La actividad organizada por la Facultad de Educación y Humanidades, a través de la Unidad de Prácticas Pedagógicas y Vinculación con el Medio, contó con la participación de la Dra. Ana Arón Svigilisky, directora del Centro de Buen Trato UC; junto con el académico del Departamento de Gestión Empresarial, Álvaro Acuña Hormazábal, y la coordinadora del Programa de Inclusión (PIESDI) de la Dirección de Desarrollo Estudiantil, Jacqueline Angulo Cuevas.
La coordinadora de la Unidad de Prácticas Pedagógicas y Vinculación con el Medio, Dra. Juana Castro Rubilar, señaló que el principal objetivo del seminario, que congregó a alrededor de 175 asistentes, fue apoyar y acompañar a profesoras y profesores de las escuelas, liceos y colegios de la Región de Ñuble, que hoy deben asumir los procesos de enseñanza en un contexto de crisis.
“Nuestra Facultad ha establecido convenios bidireccionales con prácticamente el 100% de los establecimientos de la región. Por eso sentimos la responsabilidad de contribuir con las Comunidades Escolares, para aportar herramientas que les permitan, a los docentes visualizar su trabajo en este periodo tan excepcional, cuando es imprescindible entregar tranquilidad a los docentes”, manifestó.
La Dra. Ana María Arón, directora del Centro de Buen Trato UC, se refirió a la necesidad de adoptar una actitud de autocuidado mediante la calma –en el sentido de bajar los niveles de tensión y de activación internos-, considerando espacios para descansar y respirar, y así evitar el surgimiento de enfermedades. La académica es experta en intervención en crisis y apoyo a organizaciones y comunidades luego de terremotos o eventos traumáticos.
Sobre el concepto de resiliencia, entendido como la capacidad de recuperarse tras vivir momentos difíciles, recordó al neurólogo y psiquiatra francés Boris Cyrulnik, quien precisa que para recuperarse es fundamental estar activo en resolver los problemas. “Los profesores deben continuar sus clases, las Universidades deben seguir funcionando a pesar del confinamiento porque eso es parte de la recuperación. Lo segundo tiene que ver con la solidaridad. Desde la neurociencia se ha demostrado que al hacer actos solidarios se activan hormonas de bienestar y los sistemas de calma”, aseveró.
A su vez, el académico de la Facultad de Ciencias Empresariales, Álvaro Acuña Hormazábal, Magíster en Gerencia y Gestión Pública, y coaching profesional, expuso la ponencia “Emociones y salud en tiempos de pandemia”, dando cuenta de la relevancia que adquieren las emociones que se experimentan ante las diversas situaciones que se enfrentan en la vida.
Acuña Hormazábal señaló que desde la psiconeuroinmunología, se sostiene que al experimentar emociones positivas como la alegría o el optimismo, el sistema inmunológico se fortalece y puede responder de mejor manera ante alguna enfermedad. Por el contrario, emociones negativas como la rabia o el pesimismo, vuelven a las personas más vulnerables. La clave, según el expositor, está en racionalizar las emociones negativas y adoptar estrategias para regular su intensidad.
En tanto, la coordinadora del Programa de Inclusión, Especialista en Discapacidad (PIESDI) de la Dirección de Desarrollo Estudiantil, Jacqueline Angulo Cuevas, aportó herramientas sobre cómo abordar la inclusión en el actual contexto de crisis, en zonas urbanas y rurales, a través del Diseño Universal de Aprendizaje (DUA).
Especial atención se brindó al contexto en que debe vivenciarse el DUA, con la existencia de riesgo vital, temor, ansiedad ante lo incierto, necesidades de todo tipo de los/as estudiantes, la consideración que profesores/as y estudiantes son ante todo personas, y asumir que la labor educativa continúa. “Es fundamental comprender que en la labor educativa se debe responder juntos/as a los desafíos que plantea el escenario”, reseñó.