La académica del Departamento de Ciencias de la Educación, Mg. Patricia Arteaga González, explicó que el confinamiento de las familias en sus hogares y la suspensión de clases derivada de la alerta sanitaria por Covid-19, debe ser visto como una oportunidad para inculcar experiencias afectivas y aprendizajes para la vida, especialmente en el caso de niños, niñas y adolescentes. En lugar de poner el acento en la eventual pérdida del año escolar, lo relevante es la oportunidad que se abre al hogar como espacio formativo.
La académica de la Escuela de Pedagogía en Educación Parvularia, Patricia Arteaga González, explicó que en momentos en que la sociedad enfrenta diversos temores e incertidumbres a propósito de la pandemia, entre ellas destaca una en particular, referida a si niños, niñas y adolescentes deben o no retornar a clases en el aula durante el mes de mayo. “Lamentablemente, es difícil encontrar una respuesta que conforme a todos/as, principalmente por las informaciones ambivalentes y poco comprensibles de quienes están a cargo de velar por la seguridad y salud de la población del país”, advierte.
“Parece discutible que profesionales y políticos no entiendan la verdadera naturaleza de los niños y niñas. Sólo aquellos que compartimos a diario con ellos/as (familias, educadoras y profesores/as), podemos decir con certeza que un niño/a es energía, movimiento, afectos, juegos, besos, abrazos, gritos, alegría y euforia; que no existe poder humano que logre distanciarlos, ya que necesitan el uno del otro, aprenden colaborativamente, se desarrollan emocional y socialmente en contacto con sus compañeros, crecen y aprenden jugando con sus amigos… “, enfatizó.
Por esta razón, la académica Patricia Arteaga hace ver la necesidad de replantear las ideas y propone que el tiempo de suspensión de clases presenciales sea asumido como una oportunidad para revindicar el rol formativo y afectivo que tiene la familia en la vida de los niños, niñas y adolescentes. “Revaloricemos el hogar como primer educador, aún sabiendo, tristemente, que existen hogares que distan mucho de ser buenos modelos afectivos y que actualmente hay muchos niños/as y adolescentes sufriendo de violencia intrafamiliar”, reflexionó.
“Sabemos que la escuela es irremplazable, sin embargo, en este tiempo de cuarentena podemos fortalecer a las familias para que adopten un rol protagónico en el desarrollo emocional y afectivo de sus hijos e hijas y, ojo, esto no implica necesariamente referirnos a los aprendizajes intelectuales o prácticas escolarizadas, sino más bien a aquellos saberes que generalmente son dejados de lado en esta educación individualista y competitiva del siglo XXI. Preocuparnos por el niño/a, por su ser, por desarrollar en él valores superiores como el amor, la empatía y la afectividad”, manifestó.
Desde esta perspectiva, más que perder el año escolar, lo importante es el inmenso cúmulo de experiencias de vida que obtendrán niños, niñas y adolescentes, que hoy más que nunca, requieren sentirse seguros y cobijados, según explicó la académica UBB. “Si usted es afortunado/a, ha mantenido su trabajo y tiene la posibilidad de estar en casa con sus hijos/as, aproveche la oportunidad, dado que hay muchos padres y madres que aun queriéndolo no pueden hacerlo”, señaló.
“Apostemos por los juegos, las sonrisas, las cosas simples, regalonear, volver a encontrarnos en la mesa para cenar y contar cuentos acurrucados antes de dormir. No nos hará mal poner freno en el acelerador y disfrutar de ese abrazo cálido y tierno de tu hijo/a pequeño/a. O tal vez de conversar más profundamente con tu hijo/a adolescente. Ya habrá tiempo para aprender matemática o ciencias. Hoy necesita aprender otras cosas más importantes como controlar sus emociones o expresar sus sentimientos, sus miedos y anhelos, te necesita a ti para contenerlo, escucharlo y decirle que todo estará bien, que saldrán adelante juntos. Porque un niño/a que se siente amado y protegido, seguramente será un adulto que sabrá amar y enfrentar casi cualquier dificultad que le imponga la vida con fortaleza y esperanza”, reflexionó.