En las sedes de Concepción y Chillán se desarrollaron actividades alusivas recalcando el sentido reivindicativo de la efeméride. En Chillán, el acto se realizó en el hall de la Facultad de Educación y Humanidades, en tanto que en el campus penquista la Asociación de Funcionarios No Académicos (Afunabb) realizó un desayuno de confraternidad.
Por Paulina Gatica I. y Cristian Villa R.
Ambas actividades tuvieron como propósito generar un espacio de reflexión y reconocimiento ante los logros alcanzados por la mujer en los ámbitos político, social y económico, junto con hacer patente que aún se constatan injusticias y desigualdades de género.
En Chillán el encuentro fue presidido por el decano de la Facultad de Educación y Humanidades, Marco Aurelio Reyes Coca y consideró la participación de académicas y académicos, funcionarios administrativos e integrantes de la comunidad universitaria.
En el campus Concepción el desayuno fue convocado por la Asociación de Funcionarios No Académicos (Afunabb) en el casino de la Universidad, oportunidad en que se invitó también al director de Recursos Humanos, Orlando Aravena, para que dirigiera algunas palabras a las funcionarias.
“Saludamos a todas las mujeres trabajadoras de esta institución aquí representadas por aquellas que están organizadas en esta asociación gremial, la que ha promovido desde siempre el trabajo decente y en igualdad de deberes y derechos entre hombres y mujeres”, expresó la presidenta de Afunabb Concepción, Olga Ortiz, quien agregó un mensaje más crítico de la situación actual de las mujeres. “Cuánto hemos avanzado, y aunque suene añejo las mujeres debemos aún reclamar nuestros derechos, algunos parecen bastantes obvios, remuneraciones justas, derecho sobre nuestro cuerpo, a no ser acosadas, entre otros”, manifestó.
En la sede Chillán, la académica del Departamento de Ciencias de la Educación, Fancy Castro Rubilar, comentó que en esta oportunidad se quiso plasmar un sentido de denuncia puesto que perviven crueles y dolorosas acciones de violencia contra la mujer. “Nosotras como educadoras, que formamos a futuros educadores y educadoras, creemos que se debe tener conciencia respecto de la importancia de valorar los derechos de todas las personas. Por ello, en el sistema escolar no podemos propiciar o avalar conductas que atenten en contra de las mujeres o de otras personas a las que se pudiera considerar más débiles”, aseveró.
En la misma línea, la académica Rossana Ponce de León relevó que en esta fecha también se destaca la capacidad de resiliencia de la mujer como sujeto histórico y social. “Hemos alcanzado importantes logros, pero resistimos porque nos queda mucho aún. Resistimos al poder patriarcal, neoliberal y racista, y por eso queríamos darle ese sentido a esta conmemoración”.
El decano de la Facultad de Educación y Humanidades, Marco Aurelio Reyes, hizo alusión a los sucesos históricos que dieron origen a la conmemoración de la efeméride, y aunque reconoció que se ha avanzado, coincidió en que subsisten importantes brechas.
“Las mujeres se han empoderado como debe ser, pero existen situaciones críticas, nudos muy grandes en que todavía no logran la equidad de género. En el mundo laboral se confirma que las mujeres ganan menos que los hombres, aún cuando tengan la misma formación y desempeñen el mismo trabajo. En política existe una ley tendiente a la equidad, pero los partidos eligen a mujeres como acompañantes y no como protagonistas. Soy un convencido de que un hombre no es nada sin una mujer. Al lado de un gran hombre hay una gran mujer y eso lo podemos ver en la historia, en la política, en la sociedad, en prácticamente todos los ámbitos”, comentó.
Como parte del acto, la académica del Departamento de Artes y Letras, Maritza Aburto Durán leyó parte de la declaración elaborada por investigadoras y activistas que participan de diversos Grupos de Trabajo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), una red mundial que asocia más de 600 instituciones académicas en 47 países.
“Celebramos el legado histórico de las mujeres trabajadoras, líderes políticas y pensadoras feministas que consagraron esta fecha como hito de presencia, de denuncia y de transformación revolucionaria, que se proyecta en las luchas del presente (…) Resistimos a la violencia y el machismo, entrelazados y aupados por la mercantilización de la vida y el armamentismo, a una escala que se impone por sobre los esfuerzos de construcción de vidas libres de violencia impulsados desde los movimientos feministas y desde políticas públicas que convergen con ese objetivo”, reseñó.
A su vez, la académica del Departamento de Ciencias Sociales, Vivianne Hasse Riquelme, aseveró que las acciones de denuncia de las injusticias y de la violencia ejercida contra la mujer, también deben emprenderse desde la labor académica incorporando enfoques conceptuales en el currículum de formación de los estudiantes.
“Les invito a que revisen el informe del Instituto Nacional de Derechos Humanos donde aparecen algunas recomendaciones. Ahí también se da cuenta de la violencia obstétrica, y se indica, por ejemplo, que las enfermeras -no las nuestras sino la profesión- ejercen violencia obstétrica en contra de las mujeres en nuestro país y en el mundo. Las trabajadores sociales, las educadoras de párvulo, también ejercemos violencia contra la mujer. Entonces, como académicas y académicos ¿qué hacemos en la formación profesional para que ello no ocurra? ¿qué hacemos para que la violencia no quepa como posibilidad para nuestros médicos, para nuestros profesores? Es una tremenda lucha la que debemos dar para que en nuestro currículum se incluyan los Derechos Humanos, el género, la cultural de la paz y la no violencia”, reflexionó.
La académica Vivianne Hasse Riquelme también destacó el rol de la artista Violeta Parra Sandoval, quien no sólo destacaba por la calidad de su canto, sino porque las letras de sus composiciones revisten un profundo contenido y llamaban a la toma de conciencia. “Siento que nuestro trabajo consiste en generar conciencia en nuestros estudiantes, y no formarlos exclusivamente para que sean buenos profesionales, sino que sean personas con sólidos conocimientos teóricos, que aporten a un desarrollo de la Humanidad que mejore la condición de hombres y de mujeres. Que ganemos los mismos sueldos, que tengamos las mismas condiciones de atención en los hospitales, eso es el género, esos son los Derechos Humanos, la vida cotidiana”, concluyó la académica.