La Dirección General de Relaciones Institucionales realizó la tradicional cena de encuentro con exalumnos en la sede Chillán, oportunidad en que los profesionales pudieron recordar su época estudiantil, además de destacar las virtudes de la casa de estudios, así como aquellos ámbitos donde es posible crecer y mejorar.
Los salones del Gran Hotel Isabel Riquelme de Chillán cobijaron la cena de homenaje a exalumnos destacados de la Universidad en la sede ñublensina, como una de las actividades propias del aniversario número 68 de la institución.
La actividad fue presidida por la prorrectora de la Universidad del Bío-Bío, Gloria Gómez Vera, junto a la directora general de Relaciones Institucionales Maureen Trebilcock Kelly.
A la cita concurrieron 16 profesionales de distintas carreras quienes se desempeñan en diversas ciudades del país, de manera que muchos viajaron a Chillán con el solo propósito de responder a la invitación de la casa de estudios, y compartir su experiencia, además de reforzar vínculos con la UBB.
La prorrectora de la UBB, Gloria Gómez Vera, destacó que para la Universidad es imprescindible mantener y fortalecer el vínculo con sus exalumnos, toda vez que sus opiniones, valoraciones y experiencia, permiten mejorar y orientan adecuadamente los esfuerzos institucionales con el propósito de entregar educación de calidad. Igualmente, manifestó, es grato para la Universidad el confirmar el éxito logrado por quienes hasta hace pocos años pasaron por las aulas en búsqueda de conocimiento y formación profesional.
Igualmente, la Prorrectora hizo entrega a los exalumnos del libro Brozalez, publicado por Ediciones UBB, donde se da cuenta de la obra del pintor Guillermo Brozalez, considerado uno de los padres de la pintura geométrica en nuestro país.
En la oportunidad, la directora general de Relaciones Institucionales, Dra. Maureen Trebilcock Kelly, destacó que la UBB tiene entre sus roles contribuir al desarrollo de la región y del país, y que en esa tarea los exalumnos desempeñan un rol fundamental pues es posible acometer distintos desafíos de manera conjunta. “Probablemente muchos de nuestros exalumnos conocieron la Universidad desde sus propias carreras, pero la Universidad tiene un quehacer muy amplio que trasciende a las carreras y tenemos oportunidades de diseñar cursos de especialización, programas de Diplomado, e igualmente pueden perfeccionarse a través de nuestros postgrados. Ciertamente, dada su experiencia en sus ámbitos de desempeño es posible que vean la necesidad de generar un proyecto de innovación y en eso la Universidad también puede contribuir y satisfacer demandas de alta exigencia pues hemos crecido mucho en cuanto a capacidad instalada y capital humano muy especializado”, explicó.
La Dra. Maureen Trebilcock también destacó el sentimiento de genuino orgullo que manifiestan los exalumnos al definirse como egresados de la UBB.
Entre los asistentes se contó Karen Gómez, contador público y auditor e ingeniero comercial, quien actualmente se desempeña como gerente de ventas del Laboratorio Aspen Pharmacare en Chile. La profesional valoró el acompañamiento de la Universidad en el proceso de maduración personal y profesional, así como la entrega de herramientas adecuadas que le han permitido desenvolverse con distinción en el mundo laboral.
“La Universidad del Bío-Bío me brindó muy buenos profesores y apoyos para sacar adelante la carrera, y eso significó que siempre me estuvieron apoyando en términos de práctica profesional, visiones de trabajos posibles, y eso me permitió desempeñarme muy bien en Chillán y luego, evidenciando el desempeño y el compromiso tan propio de los profesionales de la UBB, logré ingresar a la compañía en la que trabajo en Santiago. Estoy muy conforme con lo que me entregó la Universidad, porque te propone que creas en ti, sin importar las creencias políticas, religiosas, o sociales, y te hacen ver que tú eres capaz de muchas cosas”, destacó.
Igualmente, Mafalda Díaz, egresada de la Escuela de Pedagogía en Educación Parvularia, y quien además cursó el Magíster en Educación en la propia UBB, se desempeña hoy como subdirectora técnica regional de la Junta Nacional de Jardines Infantiles, JUNJI.
Mafalda Díaz reconoce que la UBB dejó huellas en su formación y aportó con cimientos claros y fuertes además de conocimientos y saberes que le han permitido proyectarse exitosamente como profesional.
“En la UBB yo tuve profesores ejemplares que han sido para mí un modelo hasta el día de hoy. Valoro asimismo las competencias educativas que la Universidad me entregó pues yo las hice propias y han influido mucho en mi desarrollo. Durante el pregrado puse todo mi esfuerzo, ganas y energía para ser una excelente profesional, porque sabía que en mis manos estaría el futuro de muchas generaciones, por lo que siempre traté de ser una alumna responsable, consecuente y perseverar en la tarea y eso me llevó a ser Premio Universidad del Bío-Bío, de manera que el Magíster en Educación fue un premio que me enorgullece. La Universidad me permitió viajar, desempeñarme en distintas áreas, realicé pasantías, prácticas profesionales, y todo lo que la Universidad me pudo aportar para mi crecimiento, lo agradezco y destaco hasta el día de hoy”, reconoció.
En tanto, Mireya Muñoz, egresada de la Escuela de Enfermería, y actual jefa del sub departamento de Tecnologías de la Información del Servicio de Salud Ñuble, valoró la especial impronta de las enfermeras y enfermeros formados por la Universidad, situación que es reconocida hasta hoy en los distintos establecimientos de salud de la región y del país.
“Las enfermeras de la UBB tienen un sello que las diferencia de otras casas de estudios. Las colegas lo reconocen, las enfermeras de la UBB tienen un sello particular. Una de mis docentes de Enfermería, la señora Gladys Vásquez, fue mi mentora. Ella era una profesional de excelencia y creo que siempre he considerado su ejemplo al momento de proyectar mi carrera, ha sido un referente en términos de responsabilidad, la calidad de la atención que debo dar, cómo me tengo que preparar para el futuro y cómo me preparo para los nuevos desafíos, el ser flexible para asumir los cargos en que me he debido desempeñar, y así es como llegué al área de Informática sin saber mucho en principio”, comentó.
Igualmente, Mireya Muñoz destacó el ambiente de calidez y acogida que vivió en la Escuela de Enfermería durante sus años de estudio, aspecto que destaca aún más pues ella arribó a Chillán desde Concepción. “Las profesoras eran como nuestras madres. Lo cuento como anécdota, pero nos medían el uniforme y los centímetros que debíamos tener sobre la rodilla para ir a práctica. Creo que esa cercanía no se ha perdido en Enfermería, pues es una carrera tradicional y hemos seguido el ejemplo de las primeras fundadoras de la carrera. Creo que la carrera se ha ido renovando, tiene otras miradas, pero compartimos la esencia de Florence Nightingale”, explicó.