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Publicado el 14 de junio del 2021

Destacado actor Sergio Hernández brindó clase inaugural de la Facultad de Educación y Humanidades

Por Cristian Villa Rodríguez
Etiquetas: Educación, Ñuble, Teatro
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En el marco de la clase inaugural del año académico de la Facultad de Educación y Humanidades, el actor Sergio Hernández Albrecht, brindó la conferencia denominada “La Antropología teatral en el camino de la creación”, donde dio cuenta del movimiento surgido del Teatro Laboratorio del director y teórico polaco Jerzy Grotowski. Hernández entró en contacto con dicho movimiento al visitar Polonia a comienzos de la década de 1980, donde se incorporó a Gardenitze, uno de los grupos que hacían parte de esa escuela.

En la oportunidad el prorrector Dr. Fernando Toledo Montiel, valoró la presencia del destacado actor nacional, más aún en la Facultad de Educación y Humanidades. “Nuestra Universidad, y específicamente esta Facultad, es literalmente el semillero que nutre a la Región de Ñuble de profesoras y profesores; de psicólogas y psicólogos; y de Trabajadoras y trabajadores sociales. Prácticamente, no hay establecimiento educacional o repartición pública o privada en nuestra región que no contemple en sus plantas a profesionales formados en nuestra Universidad. No se trata de cualquier profesional, sino de personas profundamente comprometidas con la pedagogía, con el desarrollo integral, y con las necesidades de transformación social necesarias para que la comunidad tenga una vida más digna y justa”, ilustró.

El actor Sergio Hernández agradeció la invitación al acto académico precisando que quedaría en su memoria como una instancia de encuentro privilegiado con quienes hoy están en el camino del conocimiento, del desarrollo de la imaginación y de la cultura en el país “Soy del tiempo en que uno de los principios movilizadores era ‘la imaginación al poder’. Hoy cuento con la energía que me otorga esta idea para compartir con ustedes un pequeño viaje por la Antropología Teatral, movimiento en el que he tenido el gran privilegio de participar”, señaló.

Hernández Albrecht explicó que Jerzy Grotowski, el fundador del Teatro Laboratorio polaco, se dedicó a la investigación a partir del concepto de Antropología Teatral creado por Eugenio Barba, entre otros. “En ese laboratorio se propone ampliar la experimentación teatral. El teatro debe diferenciarse del cine y de la televisión, aumentando el contacto físico con el público, volviendo a un arte escénico desnudo, un regreso a un teatro pobre. El actor debe ser un arquetipo, un chamán, que fascina al público y le haga romper los moldes tranquilizadores de su mundo. Grotowski pretende que el cuerpo del actor vuelva a ser el origen de todas las posibilidades expresivas. A su técnica se le llama ‘técnica negativa’ pues tiende a desbloquear, a liberar el cuerpo de sus constricciones, se trata de un trabajo interno, más metafísico que técnico, se crea así un lenguaje orgánico, alejado del raciocinio; todo el cuerpo sustenta la palabra del actor, pues no hay separación entre cuerpo y mente”, describió.

Sergio Hernández rememoró su primera visita a Polonia para participar en un encuentro internacional de teatro. Fue así como llegó a Gardenitze, cerca de Lublin, donde vivió una experiencia reveladora e iniciática, pues ahí entró en contacto con la Antropología Teatral.

“Me invitaron a unas antiguas casas que habían pertenecido a una secta religiosa. No conocía a nadie, no hablaba una sola palabra de polaco (…) De madrugada, me llevaron a una habitación. En una esquina tres músicos tocaban una flauta, unos instrumentos de cuerdas antiguos… Me tomaron, me dieron vueltas, hicieron distintos ejercicios conmigo y de alguna manera entré en una dimensión especial, bastante particular por la música, fue muy especial. Al día siguiente los acompañé a una expedición que duró 3 días. Llegábamos a los pueblos e íbamos de casa en casa invitando a todo el mundo a un espectáculo, con la gente que llegaba ahí, con campesinas y campesinos, un espectáculo con sonidos, cantos, un trabajo corporal con muy pocos elementos, unas antorchas, un espectáculo muy especial, y me sorprendió. En las mañanas se hacían ejercicios al aire libre, a piel desnuda, en la naturaleza… Quedé absolutamente subyugado por lo que había descubierto en este grupo”, recordó.

