Con el propósito de seguir construyendo lazos con la comunidad de la Villa Las Almendras de Chillán se desarrolló la segunda versión del Carnaval de la Amistad, que organizan conjuntamente el Centro de Intervención e Investigación de la Escuela de Trabajo Social (CIISETS) de la sede Chillán y los propios vecinos y vecinas del sector.
La idea, según explicó la coordinadora académica del CIISETS, Carmen Gloria Jarpa, es profundizar un trabajo comunitario cabal situado en ese territorio.
Durante la jornada se desarrollaron talleres de fútbol, danza árabe, artes marciales y zumba, y se contempló la presentación de un grupo musical y del taller circense “Circunstancia”. Todas las actividades fueron realizadas en forma gratuita, evidenciando un genuino compromiso con la acción social y con la comunidad de personas que integran Villa Las Almendras.
“El Carnaval de la Amistad es una fiesta comunitaria en donde confluye lo mejor de las personas que creemos que es posible dedicar un día sábado a estar con vecinos y vecinas, solo por la perspectiva de la transformación relacional con estas comunidades. Villa Las Almendras ha sido uno de los sectores con los que más hemos trabajado esta perspectiva y en este carnaval confluyen muchas iniciativas y buenas voluntades. Siempre hemos apelado al trabajo voluntario de muchos de los participantes”, comentó la académica Carmen Gloria Jarpa.
Trabajar junto a los vecinos y vecinas de Villa Las Almendras supone un desafío especial pues se trata de una comunidad estigmatizada que usualmente se reconocía como sector de Las Habas y a la que se asociaba la idea de riesgo. Sin embargo, durante los 4 años de trabajo del CIISETS se ha logrado entablar una relación de confianza. “El trabajo social histórico siempre se desarrolló en comunidades que tenían algún tipo de problemática. El trabajo social tiene que trabajar con problemas, entonces para nosotros no es ningún impedimento entender que esa comunidad tiene un contexto y nosotros sabemos y entendemos ese contexto”, valoró la académica UBB.
La académica del Departamento de Ciencias Sociales explicó que desde hace 4 años CIISETS se ha dado a la tarea de desarrollar un modelo de vinculación comunitaria que trabaje desde los recursos, capacidades y saberes populares de la propia comunidad, trascendiendo de la perspectiva filantrópica o asistencialista.
“La comunidad ha generado un lazo con CIISETS y esperamos seguir trabajando con ellos porque si este modelo de inmersión barrial, comunitaria, poblacional, va dando frutos, nosotros podemos ir generando este mismo modelo de desarrollo en otras comunidades. Lo que nos interesa en este caso es que nuestras relaciones se verifiquen más que por un mandato institucional, por un compromiso social. Para nosotros es importante impregnar este sello en el perfil de egreso de nuestros estudiantes”, aseveró la académica Jarpa Arriagada.
“Esencialmente queremos mostrarle a nuestros estudiantes que es posible hacer este tipo de trabajo, más allá de que la institución nos lo mande. En muchos casos la intervención comunitaria que se hace desde otras instituciones obedece a que ellos tienen que hacerlo por una serie de evidencias o metas de gestión. Nosotros queremos hacerlo porque creemos que es necesario que la comunidad vuelva a sentir que se confía en ellos”, reflexionó la coordinadora de CIISETS.
La docente Carmen Gloria Jarpa señaló que a partir de los aprendizajes logrados en Villa Las Almendras se pretende formular un modelo de acompañamiento familiar con base comunitaria. La creación de la nueva Región de Ñuble abre la puerta para generar un proyecto que apoye a las Oficinas de Protección de Derechos de Infancia (OPD) con miras a la formulación de un plan local de la infancia.
“El próximo año 2018 estaríamos en condiciones de formular ese plan que incluiría una capacitación para la formulación del plan, un levantamiento de un diagnóstico de la infancia, y luego la posibilidad de implementar un modelo de acompañamiento en las comunidades para hacer prevención primaria”, acotó.
Carmen Gloria Jarpa precisó que desde esta perspectiva, los trabajadores sociales deben concurrir a las comunidades y hacer conscientes a las familias sobre las redes sociales disponibles para evitar que los niños y niñas lleguen a ser “institucionalizados”. La académica argumenta que la crisis del Sename también se vincula con la pérdida de capacidad de las familias de tratar bien a los niños y lo mismo ocurre con las comunidades, barrios y territorios.
