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Convocada por el tema Un nuevo trato del Estado para reconstruir la educación pública chilena, nuestra comunidad universitaria inauguró oficialmente el año académico 2017. En la oportunidad, el vicepresidente del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo, Manuel Riesco Larraín, subrayó que el Estado debe asumir su responsabilidad y entregar, bajo la forma de gratuidad, los recursos que requieren sus universidades, de manera que la educación superior no sea un bien que se transa en el mercado y permitiendo que la Contraloría vele por el correcto uso de los fondos públicos.
El inicio oficial del nuevo período académico tuvo lugar el jueves 4 de mayo, en Concepción y Chillán, y contó con la asistencia de docentes, alumnos y funcionarios administrativos, a quienes el expositor llamó a enfrentar la crisis desde la esperanza y no a partir del miedo. Sostuvo que en tiempos como los que vivimos surge lo mejor del ser humano -su capacidad de actuar colectivamente-, pero también aparece lo peor: su tendencia a agredir a los más débiles, por el temor que le producen las turbulencias que remecen el tránsito cotidiano de la sociedad.
Atendiendo a su formación en economía política, Riesco explicó la actual coyuntura con esa perspectiva. Indicó que responde a la última etapa de la urbanización de la sociedad agraria, proceso que hoy, al igual que en las primeras décadas del siglo XX, se superpone a lo que se denomina una crisis secular, que implica que los ciclos característicos del sistema capitalista generan una espiral descendente. Agregó que ambos fenómenos, de nivel global, tienen su correlato en Chile y si las instituciones políticas y económicas son incapaces de absorberlos, pueden dar paso a corrientes como el fascismo o populismos de derecha.
Riesco hizo hincapié en la necesidad de acabar con el autofinanciamiento de las universidades, que las obliga a competir y convierte a la educación en objeto de compra-venta. Afirmó que históricamente, la educación, así como las artes, la ciencia y todo lo que se vincula al desarrollo espiritual del hombre, ha sido asumida por las élites con cargo al excedente, vía impuestos. Los salarios son para el sustento del trabajador y su familia; no para pagar lo que corresponde cargar al excedente, que así se legitima, aseveró. Asimismo añadió que si la educación deja de considerarse una mercancía, no se justifica tampoco la participación de los privados con el argumento de una mayor eficiencia en la gestión.
El conferencista insistió en que los recursos para extender la gratuidad están disponibles y sólo es cuestión de transferir a este fin los fondos actualmente destinados a créditos y becas, de modo de abarcar el mayor número de jóvenes posible. En este sentido, se plegó al llamado de la Confederación de Estudiantes de Chile, Confech, a exigir una condonación de las deudas por créditos con aval del Estado o cesar su pago.
La crisis de la educación superior no es culpa de las comunidades universitarias; por el contrario, ellas han logrado desarrollarse a pesar de las condiciones tan adversas, aseguró. Es tiempo de que el Estado reconozca su responsabilidad, deje de denostar a los demás actores, valore lo que han hecho y entregue los recursos, bajo la forma de gratuidad, para que sus instituciones puedan realizar su labor formativa con la mejor calidad. Tenemos que tener una política educativa muy decidida, sentenció. Cómo superamos este periodo de turbulencias depende, esencialmente, de si predomina la esperanza o el temor. Solo si sucede lo primero avanzaremos, concluyó Manuel Riesco.
Presentación del expositor
Tanto en Concepción como en Chillán, la presentación del expositor estuvo a cargo del vicerrector académico Aldo Ballerini Arroyo, quien se refirió igualmente al sentido de la clase inaugural. Obedece al rol de conciencia crítica que le corresponde a las universidades, dijo, agregando que el tema de este año constituye además un desafío que la UBB debe asumir en su condición de universidad estatal y regional. Somos herederos de quienes impulsaron y consolidaron la educación superior pública en regiones y debemos reflexionar colectivamente para seguir haciendo valer nuestra voz en el debate nacional y anticiparnos a los futuros escenarios, manifestó.
Refiriéndose a la trayectoria y experiencia del invitado, el Vicerrector anotó que Manuel Riesco Larraín es ingeniero civil industrial y magíster en Economía de la Universidad de Chile, con estudios de doctorado en Economía Política en el Instituto de Ciencias Sociales de la Academia de Ciencias de la ex Unión Soviética. Fundador y actual vicepresidente del CENDA, ha sido coordinador externo del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo Social de las Naciones Unidad y consultor del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. En 2006, integró el Consejo Asesor Presidencial para la Calidad de la Educación y ha sido parte en encuentros nacionales e internacionales sobre políticas públicas y sociales, en áreas como educación, recursos naturales, integración latinoamericana y previsión social.
Profesor universitario, autor de diversas publicaciones y miembro de la Junta Directiva de la Universidad de Valparaíso y del directorio de la Fundación para la Superación de la Pobreza, ha participado también de la vida política nacional.
