Proporcionar a las madres y padres de estudiantes de la UBB conocimientos básicos para el aprendizaje y uso de diferentes dispositivos tecnológicos como el computador, tablet o teléfono celular, y las respectivas herramientas de comunicación que ellos ofrecen para el uso de redes sociales, fue el principal objetivo del proyecto impulsado por la Dirección de Desarrollo Estudiantil a través del Departamento de Bienestar Estudiantil de la sede Chillán.
“La actividad estuvo orientada a que los padres y madres obtengan mayor autonomía en lo que respecta al uso de las nuevas modalidades de comunicación originadas por el avance tecnológico y a la vez mejoren la interacción familiar”, explicó la jefa de dicho departamento, Hermila Toledo Varela.
De acuerdo a los protagonistas, la capacitación cumplió con creces sus objetivos. Tal es el caso de Roberto Henríquez Eischmann de la comuna de Pinto, padre de la estudiante de cuarto año de Pedagogía en Educación General Básica, Cecilia Henríquez Figueroa. “Mi hija me inscribió y me dijo que no tenía otra alternativa que venir a la Universidad. Lo más gratificante para mí fue aprender de Internet porque nunca había tenido esa experiencia. Aprendí a contactarme con otras personas tanto por correo electrónico como por Facebook. Ahora ya manejo esos temas”, comentó.
Igualmente, Roberto Henríquez expresó que asistió con real interés a las clases, programadas cada martes y jueves durante cuatro semanas. “Sabía algo de computación pero los años pasan y la tecnología me había superado. Ahora prácticamente me puse al día”, aseveró.
En tanto, María Luz Vega Contreras de Chillán Viejo, madre de la estudiante de cuarto año de Trabajo Social, Valentina Vargas Vega, reconoció que en principio le costó tomar la decisión de ingresar al curso, pero su hija la animó a que diera el paso. “Yo pensaba que era inútil para estas cosas, que mi tiempo había pasado y que ya no podría aprender nada más. La verdad es que me sorprendí bastante porque tomé bastante confianza gracias al modo en que el profesor Jorge Lagos Marín orientó las clases. Nos dio la confianza porque nos dijo que todos comenzábamos de cero”, señaló.
María Luz Vega también asume que dependerá del interés de cada uno el continuar profundizando en el manejo de estas herramientas que está segura le facilitarán algunas de sus tareas diarias. “Cuando éramos escolares había un computador para 15 personas y así era imposible aprender, pero ahora cada uno tenía su propio equipo, estaba el profesor y los ayudantes que respondían consultas y nos incentivaban. Tenían mucha paciencia y eso se agradece”, confesó.
Las clases fueron dirigidas por el profesional del Departamento de Servicios Tecnológicos Jorge Lagos Marín, encargado del laboratorio de computación de la Facultad de Educación y Humanidades, quien fue secundado por Lissette Martínez Villega estudiante de Pedagogía en Educación Matemática y Ricardo Escalona Vásquez, estudiante de Pedagogía en Historia y Geografía.
“En un principio a los apoderados les costaba el manejo del computador porque desconocían los equipos y sus partes en general. Eso les provocaba temor a estropear algo. Pero luego fueron tomando confianza. Estaban muy interesados. Pese a las dificultades ellos pudieron terminar el curso”, aseveraron los jóvenes.
Ricardo Escalona y Lissette Martínez valoraron el que los padres y madres superaran algunos prejuicios como el creer que por el hecho de ser mayores ya no podrían aprender nuevas cosas. “Gracias al trabajo colaborativo lograron perder el miedo y comenzaron a indagar por ellos mismos. Las personas se dieron cuenta que podían seguir aprendiendo y que la edad no es limitante para ello”, explicaron.
El subdirector de Desarrollo Estudiantil, Jorge Sánchez Villarroel, expresó que la iniciativa refleja el espíritu de la Universidad del Bío-Bío, que asume como integrantes de la comunidad universitaria, no solo a quienes conviven diariamente en los espacios institucionales, sino también a las familias de los estudiantes, puesto que ellas forman parte del esfuerzo universitario por formar profesionales y personas integrales.
“John Naisbitt, a través del análisis de las Macrotendencias, expresó visionariamente la tendencia de alta tecnología y alto contacto, en contraposición a lo que algunos pronosticaban en cuanto a que la tecnología separaría paulatinamente a las personas. Aquí tenemos un ejemplo concreto de cómo la tecnología computacional aproxima, congrega, reúne y no necesariamente diferencia”, señaló el académico UBB.