“Estado nutricional y su relación con la seguridad alimentaria en adultos mayores institucionalizados en Establecimientos de Larga Estadía de las comunas de Chillán y Chillán Viejo de la Región de Ñuble”, se denomina la investigación desarrollada por las estudiantes de la Escuela de Nutrición y Dietética Josefa Candia Martínez y Julia Flores Sepúlveda, guiadas por las académicas Marcela Ruiz de la Fuente y Verónica Barrón Pavón.
La investigación científica consideró una muestra de 63 personas mayores de 60 años de 15 Establecimientos de Larga Estadía para el Adulto Mayor (ELEAM), ubicados en las comunas de Chillan y Chillan Viejo, entre los meses de junio y diciembre de 2018.
“El estudio evaluó el estado nutricional a través de la composición corporal y su relación con la seguridad alimentaria, esta última definida a través de cuatro componentes básicos: el acceso, utilización, disponibilidad y estabilidad de los alimentos, medida a través de la encuesta Escala Brasileña de Inseguridad Alimentaria Adaptada y validada en Chile”, explicó la académica Marcela Ruiz de la Fuente.
Las estudiantes Josefa Candia Martínez y Julia Flores Sepúlveda precisaron que los resultados arrojaron que un 55,6% de los participantes manifestó inseguridad alimentaria leve, de los cuales un 42,9% clasificaron con estado nutricional enflaquecido. La prevalencia de adultos mayores institucionalizados -ubicados en los centros considerados en el estudio- con algún grado de inseguridad alimentaria representa el 77,8%, por lo tanto solo el 22,2% de los adultos tiene seguridad alimentaria.
“Cabe señalar que una de las situaciones frecuentemente observadas en los centros, es que los adultos mayores no se atreven a pedir más alimentos en el caso de sentir hambre. Esta situación se identificó a través de la consulta directa a los adultos mayores, donde se les preguntó directamente: ‘En el último mes, ¿Alguna vez por hambre solicitó alimentos y se los negaron?’. Ante la consulta, la mayoría respondió que no pedía, asociado a dos razones: sentir vergüenza en un 45,8% y sentir miedo a la negación en un 29,2%.”, ilustraron.
Asimismo, la investigación evidenció que la alimentación entregada en la mayoría de estas instituciones no consideraba la presencia de alguna enfermedad de las personas, el monto que cancelan, el estado nutricional e incluso sus gustos y preferencias.
La académica Marcela Ruiz de la Fuente manifestó que el estudio “concluye en la urgencia y necesidad de una mayor fiscalización por parte de la Seremi de Salud a los centros de larga estadía de las comunas analizadas, de manera de resguardar las condiciones de calidad de vida y salud de este grupo vulnerable”.
Las estudiantes Josefa Candia y Julia Flores también alertaron sobre la necesidad de realizar más estudios científicos en el área de nutrición, enfocados en adultos mayores institucionalizados, lo que permitiría contar con información actualizada respecto del grupo etario, considerando el gran crecimiento de esta colectividad. “Dichos estudios significarían la aplicación de tratamientos nutricionales con bases confiables para la implementación de legislación que permita la atención oportuna del adulto mayor. Además, es urgente la necesidad de que el Estado de Chile se involucre más con el adulto mayor institucionalizado, ya que si bien la ley los protege, falta mayor información y actualización de los centros por parte de las instituciones encargadas”, advirtieron las jóvenes.