En el marco de un proyecto Actividades de Interés Nacional del Ministerio de Educación, el 16 de junio se llevó a cabo el conversatorio “Enigma y búsqueda en la voz documental”, con la participación del periodista y crítico de cine, Christian Ramírez, e Ignacio Agüero, destacado documentalista nacional. La conversación en tanto fue mediada por el coordinador del Cineclub UBB, Carlos Yévenes.
Por Miguel Lagos.
En la instancia transmitida por las redes oficiales del club universitario, se generó diálogo entre los participantes permitiendo conocer perspectivas y experiencias en base a la realización documental en el país; Agüero en posición de destacado realizador y Ramírez, en el rol de crítico especializado. La conversación entregó una visión amplia e interesante en torno a un género pasado y actual, que ha ganado espacio y estimulación en los últimos años, posicionándose incluso por sobre la ficción argumental en cantidad de producciones, premios y reconocimiento nacional e internacional.
Dentro de las conclusiones destacables por la comunidad cinéfila en conjunto con los expositores se afirmó que existe un notable desinterés estatal que se traduce en un desincentivo a la creatividad y motivación, debido al escaso financiamiento que limita la cantidad de proyectos audiovisuales. A pesar de lo anterior las proyecciones en torno al potencial de las nuevas generaciones y tecnologías son positivas, considerando el interés que ha generado el material nacional en los últimos años.
En relación a lo anterior y tal como Agüero y Ramírez lo confirman, el documental es una forma de resistencia sociopolítica y un firme aporte a la conservación de la memoria; documentales como “Cien niños esperando un tren” (1988) de Agüero describe la historia de un taller de cine realizado por la profesora Alicia Vega, cuyos participantes son niños de un barrio de Lo Hermida (Santiago) y refleja, a medida que avanza, la dura realidad que deben vivir frente a la violencia, segregación y marginalidad. Debido a su profundidad, la película es solicitada permanentemente para ser exhibida “casi a diario” en algún país del mundo, según señala su autor.
El conversatorio está disponible en las redes sociales del cineclub, permitiendo verlo y reverlo de forma asincrónica, y disfrutar de la grata actividad que se generó.