Proyecto de Extensión liderado por la académica del Departamento de Ciencias de la Rehabilitación en Salud, Yuri Vega Rodríguez, permitió realizar tareas de promoción y prevención en comunidades rurales y urbanas de la provincia, que no siempre tienen las facilidades para acceder a este tipo de prestaciones. Estudiantes de tercero, cuarto, y quinto año de la carrera de Fonoaudiología desempeñaron un rol clave.
Brindar un servicio de calidad a población vulnerable que presenta o podría presentar dificultades de comunicación, afectando por ello su adecuada inclusión en el ámbito educativo, laboral y su propia calidad de vida, fue uno de los principales objetivos de una serie de acciones desplegadas por estudiantes de la Escuela de Fonoaudiología en el contexto del proyecto de extensión de la Dirección de Extensión de la Vicerrectoría Académica, denominado “Bienestar Comunicativo para Nuestra Provincia, una Mirada desde la Promoción y la Prevención Fonoaudiológica”, liderado por la académica Yuri Vega Rodríguez.
“Las distintas intervenciones permitieron, igualmente, que nuestros estudiantes generaran competencias procedimentales, y actitudinales de manera que tengan estas habilidades cuando se enfrenten al internado profesional. Estimamos que es importante que no sólo den a conocer la labor fonoaudiológica sino que también adquieran compromiso social, un elemento que nuestra Universidad promueve activamente”, explicó la académica Vega Rodríguez.
-¿Qué motiva la realización de estas actividades y jornadas de acercamiento a la comunidad?
-“La labor fonoaudiológica está asociada al trabajo con población infantil, ya que es en las escuelas especiales de lenguaje y proyectos de integración, donde por normativa se exige contar con este profesional. En dicho ámbito se presta el servicio sólo a niños que presentan el diagnóstico de Trastorno Especifico del Lenguaje (TEL), por lo que muchos otros diagnósticos de lenguaje y de motricidad oral en la población infantil queden segregados. Eso trae como consecuencia que esos niños y adolescentes no sean intervenidos a tiempo, lo que les genera dificultades de aprendizaje y por ende problemas en su adecuada inclusión dentro de los diferentes contextos en los que se desenvuelve.
Por otro lado encontramos a población adulta que teniendo secuelas de Accidente Cerebro Vascular, Traumatismo Encéfalo Craneal, Laringectomía o el propio deterioro cognitivo al que se enfrentan por el paso de los años, no son atendidos por profesionales fonoaudiólogos ya que no todos los Centros de Salud Familiar (CESFAM), cuentan con el profesional para dichas actividades, y la situación empeora si se observa la población rural, que por el hecho de no tener acceso a estos servicios se encuentran en vulnerabilidad.
Es precisamente por lo anterior que la Escuela de Fonoaudiología se hizo presente por medio de visitas en terreno a estas poblaciones con el imperativo de ofrecer un buen servicio de promoción y prevención a la población vulnerable.
En esta labor resultó fundamental el trabajo de los estudiantes de tercer año a través de las asignaturas de Desarrollo de la Comunicación y Fundamentos de Evaluación; de cuarto año en el marco de las asignaturas de Psicomotricidad, Trastornos del Lenguaje infantil, Trastornos del Lenguaje Adulto, Intervención en Lenguaje e Intervención en habla y deglución; y de quinto año con estudiantes de internado profesional”.
-¿Cómo estructuraron las acciones en lo operativo?
-“Realizamos una serie de nueve jornadas y logramos atender a casi 400 usuarios entre niños, adultos y adultos mayores. De este modo, logramos vincular a diversas poblaciones vulnerables y sin acceso a servicios fonoaudiológicos, por medio de evaluaciones, entrega de trípticos y talleres de estimulación. La entrega de estas prestaciones fue muy valorada por la comunidad y por los propios estudiantes quienes adquirieron aprendizajes y experiencias muy relevantes y necesarias para su formación profesional y personal”.
De este modo, el proyecto de Extensión desarrolló dos jornadas junto a Fundación Integra en el jardín infantil “Las Mariposas”, donde se evaluó a 100 niños y niñas. La tercera jornada benefició a 25 adultos mayores del Club “Revivir” quienes accedieron a una evaluación. Idéntica prestación recibieron 25 adultos mayores del Club “Los Buenos Vecinos” durante la cuarta jornada. La quinta jornada de evaluación vinculó a los estudiantes y académicos con 40 niños y adolescentes de la Corporación Llequén, en tanto que la sexta jornada permitió que 120 adultos mayores contactados a través de la Dirección de Desarrollo Comunitario de la Municipalidad de Cobquecura, fueran igualmente evaluados.
La séptima jornada consistió en un taller de estimulación dirigido a 19 adultos mayores del Club “Los Buenos Vecinos”, quienes ya habían sido evaluados. La octava jornada se orientó como un taller de Manejo Vocal para 5 integrantes del Taller de Teatro TEUBB. Finalmente, la novena jornada se desarrolló con los grupos de estimulación cognitiva del Centro de Actividades Prácticas de la UBB contemplando a 60 adultos mayores.
“El lenguaje y la comunicación humana, son facultades que permiten a los individuos involucrarse dentro de una sociedad. El presentar alguna dificultad de esta índole hace que las personas no logren alcanzar una participación efectiva dentro de los diferentes contextos en los que se desenvuelve. El que la Universidad del Bío-Bío, y en su nombre la Escuela de Fonoaudiología, aporten a la comunidad a mejorar la calidad de vida comunicativa, hace que nuestra Universidad sea un actor primordial en el crecimiento, desarrollo e inclusión social de la población de la Provincia de Ñuble”, valoró la académica Yuri Vega Rodríguez.