Por Cristian Villa R.
Durante el primer semestre de 2015 el Centro de Estudios de la Comunicación Humana (CECH-UBB), brindó evaluaciones e intervenciones fonoaudiológicas a alrededor de 111 pacientes entre niños y adultos de todo Ñuble. Se trata del único centro especializado en la provincia que otorga atención gratuita, periódica y de calidad.
Bastián tiene 6 años, y asiste al Centro de Estudios de la Comunicación Humana de la UBB hace dos. Su diagnóstico fonoaudiológico se denomina Dislalia, entendida ésta como la incapacidad para pronunciar correctamente ciertos fonemas o grupos de fonemas. Ciertamente, dicha dificultad puede afectar su capacidad de comunicación así como el desarrollo de habilidades propias de su edad, pero con un adecuado tratamiento ello puede superarse.
Su padre, Luis, valora la atención recibida en el CECH, toda vez que ha advertido avances importantes durante los años de tratamiento, pese a que todavía quedan tareas por cumplir.
“Para Bastián y para nosotros como familia, ha sido significativamente útil asistir al CECH, porque en un comienzo pagábamos un tratamiento particular pero no tuvimos muchos resultados, en cambio, acá fue más interactivo y hemos visto resultados en corto plazo. A mi hijo aún le cuesta el sonido de la ‘r’, pero seguimos trabajando. La atención es buena, permanente, y los practicantes se la juegan. Ha sido una buena experiencia”, valora.
Así como dicho testimonio, son cientos los casos que atestiguan el invaluable rol social del CECH, que sólo durante el primer semestre de 2015 prodigó evaluaciones e intervenciones fonoaudiológicas a alrededor de 111 pacientes entre niños y adultos de todo Ñuble, según confirmó la profesional fonoaudióloga Carolina López Reyes, quien junto a Marilyn San Martín Cofré, ambas docentes clínicas, coordinan el funcionamiento de dicho centro dependiente de la carrera de Fonoaudiología de la UBB.
Adriana, madre de Francisca de 13 años, también destaca la calidad de la atención recibida y el apoyo que supone para las familias el contar con este tipo de prestación, que considera al niño o niña junto a su familia, abarcando una dimensión integral. “Mi hija cumplió 4 años tratándose en el CECH debido a un retraso psicomotor y a displasia. Llegamos por intermedio de la tía Carolina, cuando hizo su práctica en Coanil. Desde el colegio la derivaron para realizarle una audiometría. El avance ha sido notorio. Me gusta porque se hace un trabajo conjunto con los padres. A Francisca le gusta mucho venir al CECH, y espera con muchas ganas el día miércoles. Esto es algo muy bueno de la Universidad del Bío-Bío, porque hay muchas personas que lo necesitan”, reflexiona.
Experiencia del CECH
Actualmente el CECH es coordinado por las fonoaudiólogas Marilyn San Martín Cofré, encargada de guiar el trabajo de los Internos de práctica profesional, y por Carolina López Reyes, quien recibe a los estudiantes de prepráctica. Ambas, junto a un grupo de 4 internos que rotan cada 8 semanas, son las responsables de materializar los objetivos del Centro.
-¿Qué características presentan los niños y niñas que atienden en el CECH?
-“El niño más pequeño que atendemos tiene 1 año 1 mes de vida, y asiste a terapia dos veces a la semana, y el mayor es adolescente y bordea los 18 años. El diagnóstico más frecuente en los niños de hasta 8 años es el Trastorno Específico del Lenguaje. Nosotros brindamos apoyo extra a los Programas de Intervención Escolar (PIE), así como también a niños que asisten a Escuelas de Lenguaje, o bien a niños que van a escuelas o colegios que no contemplan planes de integración, y que prefieren tratarse con nosotros.
Tenemos muchos casos de niños con Trastornos de Lenguaje asociados a síndromes tales como Down, Déficit Intelectual, Trastornos del Espectro Autista, y también muchas Dislalias conocida como la dificultad de producir un sonido específico.
En la adolescencia los casos más recurrentes son pacientes que consultan por Disfemia, lo que antes se conocía como Tartamudez. Y también algunos adolescentes que tienen parálisis cerebral, y por lo mismo, tienen muchas dificultades de habla y de deglución.
Se repite bastante el diagnóstico de Trastorno Específico del Lenguaje y de Dislalia, pero también hay muchos niños que tienen otras dificultades mayores.