“El hecho que tantos niños terminen en el Servicio Nacional de Menores y que muchos de ellos lamentablemente vivan situaciones de vulneración también en el Servicio, tiene que ver con que tal vez hemos olvidado o renunciado un poco a un trabajo más situado en las comunidades. Esto se tiene que rescatar, tiene que volver a ser posible. Y si hay que hacer talleres con las madres, que se hagan en las condiciones donde ellas viven, en las casas donde ellas viven, en los territorios donde ellas viven”, manifestó.
“Debemos ser capaces de instalar ciertas lógicas que vayan cambiando la idea de que –yo no me puedo hacer cargo, por lo tanto le entrego mi hijo al Estado-; es un tema que tiene que cambiar pero a nivel comunitario, porque en las comunidades están las familias, pero uno tiene que saber cómo son las familias en esas comunidades, porque no son todas iguales. Cuando uno recién logra las confianzas, las comunidades logran contarte sus problemas y ahí se puede generar un proceso de transformación que no tenga el fantasma y el temor de que les vayan a quitar sus niños. Porque también es cierto que muchos de ellos no acuden a las instancias institucionales, por temor a que los puedan intervenir y eso implique quitarles parte de lo que realmente pueden hacer, pero quizás con un acompañamiento más situado en la comunidad”, argumentó Carmen Gloria Jarpa.
La académica Carmen Gloria Jarpa recalcó que CIISETS apela a visibilizar las exclusiones que de alguna manera limitan a las personas en su desarrollo. Según expresó, los habitantes de Villa Las Almendras sufren situaciones similares a las que vivencian las personas de La Pintana, en la Región Metropolitana, quienes se ven obligados a negar su lugar de residencia a la hora de buscar un trabajo, por temor a ser excluidos o mal considerados.
“Nosotros deberíamos mirar a la persona, más que el lugar donde vive, porque si se tratar de eso, nosotros como Universidad vivimos en un sector que es marginal y lo marginal no es sinónimo de delincuencial. Lo marginal simplemente implica que estamos en el borde, pero el borde puede dar tremendas oportunidades de mirar aquello que no ves, en este caso, cómo los vecinos se ayudan entre ellos; cómo cuando un vecino de Villa Las Almendras tiene un problema, ellos hacen una rifa para apoyarlo; cómo cuando una mamá no tiene con quién cuidar a los niños, se hace también una lógica comunitaria. Los niños allí juegan en la calle y son cuidados muchas veces por los adultos y eso hace que se sientan más seguros. Hoy se habla mucho de la inseguridad y esas inseguridades pasan precisamente por no conocer a los vecinos; debemos conocer a nuestros vecinos para saber que si mi niño está en la calle y yo no puedo mirarlo, habrá otra persona que se va a dar cuenta si él está en riesgo”, ilustró.
En este sentido, Carmen Gloria Jarpa hizo hincapié en la necesidad de generar comunidades bien tratantes y relevó que Villa Las Almendras tiene todas las condiciones para hacerlo. “Gran parte de la vida comunitaria se hace en la calle, porque las casas son pequeñas, porque los niños necesitan salir a jugar y en la calle juegan fútbol, se manguerean en verano y esas cosas no las vemos, lo que vemos es que pasar por ahí es peligroso. La gran mayoría de ellos son personas de esfuerzo, trabajadores, muchas mujeres jefas de hogar que cuidan a sus hijos, inclusive a adultos mayores, es gente que tiene ganas de hacer muchas cosas”, aseguró la coordinadora académica de CIISETS.
En el Carnaval de la Amistad participaron académicos de la carrera de Trabajo Social de la sede Chillán, el coordinador disciplinario del CIISETS Sady Leaman, así como estudiantes en práctica del Centro y estudiantes de la carrera interesados en conocer más sobre la labor de este centro.
“Es muy interesante que los estudiantes vayan creando la conciencia, el compromiso y la responsabilidad social, que va más allá de sacarse una nota. Ellos van directa y sencillamente porque creen en un proyecto de un trabajo social más comprometido con la comunidad”, aseveró la académica Carmen Gloria Jarpa.