En el marco de dos programas pilotos de prácticas que lleva a cabo la Escuela de Trabajo Social sede Chillán, un grupo de estudiantes de tercer año de la carrera realizó dos jornadas recreativas denominadas “Encuentro intercultural de niños, niñas y jóvenes inmigrantes”, en el campus La Castilla de la Universidad del Bío-Bío. Los jóvenes UBB son parte a su vez del programa “Tendiendo puentes”, que tiene por objetivo fortalecer la inclusión y recreación de menores inmigrantes a través de actividades recreativas.
Tal como lo explicó la trabajadora social y académica UBB a cargo de los estudiantes, Andrea Fuentes Méndez, durante el 2018 se han realizado distintas “actividades orientadas a la población extranjera, principalmente haitianos, venezolanos y mexicanos, tales como Vinculación laboral, el Ropero solidario, entre otras”.
“Considero que esta iniciativa es muy significativa para las chicas y los chicos de tercer año de la carrera que trabajaron en esto, tuvieron aprendizajes personales y profesionales. Además, destaco la colaboración de otros jóvenes de Trabajo Social UBB, quienes apoyaron como monitores sin ser del grupo de prácticas. Asimismo, agradezco a la Dirección de Desarrollo Estudiantil por el apoyo con las colaciones, al grupo Kantawi por su notable y desinteresada participación en esta actividad, y a la trabajadora social de la Escuela México, Rommy Venegas, quien colaboró con la convocatoria”, agregó la académica.
La estudiante de la carrera y parte del grupo organizador, Jocelyn Gutiérrez Sandoval, explicó que las jornadas responden a lo que identificaron en su trabajo con las comunidades migrantes. “El objetivo de estas actividades era generar instancias de recreación y aprendizaje intercultural para niños y niñas junto a sus familias inmigrantes, donde además también pudiesen sociabilizar entre todos, generando redes de apoyo en nuestro país y finalmente aportando a la integración y a la adaptación de los menores y sus familias”, dijo Jocelyn Gutiérrez.
“Todo resultó exitoso, siendo muy gratificante a modo personal ya que las familias estuvieron muy comprometidas y así también muy agradecidas. Me quedo con el corazón llenito de alegría ya que esto fue en conjunto, fue un aprendizaje mutuo donde nos existieron barreras. Y, por último, a modo profesional adquirí muchas herramientas a través de este proceso, las cuales en un futuro no muy lejano me servirán para seguir trabajando con interculturalidad”, reflexionó la joven.
Como invitada, la venezolana Randa Kansao, dijo sentir que la actividad “fue maravillosa para nosotros. Fue muy emotivo llegar y que nos recibieran de esta manera, porque nos sentimos valorados como extranjeros e inmigrantes. Nos sirvió mucho porque vimos mucha humildad en todos y nos dieron un punto de vista muy lindo y familiar”. Además, Kansao propuso que en próximos proyectos se pudiese considerara la interacción entre familias chilenas y extranjeras, “y conocer lo mejor de cada una. Así habría una mejor aceptación y menos rechazo”.