Entregar una herramienta complementaria a la formación académica, como una forma de contribuir a optimizar los recursos económicos en la vida diaria, a través de la generación de nuevos ingresos o del ahorro de los mismos, es uno de los principales objetivos de la iniciativa impulsada por el Departamento de Bienestar Estudiantil de la sede Chillán. El curso de electricidad básica se desarrolló en dependencias del Liceo Industrial de Chillán.
Así lo manifestó la trabajadora social de dicho departamento, Mila Toledo, quien destacó la positiva recepción de los estudiantes. “El Departamento de Bienestar Estudiantil ha visualizado la necesidad de entregar a los estudiantes, una herramienta complementaria a su formación académica, consistente en conocimientos básicos de electricidad, como una forma de contribuir a optimizar sus recursos económicos en la vida diaria, ya sea a través de la generación de nuevos ingresos, o del ahorro de los mismos, al ser autosuficientes ante requerimientos de servicios eléctricos básicos. En esta misma línea, al tener conocimientos técnicos acerca de instalaciones eléctricas que cumplan los estándares necesarios, se pretende también prevenir la ocurrencia de situaciones lamentables de siniestralidad de inmuebles o accidentes caseros que tengan como origen instalaciones eléctricas deficientes”, aseveró la profesional.
El estudiante de Pedagogía en Educación General Básica, Guillermo Vera asegura que desde que aprendió a trabajar en construcción se interesó por la electricidad, y que incluso, desde niño sentía curiosidad por el tema de los conductores, y es así como se animaba a armar y desarmar artefactos eléctricos. “En general el propósito de mi interés fue aprender de electricidad doméstica ya que por diferentes situaciones de la vida nos vemos obligados a pagar por estos servicios y no está demás obtener un conocimiento sobre electricidad, aunque considero que lo aprendido fue más enriquecedor”, aseguró.
Guillermo Vera también valora la preocupación de la Universidad por brindar oportunidades como el curso, lo que considera un aporte significativo y valioso. “Se reconoce la preocupación de la señora Mila Toledo y del profesor que impartió el curso por su dedicación hacia nosotros. En agradecimiento me dediqué a buscar una frase, la cual me hizo reflejar la nueva oportunidad que tuve, y dice: ‘Invertir en conocimientos produce siempre los mejores beneficios’ por Benjamin Franklin (1706-1790). Tal vez invertimos nuestro tiempo y descanso de los fines de semana, pero valió cada minuto”, manifestó el estudiante.
Claudia Arriagada, en tanto, alumna de Ingeniería en Alimentos, precisó que no dudó un instante en tomar el curso básico con el propósito de poner en práctica dichos conocimientos en su hogar, pensando siempre en optimizar los recursos económicos de su familia, además de prevenir accidentes y situaciones de siniestralidad por instalaciones eléctricas deficientes. “Si bien mi carrera no se relaciona en absoluto con este taller, pienso que es muy valorable que la Universidad dé la oportunidad de adquirir conocimientos diferentes a la carrera, así se va formando un profesional integral. Por lo tanto, creo que este taller fue de mucha ayuda para el presupuesto familiar. Cabe mencionar que el profesor que dictó el taller siempre estuvo dispuesto a responder nuestras inquietudes y demostró su sabiduría en el tema, ofreciendo su orientación incluso después de concluido el taller”, reseñó Claudia.
El estudiante de Pedagogía en Educación Matemática, Rubén Quezada comentó, por su parte, que su interés por acceder al curso obedeció al afán de adquirir un nuevo conocimiento y de paso lograr una mejor calidad de vida. Si además eso implicaba un beneficio económico, mejor aún, aunque eso no era lo principal, al menos en su caso. “Fue una experiencia muy enriquecedora y absolutamente digna de ser replicada. Por lo mismo, agradezco a quienes desarrollaron este proyecto, que según entiendo, es pionero en su tipo. Creo que la Universidad debería comprometerse en desarrollar estas instancias que permitan a sus estudiantes adquirir otros conocimientos y destrezas que vayan más allá de los contenidos en las mallas curriculares. El aprendizaje de otras habilidades, como la mecánica, armado de computadores, gasfitería, o el mismo curso de electricidad dictado, enriquecen y dan un valor agregado al paso por la Universidad. Junto con ello, creo que se hace verdad eso de que ‘un oficio, por muy pequeño que sea, puede ser un verdadero tesoro en el devenir de los tiempos’. Ojalá en el futuro se multipliquen estos cursos”, valoró.