en torno a lo mismo, en el contexto de Chillán, que se denomina ‘La Relación Familia-Escuela como espacio de construcción de ciudadanía en espacios educativos formales’, y como datos preliminares, estamos encontrando que los futuros profesores no ven a la familia tan claramente como enemiga, pero sí como una familia descomprometida, y que deja a los niños en el espacio escolar como un espacio para aparcar, como una suerte de guardería. Por lo tanto, pareciera ser que la imagen que tienen estos futuros profesores también se vincula con lo que encontramos en España. Existe una representación disociada a priori de la relación familia-escuela. Lo que hace suponer que hay una especie de discurso institucional en torno al quehacer educativo, que va generando un distanciamiento entre el profesorado y la familia, a pesar de que la literatura especializada resalta la importancia que haya una relación estrecha. Hay una disociación familia-escuela; una representación familia-escuela, que está quebrada, incluso antes de haber actuado en el espacio escolar. Y eso es lo interesante, porque son profesores en formación, han ido al espacio escolar en sus prácticas, pero ya en su proceso de formación hay una prenoción de la familia como poco comprometida”.

-En el caso de la investigación que desarrolla en Chillán, ¿por qué es tan importante reconocer las representaciones que tienen los futuros profesores, en torno a la familia y la relación Familia-Escuela?

-“Porque cuando uno reconoce esas representaciones puede proyectar posibles marcos de actuación. Cuando uno tiene una imagen, una representación en torno a algo, en este caso la familia, eso va a modelar la forma en que yo me relacione con esas familias. Por ejemplo, si yo represento a la familia como un actor sin compromiso, que usa la escuela como guardería, y que sólo se va a quejar con el profesor, probablemente yo como profesor, me relacione sobre la base de la desconfianza con esa familia, y eso es lo que estoy evidenciando ahora. Y es un punto de tremenda preocupación, no solamente como investigador, sino también como padre.

Hay un entramado, una red de significados que hay que develar, para ver cómo actuamos y revertimos ciertas situaciones que creo, más que atenuar, engrandecen los conflictos”.

-¿Cómo se revierte esto? ¿Qué estrategias se pueden seguir?

-“Es lo que estamos tratando de responder con los grupos de investigación con los que estoy trabajando. Poder generar una base de conocimiento en estudio comparado, de tal modo que esto pueda sentar las bases para algún protocolo de actuación, alguna modificación en la formación inicial del profesorado, estamos tratando de hacer eso.

-¿Hay diferencias de percepción de los estudiantes respecto de familias por estratificación socio-económica?

-“Lo que estoy viendo es que la imagen que tienen estos futuros profesores respecto de la familia no hace una gran distinción entre nivel socioeconómico. Lo que pasa es que la familia se ‘descompromete’ por razones distintas. Cuando yo hablo de familia carenciada tiendo a pensar que no consideran mucho la educación; en cambio, cuando hablo de familias con mayor poder económico, estoy diciendo ‘estas familias no se comprometen porque pueden cubrir ellos mismos todas las necesidades. Entonces, la familia está descomprometida, independiente de si es de estrato socioeconómico bajo o alto, lo que es muy interesante porque están haciendo una representación muy general de la familia”.

-¿Qué metodología ha empleado en sus investigaciones?

-“Recientemente estuve en el Congreso de Metodologías de la Investigación en Ciencias Sociales, convocado por la Red Latinoamericana de Investigación en Ciencias Sociales patrocinado por la Universidad Nacional de Costa Rica. Ahí expuse sobre la necesidad de pensar la investigación más allá de las diferencias cuantitativas y cualitativas. Es decir, cómo hay una forma de investigar que permite integrar las metodologías. Las investigaciones que he desarrollado desde el año 2009 a la fecha, las he realizado sobre la base del enfoque Etnográfico, que es un enfoque pluralista y que me ha permitido acceder a esta trama cultural entre Familia-Escuela. Cuando uno, como investigador, procura acceder a problemas de investigación como éste, necesita hacerlo desde diferentes perspectivas. No puedo decir que esto es cuantitativo o cualitativo, pues debo procurar acceder a esa realidad de manera muy integral, y el enfoque Etnográfico es una muy buena vía. Enfoque Etnográfico que desde la formación inicial del profesorado en España y en Chile, que son las realidades que he conocido, no se lleva a cabo. Las asignaturas de investigación que estoy viendo y en las cuales he participado, no abordan esta forma de investigar. A pesar de que es una muy buena estrategia de investigación para el propio profesorado, para revisar su propia práctica en torno a la relación, por ejemplo, entre la Familia y la Escuela. Ahí hay un tema que no está siendo abordado, hay un desafío y camino por recorrer”.

-¿Existe interés por adoptar el enfoque Etnográfico?

-“Durante mi estadía en Costa Rica establecí contacto con profesores de Colombia y México a quienes les interesó mucho lo que estoy llevando a cabo, y es así como quieren replicar algunos instrumentos. La idea es que podamos ver si efectivamente, lo que yo vi en España y estoy viendo en Chile, tiene eco en sus propios contextos, particularmente en Veracruz, México, y Bogotá, Colombia.

Cristian Villa Rodríguez

Cristian Villa Rodríguez, Periodista. cvilla@ubiobio.cl 042-2463015

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