Hernández explicó que lo más característico de Gardenitze es el tratamiento del teatro y sus expediciones a territorios habitados por gente que conserva las tradiciones populares. “Por ejemplo, los territorios del este de Polonia y del oeste de Ucrania, con sus peculiares aldeas, así como la estricta vinculación del arte con el medio ambiente en que surge. Los espectáculos mismos, excepcionalmente intensos, llenos de música, movimiento, cantos dramáticos, evocan los mitos fundamentales de oriente y occidente. Innumerables son los ejercicios y estudios que se practican diariamente como acondicionamiento y preparación del actor para el trabajo que se realiza en las expediciones. Son de una gran exigencia psicofísica, pues determinan la comunicación directa que se establece con el público. En los pueblos perdidos, sectores lejanos a los centros urbanos, los espectáculos se realizan como un medio de trueque cultural con la población campesina, generalmente de la tercera edad, pues son quienes poseen la memoria que se busca rescatar”, aseveró.

“A partir de técnicas y prácticas desarrolladas a través del estudio de antiguos conocimientos de diversas sociedades del mundo, por el rescate realizado en los pueblos perdidos de las zonas rurales cercanas a Rusia, Bielorrusia, Ucrania, y de lo que aprendíamos de los viejos, -sus canciones, sus historias, sus rituales- creábamos espectáculos que nos permitían hacer trueque por las historias y saberes de otros pueblos y caseríos que íbamos encontrando en el camino”, rememoró.

A partir de su experiencia en Gardenitze recorrió poblados de España, Francia, Italia y Yugoslavia. “Recogí muchas canciones, porque la música en general y el canto, es muy importante en la relación que se establece con la gente a la cual uno llega. Realizaba un recital de canciones campesinas eslavas, y viajábamos por los pueblos recogiendo materiales distintos, historias, cantos, leyendas. Construimos una carpa donde estuvimos trabajando en Ritopec, cerca de Belgrado en Yugoslavia, y llegamos hasta París, y ahí creamos un espectáculo que se llamó “Desde la oscuridad: Llamada en un acto”, comentó.

El actor Sergio Hernández señaló que del teatro laboratorio surgieron diversos grupos y directores de diferentes lugares del mundo, que luego de talleres, seminarios y prácticas en el laboratorio, atravesaron todas las fronteras y llevaron esos conocimientos adquiridos a sus instituciones, compañías, escuelas, y a su propia vida personal. “El actor transforma mediante el uso controlado de sus gestos, el piso en mar, una mesa en un confesionario, un objeto de hierro en un compañero animado, etc. El texto ‘per se’ no es teatro. Se vuelve teatro por el uso que de él hacen los actores, es decir, gracias a las entonaciones, asociaciones de sonidos, a la musicalidad del lenguaje. La aceptación de la pobreza en el teatro, despojado de todo aquello que no es esencial, nos rebela la riqueza escondida en la naturaleza misma de la forma artística”, ilustró.

El decano de la Facultad de Educación y Humanidades, Marco Aurelio Reyes Coca, valoró el aporte del actor Sergio Hernández. “Es un hito recrear nuestra área artística cultural que nació con la Universidad de Chile en los últimos años de la década de 1960. No debemos olvidar que nacimos con carreras del área artística como Educación Musical, Artes Plásticas, y con un teatro creativo impresionante, gracias al maestro Enrique Gajardo (…) La invitación a este gran amigo, gran actor nacional, Sergio Hernández Albrecht, avecindado en la precordillera de San Ignacio, ha sido un hito importantísimo, porque contaremos con él para este nuevo desafío que tenemos a través del Departamento de Artes y Letras de nuestra Facultad. El teatro nos interesa de forma muy espacial, porque el teatro es pedagogía”, reflexionó el decano Reyes Coca.

Cristian Villa Rodríguez

Cristian Villa Rodríguez, Periodista. cvilla@ubiobio.cl 042-2463015

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