En la práctica se ha dado que algunos niños que se atienden en el Centro Teletón de Concepción, son derivados al CECH porque residen en comunas cercanas a Chillán. Hay muchos casos de niños y adolescentes con parálisis cerebral, hipotonía (baja tonicidad muscular), problemas neurológicos graves, epilepsia, entre otros”.
-¿Y qué ocurre con los pacientes adultos?
-“La mayoría de los adultos que llegan al CECH ya tienen algún diagnóstico neurológico o neurodegenerativo. Lo más común son pacientes con Afasia (pérdida de lenguaje), secuelados de Accidente Cerebro Vascular. Acá se trata de rehabilitar esa pérdida del lenguaje o Afasia, y cualquier otro daño asociado que podamos trabajar. También vemos problemas derivados de otras enfermedades como Párkinson, Alzheimer, Demencia, y ahí se trabaja más bien con funciones cognitivas superiores.
Entre los Trastornos del Habla pesquisados se consideran los diagnósticos de Dislalia, Disfemia o tartamudez, Dispraxia verbal, Disartria, y Deglución atípica. Los Trastornos del Lenguaje adulto consideran la Afasia y el Deterioro cognitivo leve. Entre los Trastornos de la Voz, la mayor frecuencia de atenciones se da en usuarios con disfonías por causa de diversos factores orgánicos y/o fisiológicos. En el caso de los Trastornos de la Deglución, lo más frecuente es la Disfagia y la Deglución atípica.
-¿Cómo abordan el trabajo y las intervenciones?
-“Es necesario precisar que por una parte está el diagnóstico médico y por otra la evaluación y diagnóstico fonoaudiológico. Por ejemplo, el diagnóstico médico sería Accidente Cerebro Vascular, y el diagnóstico del fonoaudiólogo se referiría a una Afasia. Cuando viene algún paciente por iniciativa propia, le solicitamos que primero vaya a un médico para contar con esa evaluación y diagnóstico. En otros casos, cuando ya vienen derivados de algunos centros de salud o directamente por algún médico podemos proceder a realizar la evaluación y diagnóstico fonoaudiológico.
Dependiendo de la condición del usuario se realiza una intervención. Se trabaja a través de planes de corto, mediano o largo plazo, según la persona. Se trata de programas diferentes porque las necesidades varían de una persona a otra, y se busca responder a las necesidades de cada usuario. Generalmente, con adultos los planes son a largo plazo, porque se debe realizar un trabajo frecuente para preservar las condiciones cognitivas que tienen. La idea es que el adulto no pierda esas capacidades.
Nosotros también efectuamos evaluaciones grupales en el Hogar de Cristo. En este caso realizamos talleres de estimulación cognitiva, como una forma de mantener vigentes las funciones cognitivas de esas personas, de manera que no tengan mayor pérdida neurológica, ya sea por la edad, alcoholismo, demencia de algún tipo, o por algún daño neurológico. La idea es mantener sus condiciones y capacidades de atención, memoria, lenguaje, y actividades cognitivas generales.
Muchos de los adultos que atendemos son derivados desde el Centro Comunitario de Rehabilitación emplazado en dependencias del exhospital San Juan de Dios, así como por referencias de otras personas que conocen nuestro trabajo y lo valoran.
¿Qué han advertido durante estos años en el CECH?
-“Se advierte que ha crecido y que es conocido en distintos lugares y ciudades. A veces llegan niños derivados de médicos que no tienen ningún vínculo con la Universidad, pero que han escuchado que el trabajo acá es muy bueno. El CECH en un comienzo tenía unos 10 usuarios en un semestre, y hoy ya se atiende a más de un centenar, y en los meses de octubre a noviembre tenemos lista de espera.
Los usuarios también perciben el compromiso social de los fonoaudiólogos de la UBB. Y el impacto del CECH es notorio, sobre todo en una provincia con alta población rural.
Estamos conscientes que muchos niños y adultos no tienen ninguna otra opción de acceder a atención que no sea acá, donde además se otorgan prestaciones gratuitas, periódicas, de buena calidad y nos esmeramos mucho en ello, porque buscamos resultados inmediatos.
Los adultos también nos entregan mucho. Uno de ellos nos decía ‘gracias a ustedes todavía puedo hablar y caminar, me siento feliz porque me motivan a hacer cosas’. Esas expresiones nos motivan mucho, y además comprobamos a diario lo oportuno y necesario que es el trabajo del CECH de la UBB”.
